Personalización para una universidad más abierta a la diversidad

Uno de los principales retos de las universidades iberoamericanas es crear más y mejores herramientas para favorecer un aprendizaje más flexible y atento a las necesidades del estudiantado

Adaptarse a las necesidades de cada estudiante, así como crear herramientas y sistemas para facilitar su formación. Así han definido la personalización del aprendizaje los tres participantes del debate virtual realizado en el marco de los «Diálogos» organizados por la unión colaborativa de observatorios iberoamericanos en materia de educación que estableció la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) en 2018. La tríada de profesores que han conversado sobre flexibilidad educativa en el campo académico han sido Jordi Conesa, profesor de la UOC desde hace casi quince años, dedicado a fomentar un aprendizaje más significativo en la institución; Vania Minami, coordinadora de Gestión Curricular de la Oficina de Gestión Curricular y Evaluación de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), y Esteban Venegas, director del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey (TEC). 

Vídeo del diálogo

Todos los expertos han coincidido en que la personalización en el ámbito universitario es una puerta de entrada a unos centros educativos más abiertos a la diversidad y con mayor capacidad de adaptación. «La personalización es adecuar el aprendizaje de cada estudiante a sus necesidades, fortalezas, habilidades e intereses, darles flexibilidad sobre qué, cómo y cuándo aprender para que sean dueños de su formación», ha definido Venegas, del Tecnológico de Monterrey. En el caso de la UOC, Conesa ha matizado que la individualización resulta especialmente útil para su institución debido a que gran parte del alumnado son personas adultas que tienen que compaginar los estudios con el trabajo. De hecho, según las cifras del portal de transparencia de la UOC del curso 2020-2021, hasta un 90 % del estudiantado trabaja y la mitad escogió esta universidad para poder compatibilizar el grado o máster con su carrera profesional en activo. «Entendemos que el estudiante es un ser adulto, que sabe lo que conoce, sabe cómo aprende y lo que necesita, y tenemos que dejarle margen para que escoja qué asignaturas quiere hacer, cuándo y cuántas por semestre», comenta el profesor de la UOC. 

Para ello, es primordial tener en cuenta que la flexibilidad debe estar incorporada en tres ejes principales: el campo curricular, el de la metodología y el soporte académico, ha matizado Minami, de la PUCP. Para todos estos pilares, la tecnología es un ámbito imprescindible por desarrollar y son muchos los ejemplos que están aplicándose actualmente en los centros educativos iberoamericanos. En Monterrey, aparte de una red wifi estable y potente en los veintiséis campus que integran la universidad, también han implementado un software especializado.

En la UOC se permiten entregas en audio o vídeo o se pueden recibir las respuestas del profesorado también en estos formatos y se están aplicando tecnologías de inteligencia artificial que profundizan en la personalización del aprendizaje, no solo para el estudiantado, sino también para el personal docente y para el equipo administrativo. En el TEC cuentan con un centro de desarrollo docente en cada uno de los campus de la universidad y la UOC también dispone del eLearning Innovation Center (eLinC), que asesora y acompaña al personal docente en la educación digital.

Por lo que respecta a inteligencia artificial, recientemente en la UOC se aplicaron técnicas de procesamiento de lenguaje para percibir el estado emocional del alumnado. De este modo, las conclusiones permitían al profesorado saber cómo se encontraban sus alumnos y alumnas realizando las tareas y eso posibilitaba adaptar los mensajes y las actividades para fomentar una mayor motivación y optimización del esfuerzo. Otro caso, ha explicado Conesa, es el cruce que se hizo entre los recursos de aprendizaje de la universidad y las ofertas de trabajo. Así, utilizando procesamiento del lenguaje, la UOC unió todo lo que enseñaba con lo que las empresas pedían para ofrecer un itinerario más ajustado de las asignaturas a cursar, dependiendo del tipo de cargo o tarea profesional que cada estudiante quisiera conseguir. «Lo importante de la tecnología no es utilizarla, sino utilizarla para resolver problemas«, ha añadido el experto catalán. 

Por su lado, en el centro educativo peruano destacan mejoras en los sistemas del soporte administrativo, un elemento muy relevante en la experiencia académica del estudiantado, sobre todo en el sistema de matrícula, de gestión de los planes de estudio y de la actualización de los programas. Venegas, de Monterrey, también ha valorado muy positivamente las innovaciones de personalización entre estos agentes del proceso educativo porque el personal administrativo acompaña al estudiantado «en el laberinto de las instituciones», una guía que mejora la calidad del centro universitario. «La personalización cuida la calidad académica y el aspecto disciplinar. El centro tiene que adaptarse a las necesidades del alumnado para formar a ciudadanos motivados respecto a su proceso formativo y a su rol en la sociedad como profesionales», ha reflexionado Minami. Para que todo esto ocurra y que todo el estudiantado pueda aprovecharlo, añade, hay que seguir apostando por la creación de herramientas y sistemas por parte de la institución. 

Imagen de los participantes en el diálogo

Aunque han sido muchas las innovaciones en el aspecto de la personalización del aprendizaje, los tres expertos que han participado de la sesión de «Diálogos» han convenido que aún hay mucho trabajo por hacer y que la individualización supone «uno de los grandes retos y esfuerzos» de los últimos años, sobre todo después de la pandemia. Venegas, de Monterrey, apunta que esta es la clave para el futuro de la educación: «La educación del siglo xxi tiene que ser personalizada y flexible y la tecnología debe tener un papel relevante en este desarrollo».