Los jóvenes y los contenidos digitales, una relación en movimiento

25 noviembre, 2022
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La UOC y Accenture analizan el comportamiento y el consumo digital de los jóvenes entre 14 y 35 años

¿Cómo consumen los contenidos digitales complejos, los adolescentes y jóvenes? ¿Cuáles son las macrotendencias de este consumo? ¿Cómo actúan los proveedores del sector ante estos hábitos y tendencias? ¿Podemos detectar señales de cambio? Estas son algunas de las preguntas de partida del informe «El futuro del consumo de contenidos digitales», que permitirá también analizar qué oportunidades tiene la universidad para prepararse para los cambios.

 

 

Investigación

En una primera fase, los investigadores han analizado 111 publicaciones de referencia sobre contenidos digitales, con el fin de detectar los indicadores que tienen un impacto sobre el consumo, entender las macrotendencias, extraer datos de comportamiento de los jóvenes y comprender las lógicas de mercado que hay detrás de los contenidos formativos. En una segunda fase, se ha llevado a cabo una investigación cualitativa mediante entrevistas a expertos en educación y psicología de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y de fuera de esta universidad, así como a jóvenes estudiantes de España y México. Una vez analizadas los datos, se compartieron las macrotendencias y el punto de vista de los expertos y de los alumnos en dos sesiones de cocreación diferentes.

Hay que tener en cuenta cuatro ámbitos (formatos, contenidos, modelo de producción y organizativo) y tres tendencias (las de contexto, las del nuevo estudiante y las del nuevo modelo de enseñanza). 

     

Tendencias de contexto

En el mundo digital en el que vivimos, solo las organizaciones capaces de atraer el interés de los usuarios tienen opciones de prevalecer. Nuestra capacidad de atención ha bajado de 12 segundos (año 2000) a 8,25 (año 2015), y el 62 % de los expertos en marketing afirman que invertirán más presupuesto en generación de nuevos contenidos que el año pasado, sobre todo evergreen. Ante esto, los estudiantes aseguran que los contenidos en formato de vídeo son la opción que los que tienen más problemas para concentrarse prefieren para descubrir o para aclarar conceptos. El formato afecta a su nivel de estrés. Pero los expertos creen que la oferta formativa no puede competir en términos de entretenimiento y que a la universidad le hace falta un nuevo storytelling y trabajar la motivación.

 

Las relaciones digitales se monetizan y se virtualizan. Un tercio de los jóvenes quiere ser influencer y un 21,9 % cree que puede ser gamer profesional. Un nanoinfluenciador (de 1.000 a 10.000 seguidores) gana una media de noventa dólares por publicación, por citar algunos datos. Nada de esto es inocente; el 20,8 % de las personas presentan síntomas de insomnio, cuatro de cada diez adolescentes están conectados para no sentirse solos y el 81 % de los jóvenes españoles sufren nomofobia o miedo a estar desconectados del móvil.

 

Los estudiantes mencionan que, a menudo, les faltan estímulos y se aburren en clase. Les motiva aprender a partir de casos prácticos y ejemplos que los acerquen a la vida real y a la actualidad, que los ayuden a proyectarse en el futuro. Los expertos reconocen que, para captar la atención, hay que buscar el vínculo emocional con la materia, pero les preocupa que el exceso de inputs fomente la ley del mínimo esfuerzo. Los jóvenes valoran tener visibilidad y acceso fácil a formaciones complementarias en temáticas concretas que se imparten en los cursos en línea abiertos y masivos (MOOCS) y desconfían de la veracidad de fuentes de información como blogs e influenciadores en redes sociales. Los expertos también aseguran que la abundancia de estas fuentes y que las informaciones sean contradictorias les genera confusión y dificultades para escogerlas. Hay alumnos que echan de menos recursos que trabajen las soft skills o habilidades blandas, para gestionar la cantidad de información, la concentración, la comunicación oral, etc. Para los expertos, el problema es la carencia de educación en la gestión del tiempo.

 

Tendencias del nuevo estudiante

El modelo de comportamiento es muy desigual entre los jóvenes y hay que conocer su estilo de vida para entenderlo. El 65 % practica deporte de manera habitual, el 50 % es aficionado a la lectura y las actividades culturales (el 70 % afirma que el móvil es el dispositivo más utilizado para la lectura digital), un 40 % hace botellón y el 20 % participa en acciones de voluntariado. No todas las generaciones de jóvenes son iguales. La generación Z prefiere la desvirtualización (un 78 % de estos jóvenes cree que el profesor es muy importante en su aprendizaje y desarrollo) y un 77,7 % prefiere la enseñanza presencial, aunque YouTube es el método de aprendizaje preferido por un 59 % y un 47 % reconoce que le gusta utilizar aplicaciones o juegos para aprender. Cuando les consultamos, los estudiantes valoran mucho poder adaptar su plan de estudios a los intereses particulares y requieren flexibilidad. Los expertos afirman que hay una polarización de los estudiantes según lo que esperan de la universidad: unos van a mínimos y otros, muy motivados.

