El presente y futuro de los museos: tener una estrategia digital es estratégico

17 mayo, 2023
estrategia digital en los museos Mihai Surdu | Unsplash

En el marco del Día Internacional de los Museos, Conxa Rodà, especialista en cultura digital y codirectora de la especialización online de Estrategia Digital en Organizaciones Culturales (UOC, Museo Nacional de Arte de Cataluña), reflexiona sobre el futuro de las organizaciones culturales y sobre cómo el contar con una buena estrategia digital puede ser clave para afrontar con éxito los retos y oportunidades del sector.

Lo sabemos bien, no puede construirse antes el tejado que la casa. Sin embargo, resulta que desde empresas y organizaciones culturales a menudo se empieza el camino digital por la tecnología. Esta ha terminado siendo esencial para conseguir nuestra misión y objetivos de conectar más y mejor con los públicos, extender el conocimiento, trabajar de forma más eficaz y colaborativa. No podemos olvidar, sin embargo, que la tecnología es un instrumento, una herramienta.

Dada la dimensión digital, que es transversal a toda la organización, enfrentarse al reto digital de forma estratégica es fundamental. De lo contrario, tendremos iniciativas digitales dispersas, que pueden tener mucho valor, pero que al final no llegarán a cuajar en una construcción sólida que haga que toda la organización avance coordinadamente hacia los objetivos comunes. La multiplicidad de canales, plataformas y herramientas tecnológicas, la hiperconectividad y los nuevos usos sociales que se derivan de todo ello pueden ser agobiantes. La estrategia nos ayudará a definir los objetivos, los públicos a los que deseamos llegar, cómo lo haremos, cómo lo evaluaremos.

¿Cómo trabajar la estrategia digital en los museos?

Y es que una estrategia es una guía para ir priorizando y desplegando la actuación digital. Y esto vale tanto para grandes organizaciones como para centros pequeños y medianos, que son la mayoría en nuestro país. Ante la escasez de recursos —humanos, tecnológicos, económicos, en definitiva—, resulta todavía más esencial planificar muy bien, priorizar aquello que aporta valor, establecer alianzas, repensar procesos de trabajo, y todo ello, teniendo a los públicos en el punto de mira, para proveerlos de una experiencia digital enriquecedora y, óptimamente, conseguir el tan buscado digital engagement, la implicación digital de los usuarios.

Si el panorama digital ya era suficientemente complejo y el proceso de transformación digital suficientemente acelerado, van apareciendo otros aspectos y cuestiones que hay que incorporar a la estrategia, como, por ejemplo, la brecha digital, la accesibilidad digital, la sostenibilidad tecnológica, la hibridación presencial/virtual de programación y servicios, la incorporación de narrativas digitales que contemplen aspectos de creciente preocupación social o el uso ético de la inteligencia artificial, entre otros.

Ante el alud de posibles proyectos y acciones digitales que emprender, plantearse unas cuestiones estratégicas ayudará a decidir y a priorizar: ¿responde a los objetivos globales del centro? ¿Es de interés para el público? ¿Podemos hacerlo? Si la respuesta es afirmativa, adelante; si no, habrá que calibrar muy bien el riesgo o reajustar el proyecto.

A pesar de defender firmemente la conveniencia de disponer de una planificación estratégica, debemos también permanecer abiertos. La estrategia tendrá que ser flexible y dinámica para adaptarse a nuevas necesidades y oportunidades que puedan surgir. Con una actitud abierta a la experimentación, con una mirada ambiciosa y realista a la vez.

Publicar la estrategia digital no es todavía un hábito muy frecuente en el sector cultural. Algunos buenos ejemplos de instituciones culturales con estrategia digital publicada son el Science Museum Group en el Reino Unido (Digital Strategy 2018-2021), la Galería Estatal de Baviera en Alemania (Digital Strategy), o la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos (Digital Strategy Plan 2019-2023).

Habilidades digitales, clave para el presente y futuro de los profesionales del sector cultural

Ahora bien, ¿se dispone de personal capacitado en estrategia digital en los museos y en cualquier otro tipo de organización cultural? Desde la UOC, juntamente con el Museo Nacional de Arte de Cataluña, teníamos la convicción de que había mucha necesidad de formación en este ámbito y es así como nos embarcamos en la aventura de ofrecer el curso de especialización de Estrategia Digital en Organizaciones Culturales, que lleva ya seis ediciones. En el blog del Museo podéis leer más sobre el porqué y cómo nació. Basado en la metodología de aprendizaje del learning by doing, el curso combina teoría y práctica para llegar al final con un plan de estrategia digital aplicable a un museo o a otros equipamientos y proyectos culturales.

Y es que el entorno de cambio constante y acelerado hace que la formación continua sea hoy un elemento indispensable del desarrollo profesional. Dentro de las muchas capacidades que hoy requiere el entorno profesional, las habilidades digitales ocupan un lugar destacado, también dentro del sector cultural. Bienvenidas sean las iniciativas como la de la Universitat Politècnica de València, que en 2021 inició la red REMED (Red de Museos y Estrategias Digitales), que agrupa ya a más de un millar de profesionales de museos y universidades que, de forma colaborativa, comparten y aprenden.

¿Hacia dónde se dirige el futuro de los museos?

En este sentido, en el marco del Día Internacional de los Museos, me parece oportuno compartir la visión de cómo veo los museos del futuro. Me los imagino —unos pocos ya son así ahora— como lugares de encuentro, ejerciendo de buenos conectores entre las colecciones, el conocimiento y el público; unos museos distribuidores —no directores— de conocimiento y experiencias; unos museos con estructuras flexibles donde todo esté interconectado; unos museos que tendrán abierto ampliamente el acceso a los datos de los fondos poniéndolos a disposición del uso y la reutilización públicos; unos museos sostenibles, innovadores y abiertos a la participación del público, los cuales lo invitarán a cocrear exposiciones y contenido digital, unos museos relevantes para la sociedad, que formen parte de la comunidad y que la comunidad se haga suyos. Por todo ello, la dimensión digital desempeña un papel clave. Saber explorarla y explotarla es lo mejor que podemos hacer para beneficio de los públicos.

Así pues, estamos en un momento muy interesante en cuanto a la transformación en la creación y distribución de contenidos. Para conseguir una transformación digital sistémica del sector cultural es necesario que los profesionales y los líderes tengan un buen conocimiento sobre lo que el mundo digital puede aportar a nuestras organizaciones y, sobre todo, a nuestros públicos, y enfocarlo con una visión estratégica. La revolución digital está llena de posibilidades si las aprovechamos al máximo.

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Autor / Autora
Especialista en cultura digital y codirectora de la especialización online de Estrategia Digital en Organizaciones Culturales (UOC, MNAC).
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