El eLinC asesora a la UTEC de Uruguay para avanzar hacia su digitalización

12 junio, 2023
Foto: AbsolutVision, Unsplash

Tamara Martínez Vílchez y Toni Martínez-Aceituno, miembros del eLearning Innovation Center (eLinC) de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), se encargaron de dinamizar la reflexión con la Universidad Tecnológica del Uruguay (UTEC), que busca integrar el formato digital en su oferta educativa. En esta entrada conversamos con Tamara y Toni sobre su visión del proceso de asesoría educativa, en el marco de las asesorías a universidades para la transformación digital.

¿Cómo varía el concepto que tienen las universidades sobre sí mismas cuando quieren integrar la virtualidad?

Tamara: Cuando las universidades quieren integrar la virtualidad, tienen que hacer un giro en su concepto inicial, tanto en lo que respecta al modelo educativo como al organizativo y de servicios. Ya hacía tiempo que las universidades venían reflexionando sobre la concepción y la integración de ecosistemas tecnológicos, y la pandemia dio un empuje a este cambio conceptual.

Ante la digitalización cada vez mayor de la sociedad, las universidades que se basaban en la presencialidad se dieron cuenta de que tenían que ofrecer líneas virtuales, y la mayoría empezaron con programas de educación continua. Todas las universidades han tenido que repensar sus modelos, ya sea con modelos virtuales o híbridos. Muchas universidades presenciales tienen tendencia a hibridar, y aquí hay que ver cómo define cada universidad el concepto de hibridación. Se debe tener en cuenta que esta transición es muy importante y que el sistema universitario debe encarar el innovador escenario que están imponiendo las nuevas tecnologías para estar conectado con este nuevo paradigma que demandan las sociedades digitalizadas.

Toni: Virtualizar comporta inevitablemente cambiar de escenario. En escenarios distintos, las instituciones no se pueden organizar ni actuar de la misma forma. Este fenómeno lleva a las instituciones a analizar procesos y a replantearse la oferta formativa y los roles de los agentes educativos. En esta reflexión sobre la virtualización, las universidades hacen análisis que, a veces, incluso mejoran sus puntos de partida.

Tamara Martínez Vílchez y Toni Martínez-Aceituno en la jornada de trabajo con los integrantes de la UTEC

¿Qué influencia tuvo la transformación digital en la misión, la visión y la proyección institucionales de la UTEC?

Toni: La UTEC es un centro de educación terciaria universitaria que nació con la misión de tener alcance en todo el territorio nacional. La decisión de hibridar su oferta formativa comporta que pueda satisfacer esta misión inicial con mayor intensidad. De esta forma, llegan a rincones del país donde hay estudiantes que no pueden acceder a la universidad.

Tamara: La transformación digital ha dado fuerza a la misión, la visión y los valores de la UTEC. Esta universidad quiere democratizar la educación superior en Uruguay e integrarla en el sector productivo. Para ello, se crearon los Institutos Tecnológicos Regionales (ITR) y las sedes en las regiones del interior del país, con el objetivo de dar cobertura a los estudiantes que, debido al factor de la territorialidad, podían verse excluidos del sistema universitario.

La UTEC ya trabajaba en la transformación digital desde 2015, ya que había observado que la virtualización de las unidades curriculares de las carreras era el camino para dar impulso a su misión, visión y proyección. Después de la pandemia, la institución incorporó la transformación digital a su plan estratégico. Como consecuencia, creó un centro de transformación digital (CTD) que liderara el proceso de digitalización de la UTEC.

¿Qué papel desempeña la singularidad de cada universidad en la reconfiguración de su modelo educativo?

Tamara: Cada universidad es única por varios factores, entre los que hay el contexto, el perfil del estudiantado y del docente y la forma de organizarse, entre otros. La coherencia que se teje entre estos factores es lo que aporta singularidad a la institución.

Toni: El proceso de singularidad enfatiza aspectos del modelo educativo que proporcionan unos rasgos distintivos a las universidades. Estos elementos tienen que ser reconocibles por parte de los estudiantes y del entorno social de la institución. Normalmente, los aspectos que se enfatizan tienen repercusiones en el modelo organizativo y de servicios de la universidad. Una vez que los elementos del modelo educativo se hacen altamente reconocibles, son un factor tractor de estudiantes y de talento para las instituciones educativas.

Cuando las universidades quieren integrar la virtualidad, tienen que hacer un giro en su concepto inicial, tanto en lo que respecta al modelo educativo como al organizativo y de servicios.

Tamara Martínez Vílchez, miembro del eLinc de la UOC

¿De qué forma ha influido la pandemia de la COVID-19 en la transformación del modelo educativo de la UTEC?

Toni: La pandemia ha influido en todos los niveles educativos, incluido el de la educación superior. En el caso de la UTEC, la influencia no ha sido radical, ya que antes de la pandemia la institución se había planteado la incorporación progresiva de la virtualización a la oferta formativa.

La pandemia evidenció que la institución estaba preparada para entrar en la virtualización. Lo que debía cambiar era la planificación en términos de la duración de la transformación digital de la institución y de su oferta formativa.

