Rafael Ferran: «Los diálogos de los personajes de Juli Vallmitjana están absolutamente vivos»

1 octubre, 2024
Rafael Ferran, estudiante del grado de Lengua y Literatura Catalanas de la UOC

No todos los trabajos finales de grado son iguales. Algunos, de hecho, además de leerse, se escuchan y reviven palabras que han estado dormidas durante más de cien años… Es el caso del TFG con el que Rafael Ferran i Peralta ha culminado su grado de Lengua y Literatura Catalanas: Edició i enregistrament de «La Xava» de Juli Vallmitjana. Una experiència pràctica de producció d’un llibre electrònic i un audiollibre lliures de drets. Hablamos con él sobre su TFG para conocer más a fondo su trabajo y su experiencia.

 

Yo, cuando acabé Informática, dije: «No volveré a estudiar a distancia nunca más», hice una especie de promesa.

Hombre, empiezas fuerte.

Es que la verdad es que estás tan solo en casa… Debo decir que este año cumpliré sesenta años y son los segundos estudios que hago en la UOC. Yo trabajo, tengo un trabajo fijo y regular, y simplemente dispongo de tiempo por las tardes y me gusta estudiar para mantener el cerebro activo. El año 2000 empecé a estudiar Ingeniería Informática de Sistemas en la UOC y acabé en 2010. Entonces no había tantos grupos de Telegram o WhatsApp como ahora, que dinamizan bastante y te ayudan a mantener la cohesión del grupo.

En 2016 rompí la promesa, y dije: «¡Va!, estudiaré el grado de Lengua y Literatura Catalanas», un poco por compromiso con la lengua, por el país, por la catalanidad, por mantener la cultura. Cuando empecé las dos primeras asignaturas, contacté con mi tutora y le comenté: «solo pongo dos condiciones: pasármelo bien y aprender».

En cierta forma, la informática te lleva hacia la literatura…

Siempre me ha gustado mucho leer, y a raíz de los estudios de informática, conozco los conceptos de software y licencias libres, Creative Commons… Sintonizo mucho con esta idea. Y hacia el año 2010 o 2012, pensaba en las obras de literatura catalana de hace más de 80 años que son de dominio público. Ya que también tienes accesibles los Viquitexts o alguna edición de anticuario que puedes escanear y subir… Y entonces leí, casi de casualidad, Els sots feréstecs, que me gustó mucho. Una novela simbolista, de una época bastante interesante. Además, conozco la zona del Figaró y el Montmany, donde está ambientada, y pensé: «Me gustaría hacer una edición de esta novela y actualizarla». Sin tener ni la más remota idea sobre qué era editar un texto catalán antiguo. Me dije: «Lo que haré será normalizarlo, con la ortografía y la sintaxis actuales». Empiezo a documentarme, porque intuitivamente veo que hay que investigar, y entonces encuentro la edición crítica de Jordi Castellanos y no entiendo nada, nada de lo que me dice. «¿Qué es esto de una edición crítica?». Y voy viendo que todo es bastante más complicado, que no puedo tirarme a la piscina y hacer cualquier cosa, que sería un disparate… Y esto lo aparco y digo: «Dejémoslo estar, que lo hagan los especialistas».

Yo creo que todos los trabajos finales de grado empiezan de una forma y después van reorientándose y pivotando, se acaban de definir

¿Y esta idea de libro electrónico se acaba convirtiendo en el audiolibro de otro título?

Yo creo que todos los trabajos finales de grado empiezan de una forma y después van reorientándose y pivotando, se acaban de definir. Al poco de abandonar el proyecto de Els sots feréstecs, me dio por matricularme en Literatura Catalana, no para seguir con aquel proyecto, tampoco lo tenía en mente. Pero cuando vi en los trabajos finales de grado cómo se hace un audiolibro, dije: «¡Ostras! Podría recuperar aquella idea y mirar de hacer algo parecido».

Entonces contacté con Joan Pujolar, catedrático de los Estudios de Artes y Humanidades y director del trabajo, y empezamos a hablar. Le expliqué de dónde venía… Nos entendimos, tenemos una edad similar. Al principio yo quería hacer un libro electrónico, pero finalmente hicimos tanto el libro electrónico como el audiolibro de La Xava de Juli Vallmitjana.

¿Y cómo pasas de Els sots feréstecs a La Xava?

Tarde. Muy tarde. Nosotros hacemos el trabajo final de grado en dos semestres, TFG1 y TFG2. Y el TFG1 es una preparación: estudiábamos otros trabajos finales, estructura, tema, bibliografías… Y analizamos uno que hablaba de La Xava, y pensé: «¡Ostras!, yo no conozco a Vallmitjana». Y empiezas a estudiar, y el libro tiene unos diálogos muy potentes, en argot… Es un libro muy chulo, todo un reto. Era una motivación para sacarlo adelante.

Haz clic sobre la imagen para escuchar el audiolibro de ‘La Xava’

 

Por lo tanto, el tema del audiolibro y la elección de este libro concreto fueron de la mano: al estudiar cómo se hace un audiolibro, das con La Xava.

