La traducción y la interpretación en la era de las tecnologías y la IA: retos, competencias y nuevos perfiles profesionales
22 noviembre, 2024¿Cuáles son los retos de futuro de la traducción y la interpretación? ¿Qué impacto tiene la IA en la evolución de la profesión? ¿Qué competencias son las más buscadas entre los profesionales en el contexto actual?
El Dr. Antoni Oliver, director del máster universitario de Traducción y Tecnologías de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC-UVic), y la Dra. Carla Parra, responsable de investigación de RWS Language Weaver y docente de tecnologías de la traducción en la UVic-UCC, han debatido sobre estas y otras cuestiones en una sesión en línea sobre tecnologías y traducción organizada por los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC y moderada por el Dr. Albert Morales, profesor de los mismos estudios, para conmemorar el pasado 30 de septiembre el Día Internacional de la Traducción.
Coincidiendo con esta efeméride, descubre también los casos reales de dos graduadas en Traducción, Interpretación y Lenguas Aplicadas (UOC-UVic) y conoce en primera persona su experiencia como estudiantes y profesionales de la traducción y la interpretación. ¡No te pierdas el artículo!
La evolución y la adaptación tecnológica, una constante en el mundo de la traducción
La irrupción de tecnologías como la traducción automática y, más recientemente, la inteligencia artificial (IA) generativa ha generado auténticos retos en muchos sectores profesionales. Sin embargo, el de la traducción cuenta con una larga trayectoria a la hora de adaptarse a las nuevas tecnologías. Tal como apuntan los expertos, ha sido un cambio que ha llegado de forma progresiva, ya que la traducción ha experimentado «una evolución tecnológica constante», según explica Antoni Oliver.
Carla Parra coincide en que esta adaptación es constante y no afecta solo al mundo de la traducción. «También los profesionales de la medicina o el derecho ven cómo la tecnología transforma su trabajo», comenta Parra. La diferencia, no obstante, es que los traductores tienen una larga experiencia en el uso de las tecnologías y eso les ha proporcionado una notable resiliencia para adaptarse a los cambios.
En esta línea, Oliver asegura que «la traducción es una profesión sólida que simplemente incorpora una herramienta más y mucho más potente para hacer evolucionar la profesión».
Perfiles profesionales más buscados: entre la traducción y la ingeniería
La irrupción de la IA en el ámbito de la traducción ha provocado que aparezcan nuevas salidas profesionales, por ejemplo en el campo de la creación, preparación, limpieza y evaluación de datos, la evaluación de modelos y un largo etcétera. Un perfil que destaca, aunque ya existía, es el de evaluador de motores de traducción automática, que combina conocimientos de traducción y destrezas técnicas de procesamiento del lenguaje. «Es un perfil que se encuentra entre el del traductor clásico y el del ingeniero y es muy valorado, ya que requiere conocimientos técnicos sobre procesamiento del lenguaje pero también una base sólida de competencias traductológicas», explica Parra.
Oliver señala también cómo los profesionales con intereses informáticos y tecnológicos tienen un campo muy amplio para explorar dentro del sector de la traducción.
¿Qué competencias son necesarias en el contexto actual de la profesión?
«La evolución de las tecnologías hace que se necesiten profesionales mejor preparados», apunta Antoni Oliver. Y es que los sistemas de traducción automática han avanzado mucho, pero eso también implica que los errores que cometen son más sutiles y difíciles de detectar. Así pues, a pesar de que las herramientas pueden generar un gran volumen de traducciones y ser muy eficientes, sin un profesional muy formado «el proceso de automatización será un desastre seguro», explica el experto.
En este sentido, Carla Parra asegura que «solo un profesional de la traducción que sepa detectar esos errores y tenga un conocimiento más especializado será capaz de corregirlos». Si hablamos de textos especializados traducidos automáticamente, todavía es más relevante contar con profesionales que sepan en qué deben fijarse para lograr una traducción de calidad, señala la experta.
La competencia traductológica, pues, es una de las principales competencias que destacan Parra y Oliver, ya que, tal como indican, el conocimiento de las lenguas no es suficiente para poder traducir: «Una cosa es conocer un idioma y otra saber traducir», alertan Parra y Oliver.
Por otra parte, comprender las tecnologías resulta clave para complementar esa competencia traductológica, porque entender cómo se entrena el modelo de un sistema de traducción o las herramientas con las que se trabaja es clave para los traductores. «Los profesionales que entiendan las tecnologías y tengan una muy buena base traductológica serán los que se podrán adaptar mejor a los retos de futuro y al mercado laboral», explica Parra.
La formación, clave para los profesionales de la traducción
Además de las competencias profesionales, la formación académica tiene un rol decisivo a la hora de preparar a los nuevos traductores en el dominio de las nuevas tecnologías. Según Oliver, el conocimiento técnico cada vez es más necesario y accesible, y los programas universitarios tienen que enseñar a los estudiantes a decidir qué tecnología usar en cada situación. «El objetivo de las universidades en los grados y másteres de traducción tiene que ser hacer conscientes a los estudiantes de que la tecnología es accesible y de que tienen que conocerla muy bien», explica.
En esta misma línea, Parra apunta que las universidades han empezado a integrar más la tecnología en las asignaturas, lo que permite a los estudiantes adquirir tanto competencias traductológicas como tecnológicas. «Los estudiantes necesitan saber cómo funcionan las herramientas tecnológicas para aprovechar mejor su tiempo y mejorar su trabajo», dice. Este enfoque permite a los futuros profesionales salir al mercado laboral con las habilidades necesarias para adaptarse rápidamente a las demandas.
Aspectos éticos y responsabilidad profesional
Más allá de los retos tecnológicos, también surgen desafíos éticos que los profesionales deben considerar. Las tecnologías de traducción automática a menudo se entrenan con grandes cantidades de datos obtenidos de internet, pero no siempre se tiene en cuenta si esos datos están sujetos a derechos de autor o si son de libre uso. «Es importante utilizar las herramientas con responsabilidad y ser transparentes sobre su uso», destaca Parra.
Además, Oliver señala que apostarlo todo al uso exclusivo de la tecnología puede ir en detrimento del conocimiento. «Si toda la producción textual se realiza con IA, el conocimiento no crecerá y la máquina no aprenderá nada más de lo que ya ‘sabe'», alerta. Esto demuestra que, a pesar de los avances en inteligencia artificial, el conocimiento y la creatividad humana siguen siendo esenciales.
El futuro de la profesión: la relación entre los traductores y la IA
Pensando en clave de futuro y en la irrupción de la IA, Antoni Oliver y Carla Parra son optimistas sobre la relación entre la tecnología y los profesionales de la traducción. Tienen clara la continuidad y el rol imprescindible de las personas en muchas salidas profesionales del campo de la traducción. Tal como aseguran, «si solo utilizamos las tecnologías, todas las traducciones serán iguales». Los profesionales serán más necesarios que nunca, ya que cuentan con habilidades como la creatividad o la capacidad, el conocimiento para adaptarse a las culturas de la lengua de llegada o incluso el poder entrenar mejor las máquinas y los modelos de traducción automática».
Así pues, la integración de la IA en el mundo de la traducción plantea retos, pero con las competencias y la formación necesarias se abren muchas nuevas oportunidades en el campo profesional. Antoni Oliver concluye con un mensaje esperanzador para los profesionales y el estudiantado: «Un buen profesional de la traducción que cuente con competencias traductológicas y comprenda cómo funcionan las tecnologías lingüísticas podrá cambiar su forma de trabajar o ámbito de actuación, pero nunca será sustituido por la IA».
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La experiencia en primera persona del estudiantado
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