Tamara: Hubo algunos factores que permitieron que la UTEC pudiera dar una respuesta muy positiva durante la pandemia y en menos de una semana lograra que se pudieran seguir las clases de manera regular. La universidad ya tenía algunas prácticas de integración de las tecnologías; de hecho, había hibridado una de sus carreras en 2015. Además, en 2019 creó un área dedicada a la tecnología del aprendizaje y trabajó en un marco de tecnología digital, por lo que ya disponía de plataforma de aprendizaje. El estallido de la pandemia sirvió para fortalecer el rumbo hacia la digitalización que ya se venía trazando, recoger las buenas prácticas vividas y exponer las dificultades con las que se habían encontrado docentes y estudiantes, con el fin de analizarlas y dejar atrás la modalidad en línea de emergencia. De este modo, la institución se centra en construir un modelo híbrido propio en el que prime la calidad educativa.

¿Cuáles fueron los actores que participaron en el proceso de reflexión del modelo educativo de la UTEC?

Tamara: La UTEC siempre ha querido realizar todas las reflexiones institucionales de forma participativa por parte de todos los actores de la comunidad educativa de la institución. En este proceso de reflexión han participado directores de carrera, coordinadores de los Institutos Tecnológicos Regionales, docentes, dirección educativa, autoridades y, como particularidad, estudiantes. No todas las universidades incorporan estudiantes a su proceso de reflexión estratégica, y esto, directamente, pone al estudiantado en el centro. A nosotros nos parece muy novedoso contar con la presencia de estudiantes en un proceso de reflexión institucional, puesto que enriquecen el análisis que se ha llevado a cabo durante las distintas sesiones.

El hecho de que la tecnología medie en una oferta formativa hace que se deban tomar decisiones respecto a la gestión del tiempo y del espacio.

Toni Martínez-Aceituno, miembro del eLinC de la UOC

¿Qué características deben contemplarse en cuanto a los agentes y los elementos del modelo educativo para avanzar hacia la modalidad híbrida? ¿Cuáles fueron en el caso de la UTEC?

Toni: En un proceso de hibridación como el de la UTEC, hay que partir de un cambio de escenario. Cada uno de los elementos del modelo educativo se acomoda a decisiones que afectan al espacio y al tiempo porque están mediados por la tecnología. El hecho de que la tecnología medie en una oferta formativa hace que se deban tomar decisiones respecto a la gestión del tiempo y del espacio. De esta forma, el espacio deja de ser único y el tiempo deja de ser obligatoriamente coincidente para poder ser asíncrono y no ubicuo. A partir de aquí, las tareas de los agentes del modelo educativo tienen que ir de la mano de la tecnología.

Con el uso de la tecnología, se amplía la variedad de recursos de aprendizaje que pueden emplearse. Estos recursos pueden construirse de una forma distinta con respecto al formato presencial y, además, revisarse las veces que sea necesario. En el caso de la UTEC, inicialmente se apostaba por un modelo de formación híbrido síncrono y bicrónico, pero la universidad está probando más combinaciones de tiempo y espacio para avanzar hacia un escenario de más flexibilidad para el estudiantado.

¿Cuáles son las particularidades del estudiantado que ingresa en programas formativos a distancia, en términos generales? ¿Fue difícil para la UTEC hacer un diagnóstico preciso del perfil del estudiantado?

Tamara: El perfil mayoritario que ingresa en programas formativos a distancia suele ser el de un adulto trabajador. En un principio, este tipo de modalidad aporta más flexibilidad y autonomía al estudiante. De este modo, puede compaginar sus estudios con su vida profesional y su vida personal. En el caso de la UTEC, la mayoría del estudiantado son estudiantes de primera generación universitaria en las familias. La UTEC tiene muy bien identificado su censo de estudiantes con distintos indicadores y en función de las regiones y carreras escogidas.

Toni: También añadiría que las personas que acceden a estudios en línea de educación superior son estudiantes que no pueden asumir el coste de desplazarse y vivir en las ciudades donde se ubican las universidades. En el caso de Uruguay, el número de estudiantes que no pueden desplazarse hasta la capital, donde se concentra más del 85 % de la oferta universitaria, es significativo. En algunos casos, el estudiante que finaliza la formación obligatoria hasta la mayoría de edad renuncia por motivos económicos. La UTEC supone una alternativa para estos estudiantes muy jóvenes, ya que pueden desplazarse presencialmente a sus centros y, en el caso de la oferta semipresencial, pueden atender las responsabilidades familiares.

¿A qué conclusiones llegaron los actores que formaron parte de la reflexión del modelo educativo híbrido de la UTEC?

Toni: Hemos podido ver que el proceso de reflexión ha llevado a los participantes a identificar la necesidad de releer y redefinir el modelo educativo institucional para ajustarlo a un modelo híbrido que aproveche las ventajas y los beneficios de la presencialidad y la virtualidad. La UTEC tiene la intención de combinar el formato presencial y el formato virtual de la manera más satisfactoria posible para el estudiantado y el personal que trabaja en la institución. Una gran parte de los integrantes de la institución piensa que el modelo educativo híbrido se tiene que revisar y repensar.

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Autor / Autora
Graduado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Comunicador en el eLearning Innovation Center (eLinC) de la UOC y periodista colaborador en revistas culturales nacionales. Autor de varios reportajes sociales en medios periodísticos. Tiene experiencia en diarios nativos digitales y agencias de comunicación.