Herramientas para la gestión del estrés en la gestión cultural

13 de octubre de 2016

Cómo reducir el estrés y mejorar el rendimiento
entre el equipo de gestores culturales

Hace unos meses hablábamos sobre «Qué es un gestor cultural«. En el artículo, entre otras definiciones, destacábamos las competencias del perfil profesional de los gestores culturales. Una de ellas, era la capacidad de saber gestionar el estrés. Ponemos énfasis que en esta profesión, dependiendo del cargo, puede exigir un alto nivel de dominio sobre la gestión del estrés, tanto a nivel individual como con el equipo. Desde el Máster de Gestión Cultural UOC-UdG hemos hecho una lista de 7 herramientas para aplicar aquellos que se dedican o se quieren dedicar en un futuro a la gestión cultural. Consejos útiles para todos aquellos que necesiten gestionar el estrés de forma satisfactoria.


1. El estrés y el tiempo pueden ser los mejores amigos o los grandes enemigos. Para ello también es necesario una buena compenetración con el equipo. Te aconsejamos:

  • Claridad de los objetivos y fechas realistas: Tener unos objetivos fijados, concisos, con unas fechas realistas y elaborar un plan B. Si por cualquier motivo, no se pudieran realizar, tener un plan B permitiría conseguir el objetivo dentro del plazo estipulado.
  • Insistimos: Fechas realistas. La ilusión nos puede a todos y la desilusión también. Presionarse y no estar a la altura de las propias propuestas es la llave de la frustración, y esto genera más estrés y malos recuerdos. Con unas fechas realistas nos aseguramos de llegar al objetivo con éxito y sentirnos realizados. Adiós al estrés.
  • Organización y estrategia: Tener un control sobre los pasos para llegar a los objetivos y a medida que se vayan cumpliendo ir tachándolos.
  • Sistema de trabajo en equipo: Hay muchas herramientas para trabajar en equipo, como podio. Os recomendamos que tengáis un sistema de trabajo para poder puntualizar los objetivos.

2. Quejarse no es actuar para solucionarlo. Quejarse es uno de los recursos más habituales que encontramos, nos libera de la carga que en ese momento estamos intentando sobrellevar lo mejor que podemos, pero no nos ayuda en el futuro. Si lo que te está alterando en tu trabajo de la gestión cultural persiste desde hace tiempo, analiza qué errores repetitivos estás cometiendo para que te encuentres siempre en el mismo lugar y encuentra una solución para que no se repita. Apúntate la solución frente a tu lugar de trabajo para recordar que esto lo debes cambiar.

3. Críticas constructivas y claridad con el equipo de gestión cultural
Una de los causantes del estrés en los trabajos en equipo, y por ello, también en la gestión cultural, son las críticas destructivas o la falta de claridad entre los miembros integrantes. Ir siempre de cara y decir las cosas de forma constructiva, como una mejora para el equipo, favorecerá la sintonía del equipo de gestores culturales y habrá mejores resultados y por lo tanto, menos estrés.

4. «No os va la vida». Saber relativizar.
Ésta quizá sería la frase que debería estar presente en todo momento en que la respiración se agrave y el nerviosismo esté a flor de piel. El estrés negativo (distrés) es uno de los grandes boicoteadores de pensar con claridad. Impide tomar decisiones adecuadas y interrumpe la concentración de forma continuada. En los momentos que el estrés esté presente, es importante saber relativizar y calmarse, los gestores culturales pueden llegar a tener muchos inputs en su día a día y no siempre pueden llegar a todo, al fin y al cabo, son humanos. Es importante saber encontrar una salida o solución a aquello que nos esté alterando y recordar que ninguna vida está en juego.

5. Disponer de recursos para modificar la dinámica estresante:
Si hay es un día en que la profesión de la gestión cultural es pesada o viene grande, tener técnicas para encontrar ese estado de productividad satisfactoria. Por ejemplo, si te has bloqueado en un punto y no encuentras salida, sal del lugar, da una vuelta y vuelve después al cabo de 5 minutos. De lo más seguro que lo ves con perspectiva. O bien, si estás en un despacho cuyo ruido no es armónico y te estresa, ponerte cascos con música o tapones para silenciar el espacio.

6. No procrastinar:
Quizá uno de los elementos que se convierte en un gran generador de estrés, sin lugar a dudas. Se puede procrastinar por diversos motivos: miedo, pereza, falta de voluntad, desmotivación… tenerlos detectados es una gran herramienta para hacer frente y dominar esos sentimientos, sino después aún es peor. No dejarse llevar por necesidades superfluas que sólo distraen del objetivo inicial.

7. Focus y prevenir el estrés:
Tener claros los objetivos a cumplir y concentrarse en ello puede ayudar a no enredarse por el camino y evitar situaciones de estrés.  Adelantarse a todo aquello que cause estrés es una gran solución. Por ejemplo, en la gestión cultural, según el cargo, existen una gran cantidad de situaciones que pueden generar estrés, tanto en el equipo de gestores culturales como de forma individual. Tener un plan antes de que aparezca puede minimizar situaciones inconfortables. Otro ejemplo, pongamos el caso de la presentación del proyecto cultural. En lugar de concentrarse en todo lo que puede salir mal, recordar como un mantra el objetivo y actuar para cumplirlo con el fin de no alimentar ese estado de nerviosismo del pensamiento.

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