Joan Fuster: «El pensamiento crítico, la expresividad y las lenguas son ámbitos de futuro»

2 mayo, 2024
Joan Fuster Joan Fuster, director de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC durante los últimos diez años

Joan Fuster ha sido director de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC durante los últimos diez años. Esta etapa, que finalizó a principios de 2024, ha sido una época de gran crecimiento de los Estudios, tanto en número de grados y proyectos de investigación como en estudiantes. En esta entrevista, Fuster hace balance de su dirección, explica los principales hitos logrados y expone cómo ve el futuro de los Estudios, en una época dominada por la tecnología y los avances científicos.

Has sido el director de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC durante diez años. ¿Cuál ha sido el balance de esta experiencia? 

Ha sido una experiencia muy productiva en la que he aprendido mucho sobre la forma de funcionar de la academia, sobre los compañeros, sobre el trabajo en equipo, sobre mí mismo, etc. Han sido diez años muy estimulantes. También ha habido momentos difíciles, como en 2020 y 2021, durante la pandemia, cuando estuvimos dos años trabajando desde casa. Durante este periodo, hubo preocupación por el equipo y nos encontramos con un gran número de limitaciones y retos. Sin embargo, el balance final es positivo: ha sido un tiempo de gran aprendizaje y de trabajo constructivo.

¿Cuáles han sido los principales hitos de tu etapa?

Había dos retos. En primer lugar, teníamos que diversificar la oferta formativa de los Estudios y ampliar el número de titulaciones y de ámbitos de investigación. La universidad había apostado inicialmente por un título generalista de letras como el de Humanidades, y el sistema —al pasar al Plan Bolonia, con los grados de cuatro años— apostó por la diversificación. Debíamos adaptarnos al nuevo sistema, y el resultado ha sido muy positivo. En un contexto de retroceso de las titulaciones de letras, nosotros hemos triplicado el número de estudiantes y nos hemos convertido en el centro que más ha crecido en estudiantes nuevos.

En la UOC lanzamos el primer grado de Artes en línea de Europa

Por otro lado, pensamos que el hecho de contar con una oferta de titulaciones centrada en las humanidades y en las lenguas y filologías no era suficiente, y que a, además de las competencias analíticas y normativas que estas ofrecen, debíamos añadir competencias expresivas. De este modo, en 2017 abrimos el primer grado de Artes en línea de Europa. Además, un gran número de nuestras titulaciones son interuniversitarias, y este es un modelo que exige mucha coordinación para trabajar con otras culturas organizativas.

El otro reto era aumentar el equipo humano, especialmente en el ámbito de la investigación. Y el crecimiento en este ámbito ha sido extraordinario, tanto en aumento del equipo como en relación con las nuevas incorporaciones. Actualmente, tenemos nueve grupos de investigación que consiguen financiación de varias fuentes en convocatorias competitivas. Gracias a este trabajo, las carreras académicas de los profesores se han visto impulsadas y hemos captado talento investigador posdoctoral y predoctoral.

Sin embargo, para mí, uno de los hitos más importantes ha sido construir un equipo que es un ejemplo de cooperación, solidaridad y respeto.

¿Cuáles han sido tus prioridades?

Crecer en número de estudiantes y oferta docente amplia y de calidad, y la cualificación y el crecimiento del equipo. Casi todos nuestros profesores están acreditados.

¿Y los principales retos a los que has tenido que hacer frente?

La pandemia fue el momento más difícil: era complicado trabajar únicamente de forma telemática y estuvimos así durante dos años. Además, tuvimos que implantar la evaluación virtual. Y la vuelta a la oficina no ha sido fácil: hemos tenido que construir nuevas formas de cooperación en el nuevo entorno híbrido.

¿Hay algunos objetivos que no has podido lograr?

En líneas generales, hemos conseguido todo lo que nos propusimos. Debemos tener en cuenta que la mayoría de las facultades con estudios de artes y humanidades han reducido el número de estudiantes, mientras que la UOC no ha parado de crecer, tanto en estudiantes como en oferta docente. Actualmente, estamos preparando un máster de artes. Quizá en el ámbito de la creación —que es transversal con otros estudios— todavía no hemos conseguido del todo consolidar la idea y materializarla, y este es un terreno en el que la UOC puede sobresalir. La celebración del International Symposium on Electronic Arts (ISEA) en Barcelona en 2022, coordinado e impulsado por la UOC y el Hub de Arte, Ciencia y Tecnología (HacTe), fue un hito importante. Ahora debemos perseverar para seguir avanzando.