Justo así. Yo tenía claro que quería hacer un audiolibro y, en consecuencia, debía escoger un texto. Quería hacer algo de proximidad: soy de Mollet del Vallès (Barcelona). Había unos artículos de Vicenç Plantada, pero no habrían tenido sentido como audiolibro, porque cada uno era muy independiente del resto, y no tenían la pervivencia que pueda tener el texto de La Xava. Quería hacer algo más breve… Pero con La Xava dije: «Es esto, porque lo tengo a veinte kilómetros de casa. Si quiero ir a pasear por los escenarios que describe, allí están». El lenguaje me pareció fantástico. Hay diferentes niveles: el del narrador, que es muy ampuloso, a veces muy envarado, y el de los personajes, que están vivos, absolutamente vivos. Describe algunas escenas que son verdaderamente cinematográficas; es un documental lo que Vallmitjana hace muchas veces.

Vallmitjana consigue hacer un vocabulario del caló y de la delincuencia de la época y los plasma a todos en sus obras

¿Y de dónde saca este conocimiento del lenguaje de la calle?

Vallmitjana era platero de oficio, y también había intentado ser pintor. Y al final destaca como narrador: como escritor y como autor de teatro. Entonces conocía muy bien la zona que ahora denominamos Barrio Chino, que entonces se llamaba Sota Montjuïc, y se infiltra allí. No es que intente pasar por uno de ellos, sino que se gana su confianza y al final conecta, lo conocen, ven que, en cierto modo, es un bohemio de la época, y consigue hacer un vocabulario del caló y de la delincuencia de la época y los plasma a todos en sus obras. Y, en este sentido, los diálogos están totalmente vivos, pero cuando habla el narrador es como la voz de un documental. Y esta idea me pareció muy bien.

Además, Vallmitjana no sintoniza en absoluto con los autores de su momento, como Santiago Rusiñol, con todos los autores considerados consagrados y buenos de la época, del arte por el arte, etc. Él pretende algo así como el redencionismo: curar o intentar que la sociedad más acomodada tenga en cuenta también a los más necesitados, sacarlos de la pobreza…

Desde mi punto de vista, es un autor poco estudiado y poco valorado. De hecho, se lo valora mucho más ahora que entonces.

Había una corriente regeneradora en el teatro de la época, ¿verdad? Gente como Josep Amich, que hacían teatro como Baixant de la font del gat y ponen en escena a la sociedad y los abusos sociales.

Él lo refleja, y los que podrían comprar los libros, la sociedad acomodada de la época, es algo que no admiten, porque es la cruda verdad tal cual. Y, claro está, Vallmitjana no juzga, no dice si esto es bueno o es malo, y muchas veces, si hace alguna pincelada de juicio, es para decir: «¡Ostras!, es que la gente que podría hacer algo no lo hace, están totalmente abandonados». Claro, se ve que sus obras de teatro sí las iba a ver mucha gente. El teatro era la diversión del momento. Desde mi punto de vista, es un autor poco estudiado y poco valorado. De hecho, se lo valora mucho más ahora que entonces.

Imagino que has experimentado muchos retos lingüísticos a la hora de grabar.

Por supuesto. El primer obstáculo que te encuentras es que es una obra de 1910 y la normalización lingüística es de 1912. Por lo tanto, ¿cómo puedo saber si la ortografía de una palabra de 1910 se corresponde a una ortografía actual, o si la pronunciación de 1910 es como la actual? Yo hago un audiolibro en 2024, lo que quiero es recuperar un poco la sonoridad de aquel momento, sobre todo la naturalidad de los diálogos. Así pues, quien lo escuche ahora tampoco sabrá cómo se hablaba entonces: lo que me interesa es que no lo encuentre artificioso, que yo no destaque algunas palabras porque suenan muy diferentes o porque son directamente castellanismos, sino que las suelte, particularmente en los diálogos, como si fuera lo más natural del mundo. Y después hay una edición respetuosa: si el original dice «lo» y ahora no es correcto, tiene que quedar «lo».

Primero me documento, y cuando veo que nadie se ha encontrado con algo así o no sé por dónde ir, le pregunto a mi tutor y me dice: «Pues ve por donde te parezca bien. Explicas los criterios y ya está». Todas las indicaciones que me ha dado el tutor, todas, las he ido incorporando. Con mucha precisión, casi quirúrgica: «Mira, aquí sobra, allá falta». Estoy muy contento. La relación con el tutor es fundamental para que el trabajo resulte algo pulcro y como es debido.

Querías divertirte y aprender. ¿Lo has conseguido?

En el TFG hago un repaso de las asignaturas que he hecho y cómo las he ido aplicando en el trabajo, y tengo que decir que he aprendido mucho y, salvo poquísimas excepciones, me lo he pasado muy bien. Además, cuando entras en alguna historia que te cautiva, dices: «Esto es fantástico», y entonces poder profundizar… La verdad es que me lo he pasado pipa.

La orientación del TFG actualmente es mucho más científica, tanto en lingüística como en literatura, y esto me ha encantado

Y ahora, ¿qué harás?

Pues estoy trabajando para redactar un audiolibro con los artículos del siglo XIX de Robert Robert. Veintisiete artículos en catalán de los años 1865-1866. No escribió nada más en catalán, pero son fantásticos. Ahora estoy editando el texto y me lo estoy pasando bien. Con la inercia que llevas, ya sigues adelante solo.

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