Esta generación confunde hacerlo bien con hacerlo rápido, según los expertos. Por eso, a veces, el profesor es visto como último recurso por la falta de inmediatez, y el modelo de exámenes acaba condicionando el modelo de aprendizaje. Los profesores apuestan por que los estudiantes hagan tareas con el contenido, con repercusión tangible y gratificación inmediata. El formato digital provoca divagación mental (mind wandering), mientras que el papel facilita la concentración. En cuanto al rol del profesor, hay opiniones diferentes.

 

Tendencias del modelo de enseñanza

Se ha detectado que los jóvenes prefieren la desinstitucionalización y la socialización de la enseñanza. Más del 90 % de los alumnos comparten chats digitales con compañeros de clase, pero solo el 18 % responde a los mensajes de otros alumnos cuando se hacen a través de chats institucionales. Prefieren resolver dudas entre compañeros a través de aplicaciones de mensajería y valoran estudiar con casos de estudio por equipo (más del 97 % en el caso de los centeniales y más del 80 % en caso de los mileniales).

Los contenidos se acortan y se focalizan en un único concepto, y se eliminan los espacios de debate y la reflexión. Esto desincentiva el consumo de formación reglada por parte del estudiantado. La búsqueda de vídeos con contenido didáctico ha aumentado un 70 % año tras año. El 80 % del tráfico web estará basado en vídeos en los próximos años. Los usuarios de YouTube prefieren vídeos cortos y que no requieran audio; en Facebook, el 85 % de los vídeos se reproducen sin sonido.

Los estudiantes son conscientes de que tienen acceso a multitud de recursos educativos, pero encuentran problemas en el planteamiento de los temarios y en las evaluaciones o les cuesta encontrar la información específica que buscan. Los expertos debaten si ofrecer píldoras de dos o tres minutos puede ser, a la larga, contraproducente.

Los alumnos se informan cada vez más a través de formatos que mezclan entretenimiento y contenidos formativos. El 83 % de los que reciben formación ludificada se sienten motivados, mientras que el 61 % no se sienten aburridos. Más de un 40 % de los jóvenes se informa de temas de actualidad a través de Twitch, de las redes sociales o de mensajería instantánea. Los profesionales del sector son muy conscientes de ello: el 70 % invierte de manera activa en marketing de contenidos, puesto que genera tres veces más leads que las estrategias tradicionales. Valoran que los profesores se esfuercen para enlazar teoría y actualidad, ya que el hecho de que los conceptos sean más tangibles y próximos ayuda al estudiantado a entenderlos, a darles más valor y a recordarlos más fácilmente. En cambio, hay polaridad de opiniones entre los profesores en este punto.

 

Dispositivos

Hay que destacar la alta capacidad que han demostrado los alumnos para discernir los usos de los dispositivos y formatos en función de su objetivo y de los impactos esperados.

 

 

Conclusión

Con este estudio hemos identificado algunos factores de cambio y líneas de evolución del entorno sociotecnológico y educativo de las nuevas generaciones. A partir de las tendencias detectadas, dentro de la universidad tenemos que iniciar debates que nos permitan describir el escenario de consumo de contenidos complejos de los próximos años.

 

 

 

 

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Autores / Autoras
Periodista especializada en temas educativos, ámbito social y cultural, y escritora. Ha trabajado en medios de comunicación y ha sido responsable de Comunicación de instituciones educativas y entidades sociales.  Actualmente, trabaja en una fundación de acción social como responsable de sensibilización.
Guillem Garcia Brustenga es experto en detección y análisis de tendencias en el eLearning Innovation Center (eLinC) de la UOC. Ingeniero de telecomunicaciones senior de la Universidad Politécnica de Cataluña (1997), tiene un máster en Multimedia y dos posgrados en Administración de Empresas y Dirección de Proyectos. Ha participado en la gestión de varios proyectos tecnológicos de la UOC en áreas de innovación relacionadas con Internet como facilitador de la innovación educativa de la universidad desde el eLinC. Está interesado en modelos y estrategias de innovación, transformación digital de las empresas, oportunidades emergentes y su efecto en la tecnología –y el crecimiento exponencial que provoca– en las personas, la sociedad, el mercado laboral y la educación.
Desirée Rosa Gómez Cardosa
Especialista en innovación educativa en el Grupo Operativo Observación del eLearning Innovation Center de la Universitat Oberta de Catalunya. Su especialidad es la detección y análisis de tendencias educativas, innovación y tecnología en el Observatorio de Tendencias Educativas e Innovación del eLinC. Tiene  una licenciatura y un máster en Historia del Arte por la Universitat de Barcelona y un Postgrado de Dirección y Gestión del e-learning de la UOC. 
El eLearning Innovation Center (eLinC) impulsa la evolución de nuestro modelo educativo a través de innovaciones en el aprendizaje.