¿Qué nos está alejando? Las causas y efectos de la segregación urbana, escolar y cultural

5 octubre, 2022
segregación social Imagen de rawpixel.com enFreepik
¿Podría un ámbito escolar sin segregación contribuir a un mejor futuro en una sociedad que no ha resultado tan meritocrática como esperábamos? ¿Cómo pueden las políticas habitacionales acabar con la segregación en las ciudades? ¿La cultura nos une o nos separa? Expertos en sociología analizan la segregación social como problema sociológico en un nuevo ciclo de debate organizado por el Grado de Sociología de la UOC.

La segregación social se ha convertido en un tema clave para los estudios sociológicos actuales. Es una realidad que impacta con fuerza en la cotidianidad. La forma en la que las personas se organizan en el territorio urbano hace que la interacción sea posible con algunos conciudadanos, pero prácticamente imposible con otros. Esta distribución en el territorio puede acabar determinando la red social y, de rebote, las expectativas y anhelos vitales de cada individuo.

Desde el Grado de Sociología de la UOC, que arranca el próximo curso, y en el marco del ciclo ‘El Filtro Sociológico’, se ha celebrado una mesa de debate que ha versado sobre las causas y efectos de la segregación social. La aproximación a esta realidad social se ha realizado desde tres ámbitos de estudio e investigación: el residencial, el cultural y el escolar.

segregación social
De izq. a dcha: Roger Martínez, Isaac Gonzàlez, Joana Maria Pujadas y Sergio Porcel durante la mesa redonda ‘La segregación social como problema sociológico’

Sergio Porcel, jefe del área de Cohesión social y Urbana del Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona, Isaac Gonzàlez, director del Grado de Sociología especializado en el análisis de las desigualdades educativas y Roger Martínez, profesor del Grado de Sociología especializado en el análisis del consumo y los estilos culturales, han sido las tres voces expertas que han participado en el debate organizado por los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC, moderados por Joana Maria Pujadas, demógrafa especializada en demografía histórica.

No será hasta los años 70 cuando se vincula el fenómeno de la segregación urbana con la desigualdad social y la discriminación

Partiendo de la definición realizada por Jesús Leal, catedrático de sociología urbana, Sergio Porcel ha definido la segregación urbana como la tendencia que existe, bajo determinadas circunstancias, a la localización concentrada de individuos con características similares y su separación de otros individuos dentro de una misma ciudad. Pero la definición y conceptualización teórica de esta segregación han ido variando a lo largo de la historia. La sociología ya estaba presente en los estudios urbanos a comienzos de los años 20. Sin embargo, no será hasta los años 70 cuando se vincula el fenómeno con la desigualdad social y la discriminación.

En los años 90, Sassen en su libro ‘The Global City: New York, London, Tokyo’ acuña por primera vez el concepto «ciudad global», una propuesta que reorienta el análisis de la segregación. Saskia habla de una ciudad global que tiende a polarizarse y a aumentar la segregación residencial. A partir del 2010 aparecen otro tipo de investigaciones que destacan la segregación residencial como un fenómeno contextual, vinculado a los factores ambientales que caracterizan a cada ciudad: políticas de vivienda, mercado de vivienda, el modo en el que se asimilan los procesos migratorios, dinámicas de emancipación residencial, políticas redistributivas…», ha explicado Sergio Porcel.

Poner en la agenda política y social la segregación residencial es cada vez más necesario en un presente en el que más de la mitad de la población mundial vive en zonas urbanas, cuando hace tan solo 70 años la población urbana mundial era cerca del 20%. La urbanización se está produciendo a una velocidad sin precedentes.

Segregación escolar y residencial están estrechamente entrelazadas porque uno de los motivos más evidentes de la segregación escolar es, sin duda, la segregación urbana

El segundo ponente, Isaac Gonzàlez cuenta como hay un fenómeno de segregación que es objeto de estudio desde hace menos tiempo: la segregación escolar, que hace referencia a quien se encuentra con quien dentro de un mismo centro escolar. De hecho, tan solo tiene sentido hablar de segregación escolar desde que la educación es universal –antes era entre quien iba y quien no a la escuela-. Segregación escolar y residencial están estrechamente entrelazadas porque uno de los motivos más evidentes de la segregación escolar es, sin duda, la segregación urbana. La existencia de barrios marcados socioeconómica y culturalmente se traduce en segregación en el aula, aunque esta no es la única causa.

