Antoni Roig: «Los juegos son grandes oportunidades para crear espacios de experimentación”

22 febrero, 2024
Foto por Karthik Balakrishnan en Unsplash

Joan Arnedo y Antoni Roig, profesores de los estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación y de Ciencias de la Información y de la Comunicación, respectivamente, en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), son miembros de los grupos de investigación GAME y Mediaccions, e impulsores de la jornada «La UOC juega». Los asistentes, provenientes de distintas áreas y estudios de la UOC, participaron en algunos juegos de mesa como Dixit, Codi Secret, Exploding Kittens, Quirky Circuits, Piu Piu, Rhino Hero, Noviembre Rojo i Magic Maze, y, al acabar, compartieron la experiencia. Conversamos con los impulsores para saber más de esta iniciativa y, también, de la importancia del juego para el aprendizaje a lo largo de la vida.

 
¿Por qué una jornada como «La UOC juega»?

Joan Arnedo (JA): Aunque se planteaba parcialmente como una oportunidad para mirar los juegos propuestos de forma analítica y estudiar su potencial para aprender (lo que sea, aunque fuera gestión de crisis imaginarias, o cómo equilibrar cartulinas para hacer una torre), el quid de la cuestión era crear un espacio en el que encontrarnos con los compañeros y poder conocernos y relacionarnos. Pese a que es difícil encontrar ese tiempo en el día a día, creo que, los que fuimos, logramos esos objetivos.

Antoni Roig (AR): Como dice Joan, un primer objetivo fue crear espacios de relación entre compañeros y compañeras, en un momento en el que, por primera vez en su historia, la UOC al completo comparte un mismo espacio, en el que disponemos de multitud de rincones donde encontrarnos, conocernos y realizar actividades que creen vínculos. En segundo lugar, los juegos son grandes oportunidades para crear espacios de experimentación: hay juegos que facilitan la reflexión, ciertas habilidades o formas diversas de creatividad. A veces han sido creados con esa intención y, otras muchas, simplemente lo llevan «de serie». Sea como sea, la «La UOC juega» puede ser una muy buena oportunidad para reunir a personas con intereses diversos para compartir juegos existentes que pueden aportarnos algo a nuestro ámbito. Y, por último, me gustaría que fuera un banco de pruebas, un sandbox para testear y presentar juegos desarrollados internamente en la UOC, de forma que damos visibilidad y alcance a iniciativas creadas internamente y potenciamos la investigación y la transferencia.

Algunos de los participantes en la jornada «La UOC juega».
 
¿Es el juego importante en nuestra especie?

JA: Simplemente citaré a Raph Koster, que en su libro A Theory of Fun for Game Design afirma que «diversión es solo una palabra más para aprender». Los juegos te enseñan cómo funcionan los aspectos de la realidad, cómo entenderte a ti mismo, cómo entender las acciones de los demás y cómo imaginar. Ya desde pequeños jugamos, y muchos juegos no dejan de tener su origen en el aprendizaje de habilidades importantes, aunque sea saber relacionarse con los demás. Y quien dice nuestra especie, dice otras. Los humanos no somos los únicos que jugamos con este propósito tan concreto de aprender en un entorno seguro, de forma simplificada, habilidades claves para su vida adulta: cazar, esconderse…

Y, claro, también porque son divertidos y a veces necesitamos desconectar, socializar, compartir experiencias en un entorno seguro (jugamos porque queremos, nadie nos obliga a ello), etc.

AR: Para mí, los juegos tienen un carácter relacional: nos permiten explorar situaciones y mundos; nos retan para ponernos a prueba en un entorno seguro y donde siempre podemos ejercitarnos, aprender, repetir y mejorar sin riesgo; se basan en la diversión (por lo que nos igualan a las personas que participan en ellos), y con ellos construimos nuestro camino abierto a la sorpresa, la toma de decisiones y el azar.

Los juegos son grandes oportunidades para crear espacios de experimentación: hay juegos que facilitan la reflexión, ciertas habilidades o formas diversas de creatividad.

 
¿Qué aporta el juego al aprendizaje?

JA: Una reflexión que hice en la jornada es que se ha demostrado que los juegos aportan muchos beneficios (no recuerdo de dónde saqué la lista y no puedo citarla, pero no es mía):

  • Son divertidos y nos hacen sentir bien.
  • Son memorables.
  • Permiten desinhibirse.
  • Favorecen la creación de equipos.
  • Enfatizan la práctica y la retroalimentación.
  • Fomentan el pensamiento.
  • Enseñan a tomar decisiones.
  • Provocan impacto emocional.
  • Permiten experimentar otros roles.
  • Convierten lo abstracto en tangible.

Y mi reflexión es que, ¿sabes qué? Que si tuviera que impartir una asignatura, pero resultara que detesto los juegos, aun así querría que se consideraran todos estos aspectos.