Las competencias que aportan nuestros estudios pueden ser necesarias para profesionales formados en otros muchos ámbitos.

En una época dominada por la tecnología, parece que los Estudios de Artes y Humanidades disminuyen su poder de atracción. ¿Cómo se puede hacer frente a esta tendencia?

Es cierto que, en general, existe una disminución de estudiantes en este campo, pero hace unos años las previsiones eran peores. En Estados Unidos, por ejemplo, se está dando una recuperación. Pienso que nuestros estudios seguirán manteniéndose; no soy especialmente pesimista. Vivimos en una sociedad de servicios en la que este tipo de perfiles tendrán demanda: la industria de los contenidos está creciendo mucho. El pensamiento crítico, la expresividad y las lenguas —con apoyo tecnológico o no— son ámbitos de futuro. Debemos entender cuál es el encargo que la sociedad hace a nuestras disciplinas. Un buen ejemplo es el máster universitario de Filosofía para los Retos Contemporáneos, dirigido por Marina Garcés. A pesar de ser un máster de filosofía, se dirige a estudiantes de otras disciplinas con el objetivo de que puedan adquirir todo lo que la filosofía puede aportar a los profesionales de la tecnología, la ciencia, la economía, etc. Las competencias que aportan nuestros estudios pueden ser necesarias para profesionales formados en otros muchos ámbitos.

En diez años, la cultura, la lengua y la tecnología han cambiado mucho. ¿Cómo han ido evolucionando los Estudios en paralelo? 

En algunos campos, la tecnología ha tenido un impacto muy importante, como en el campo de la traducción. Es cierto que debemos estar atentos, pero algunos de los conocimientos que impartimos en los Estudios no están afectados por estos cambios, como la capacidad para comprender y pensar por uno mismo, la capacidad para reflexionar y tener sentido crítico, etc. El cambio tecnológico es algo constante y permanente que forma parte de la historia: no es solamente propio de nuestros días. La filosofía, la historia y, sobre todo, la literatura y el arte son disciplinas que tienen la capacidad de anticipar los cambios del futuro, más que las perspectivas analíticas. El arte tiene una gran capacidad prospectiva, y al mismo tiempo nos conmueve y nos impulsa a la acción.

Hablemos de la Cátedra Pau Casals de Música y Defensa de la Paz y de los Derechos Humanos, que diriges desde 2022. ¿Qué ha sido lo más destacado hasta ahora de los proyectos realizados por esta cátedra?

Esta cátedra nació en 2022 por un acuerdo entre la UOC y la Fundación Pau Casals, con el objetivo de trabajar por la promoción y el estudio de la figura de Pau Casals, músico, humanista y defensor de los derechos humanos. Del mismo modo que Casals, trabajamos en la promoción de la música y la cultura como instrumentos de emancipación humana. Actualmente, estamos inmersos en un proyecto sobre derechos culturales, un concepto que las Naciones Unidas también están desarrollando últimamente. El 29 de mayo celebraremos una jornada sobre este tema.

Por otro lado, a través de becas y encargos, la Cátedra Pau Casals de Música y Defensa de la Paz y de los Derechos Humanos hace avanzar la investigación en los ámbitos que le son propios. 

Tras diez años como director de los Estudios, ¿cómo encara su nueva etapa profesional y personal?

Seguiré al frente de la Cátedra Pau Casals de Música y Defensa de la Paz y de los Derechos Humanos, dedicándole toda la energía. Además, tendré más tiempo para escribir. Tengo proyectos pendientes, como artículos o capítulos de libro, y quiero volver a temas que me han interesado siempre y que durante estos diez años han quedado un poco arrinconados. No es fácil, pero tengo ganas de hacerlo. Es un deseo sin ningún pesar: personalmente, he vivido estos años como director de los Estudios de Artes y Humanidades como una etapa muy provechosa.

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