La segregación escolar comienza a ponerse en la agenda de una forma central en 1954 en los EEUU, cuando la Corte Suprema declara ilegal la separación racial de los alumnos en los centros educativos. Para entonces, tiene que ver más con un tema de discriminación racial y derechos civiles, y no tan vinculada a cuestiones relacionadas con el rendimiento educativo”.

Los resultados académicos, tal y como ha explicado Gonzàlez, comienzan a ser una cuestión relevante en la investigación sociológica con la publicación en 1966 del Informe Coleman, en el que se empieza a observar la relación entre el rendimiento y la forma en la que está agrupado el alumnado. El Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (Informe Pisa), que periódicamente elabora la OCDE, sigue poniendo el foco en este fenómeno y su contribución a la desigualdad en el rendimiento académico de los alumnos.

Aunque «la cultura interesaba poco a la sociología en sus inicios», según ha apuntado en el arranque de su ponencia Roger Martínez, autores como Max Webber o Simmel comienzan a incluirla como elemento diferenciador. Martínez expone que «en los años 60 y 70, el sociólogo francés Pierre Bourdieu expone cómo la cultura, aquello que nos gusta y lo que no, genera procesos que separan o unen a los ciudadanos». A partir de las aportaciones de diversos autores,  comienza a analizarse, desde la perspectiva sociológica, la importancia que tienen los distintos estilos culturales en la separación o la unión entre las personas, y la reproducción de las desigualdades.

Consecuencias y efectos de la segregación y su relación con las políticas públicas

En el marco de la segregación cultural, se han ido superponiendo diferentes formas de entender las políticas culturales que pretenden evitar dicha diferenciación social: desde primar la excelencia hasta invertir en las industrias culturales, pasando por la apertura de espacios, para evitar el carácter elitista, y el reconocimiento de otros modelos culturales. “Se han ido superponiendo capas de forma que ahora mismo no está claro el camino que debe seguir la inversión pública. Es necesario debatir sobre el valor de la cultura. Esto nos lleva a dialogar sobre qué es cultura. ¿Entendemos por cultura aquello que tradicionalmente se ha considerado como tal, pero que nos ha alejado y ha propiciado la aparición del elitismo cultural?  O, por el contrario, ¿cultura es aquello que la gente desea, pero que podría conducirnos a lo que llamamos populismo cultural?”, ha apuntado Roger Martínez.

Vivir separados dificulta la empatía social e impide conocer la vida y situaciones que se dan en los entornos más desfavorecidos

Donde sí parece que están más definidas las políticas de actuación para evitar la segregación es en el ámbito urbano y educativo. Desde la Administración, hay ayuntamientos, como es el caso del de Barcelona, que están optando por reservar un porcentaje de nuevas viviendas para el acceso de rentas intermedias o bajas. Sin embargo, “el hecho de que, por ejemplo, comunidades de un determinado origen étinico vivan agrupadas constituye un factor de riqueza cultural urbana. Vivir juntos les permite conservar determinados aspectos culturales”, ha señalado Sergio Porcel. Pese a que se pueden identificar aspectos positivos como el refuerzo de la identidad de grupo y el apoyo mutuo, especialmente entre la clase trabajadora, Porcel reconoce que los efectos de la segregación urbana son en su mayoría negativos.

“Existen importantes desagravios al habitar en áreas desfavorecidas. Vivir la pobreza en estos entornos la intensifica y la convierte en crónica por la falta de oportunidades que encuentran sus habitantes. Es lo que denominamos ‘efectos de barrio’. Además, vivir separados dificulta la empatía social e impide conocer la vida y situaciones que se dan en los entornos más desfavorecidos. El desconocimiento dificulta la implementación de políticas redistributivas”

En el ámbito educativo pueden identificarse dos modelos de políticas: los que abordan directamente las cuestiones de segregación y los que otorgan más recursos a los contextos donde más falta hacen. “Las políticas de segregación están destinadas a convertir los entornos en iguales. De este modo, no existirían espacios que necesitan más recursos que otros. Pero sigue siendo muy difícil evaluar los efectos de estas medidas a largo plazo, de una generación a otra. Esto podría cambiar con la apertura del acceso a los datos a la que venimos asistiendo en los últimos años”, ha expuesto Isaac Gonzàlez.

⏯️ Puedes recuperar la mesa redonda “La segregación como problema sociológico” a continuación:

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Autor / Autora
Periodista
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