AR: Como comenta Joan, la lista es realmente enorme. Volviendo a algo que decía antes, los juegos son entornos basados en la diversión y la experimentación en un entorno seguro, donde podemos volver una y otra vez (el propio juego nos anima a repetir, precisamente, por el disfrute que provoca no solo ganar o perder, sino simplemente «hacer»…). Los juegos pueden presentar distintas realidades, más fantásticas o más factuales, pero podemos reconocerlas y nos permiten tomar decisiones con un margen de autonomía importante, lo cual es esencial en el aprendizaje. Y muy a menudo nos permiten trabajar en grupo, ya sea en cooperación o en competición.

 
¿También en el aprendizaje a lo largo de la vida?

JA: Todo lo dicho es aplicable tanto a pequeños como a mayores. Claro, en cada ciclo de la vida buscaremos un tipo de juego u otro, según si nos parece o no un reto. Igual que varía nuestro gusto por la lectura y dejamos de leer cuentos (o no…).

AR: Creo que uno de los grandes errores de percepción en relación con los juegos es situarlos solo en la esfera infantil y, en consecuencia, «menor». El juego es una cualidad humana que nos reconecta con una parte esencial, instintiva, que a menudo ninguneamos como adultos, pero que es fundamental para nosotros. Poder asumir un rol determinado, experimentar y ponerte a prueba, encontrar un espacio de relación personal que crea vínculos (como dice Joan, los juegos son memorables); poder imaginar, crear estrategia, asumir otros roles, aceptar unas reglas compartidas con un conjunto de personas; o, simplemente, darnos tiempo, hace que me parezca esencial para la vida adulta.

El juego es una cualidad humana que nos reconecta con una parte esencial, instintiva, que a menudo ninguneamos como adultos, pero que es fundamental para nosotros.

 
Cuando nos hacemos mayores, ¿dejamos de jugar?

JA: ¿Es eso cierto? En todo caso, como en otras cosas, variamos nuestros gustos, o dejamos de tener la oportunidad/tiempo (que no ganas) de hacerlo como antes. La diversión y el juego son subjetivos, y por tanto nos volvemos más selectivos. Pero ¿realmente a nadie le interesa el juego? Miremos entonces los juegos olímpicos o los mundiales de fútbol.

AR: No dejamos de jugar; en algunos casos, dejamos de considerar el juego como una actividad valiosa porque se nos orienta mucho a la productividad y separamos la esfera de la «vida seria» de la del juego, pero no hay realmente diferencia.

 
¿Cómo se incorpora el juego a la universidad?

JA: Existen muchas experiencias en la literatura científica sobre cómo aplicar el juego en entornos de educación superior, que muestran evidencias de sus aspectos positivos. Por eso, por ejemplo, organizamos el GamiLearn cada año. Pero, en los últimos tiempos, y supongo que es lo que toca en la UOC, tiene mucha relevancia el juego digital, dado el peso actual de los videojuegos en la cultura popular. Algunas universidades ya contemplan ludotecas como parte integral de sus recursos para los estudiantes, igual que tienen su biblioteca (pero no en igual medida, aún). Sobre este tema, y algunos ya tratados antes, recomiendo el libro Learning with Digital Games, aunque en el título ponga la palabra digital. Ahora bien, «La UOC juega» va de juegos de mesa.

AR: Como dice Joan, en universidades como la nuestra el juego «digital» tiene presencia, aunque sea en forma de juegos de simulación, minijuegos o líneas de trabajo más explícitas sobre videojuegos. En cuanto a investigación, el juego tiene un interés multidisciplinar, que va desde la tecnología hasta el diseño, la antropología, la educación, la cultura visual y las narrativas. En el ámbito de la comunicación, que es el que más conozco, hemos trabajado el desarrollo de escape rooms educativos, juegos de simulación de crisis, juegos para facilitar la discusión alrededor de un tema o juegos de creación de historias colectivas.

En cuanto a investigación, el juego tiene un interés multidisciplinar, que va desde la tecnología hasta el diseño, la antropología, la educación, la cultura visual y las narrativas.

 
Para acabar nuestra conversación, os planteo una cuestión como si se tratara de un juego. ¿Qué pensáis de estas dos frases?

«El hombre no deja de jugar porque se haga viejo. Se hace viejo porque deja de jugar». Bernard Shaw

«Jugar es la forma preferida de nuestro cerebro para aprender». Diane Ackerman

JA: Sobre la primera, dejar de jugar es como decidir que un buen día dejarás de pensar o de afrontar algún reto. Ya no es simplemente envejecer en la concepción de «pasar de niño a adulto» y de dejar atrás una parte de la inocencia, sino en la de dejar de cuidarte a ti mismo.

AR: Exacto, no dejamos de jugar: dejamos de tener al juego en consideración y, a veces, juzgamos a otros por dedicar tiempo a jugar, como si ello nos quitara tiempo para hacer «cosas importantes». Pero no nos miramos a nosotros mismos, no nos fijamos en la vertiente lúdica de nuestra vida, que necesitamos como el respirar.

 
Enlaces de interés:
 
Referencias:

Koster, R. (2013). Theory of fun for game design. O’Reilly Media, Inc.

Whitton, N. (2009). Learning with digital games: A practical guide to engaging students in higher education. Routledge.

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