El aprendizaje a lo largo de la vida: ¿cuál será el papel de las universidades en el futuro?

La educación a lo largo de la vida debe verse como un camino por recorrer, algo que no concluye con el ingreso en el mundo laboral. Los enormes cambios sociales que se han producido en los últimos años, acelerados por la pandemia, dejan claro que las universidades se están adaptando a nuevos modelos de aprendizaje demandados por la sociedad.

Para analizar el aprendizaje a lo largo de la vida, la iniciativa Diálogos ha organizado una nueva edición con la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Tecnológico de Monterrey) y el eLearning Innovation Center (eLinC) de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). La sesión ha contado con la participación de Teresa Iribarren, subdirectora de Alianzas, Comunidad y Cultura en representación de la UOC; Flavio Ausejo, director de Educación Continua de la PUCP; Karina Fuertes, editora jefe en el Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey, y Esteban Venegas, director del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey, que actuó como moderador.

El futuro de las universidades

La pregunta que ha iniciado la sesión ha interpelado a los participantes sobre cuál será el papel de las universidades en la adaptación de las sociedades a las cambiantes demandas de habilidades y conocimientos en economías y entornos en constante cambio. Flavio Ausejo ha puesto el foco en la inteligencia artificial como motor de cambio en la educación y también en el desarrollo de la virtualidad tras la pandemia. Algo en lo que coincide Teresa Iribarren, quien además ha añadido otros retos, como, por ejemplo, el cambio climático o corregir las desigualdades. «Para mí la educación a lo largo de la vida viene a la par de lo que es el derecho a la investigación, concebida esta como un impulso para formularnos preguntas relevantes que nos permitan reflexionar de forma crítica sobre cómo vamos a solucionar todos estos vaivenes que nos depara el futuro», dice.

Por su parte, Karina Fuertes ha puesto el foco en los grandes cambios sociales de las últimas décadas y cómo afectan a la universidad: «Tenemos cambios constantes en los empleos y en la dinámica de la política socioeconómica, de manera que actualmente tener una educación universitaria ya no es una garantía para conseguir un empleo fijo. Y esto obviamente impacta muchísimo en las universidades, porque al final quien estudia un grado universitario tiene que capacitarse constantemente, incluso después de terminarlo. Un rol fundamental de las universidades en el futuro es investigar sobre el envejecimiento activo (por ejemplo, cómo podemos envejecer mejor) y la transmisión de ese conocimiento hacia la comunidad».

Los participantes en un momento del Diálogos

Microcredenciales y espacios de socialización

Otra de las cuestiones importantes lanzadas por el moderador durante el encuentro se ha centrado en las iniciativas o proyectos que están realizando las universidades para adaptarse a los cambios sociales. Teresa Iribarren ha explicado que desde la Universitat Oberta de Catalunya están desarrollando dos líneas de trabajo: «Por una parte, atomizamos el conocimiento en pequeñas unidades que pueden cursar alumnos y alumnas que no han pasado previamente por la universidad. Y la otra línea es trabajar en las microcredenciales que van a acreditar a nuestros alumnos y alumnas para que puedan incorporar a su currículum unos diplomas que les van a ayudar mucho al buscar trabajo». Karina Fuertes se ha expresado en la misma línea, destacando la importancia de las microcredenciales o credenciales alternativas que se imparten en línea en su universidad, y ha hecho hincapié en la nueva tendencia de las universidades de dar cabida a personas mayores: «Algunas universidades se están dando cuenta de la necesidad que existe en la población adulta mayor que se acerca a la universidad no tanto para conseguir un diploma que les ayude a la empleabilidad, sino para buscar comunidad, para evitar la soledad».

Por su parte, Flavio Ausejo ha destacado la importancia de los proyectos de la Universidad Católica del Perú basados en la educación continua, la construcción de cursos MOOC a través de la plataforma de Coursera y la visión de la universidad como un espacio de socialización: «Tenemos personas de distintas edades que acuden al curso básicamente como un espacio para conocer personas, para poder internamente experimentar un sentido de realización», ha señalado.

Aprendizaje y salud mental

El moderador ha destacado la importancia de la salud mental en el contexto del aprendizaje a lo largo de la vida y ha planteado la siguiente cuestión: ¿cómo influye positivamente el aprendizaje a lo largo de la vida en la salud mental del adulto mayor? Karina Fuertes ha mencionado los distintos estudios científicos y académicos que señalan que cuanta más educación tiene una persona, más esperanza de vida. En esta línea, Flavio Ausejo ha explicado la importancia de los vínculos sociales en la salud mental de las personas mayores: «La posibilidad de interactuar en un espacio de aprendizaje que también es un espacio social marca la diferencia. En la Universidad Católica tenemos también la posibilidad de combinar en una sola aula a alumnos más jóvenes y a alumnos que son un poco mayores. Y la experiencia es muy hermosa». Por último, Teresa Iribarren ha destacado dos aspectos que pueden mejorar la salud mental desde las universidades: «Trabajar en el ámbito de la creatividad, ya que es beneficioso para la salud mental, y conseguir confianza en uno mismo, es decir, al aprender nuevos conocimientos se obtienen unas gratificaciones que de manera sutil hacen que se afirme más la personalidad».

Este contenido favorece el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4 de la ONU, educación de calidad.