La gestión del talento, clave para la competitividad empresarial

4 abril, 2023
Talento y competitividad empresarial. Foto de Krakenimages en Unpash.

En su versión más extendida, entendemos por competitividad empresarial “el conjunto de cosas que una empresa sabe hacer de una manera muy provechosa y siendo mucho más competitiva que su competencia”. Con esta definición, David Ortega-Galán, CEO de la empresa Montronic Vic, dedicada a la fabricación de circuitos electrónicos, empezaba la conferencia online Talento y competitividad empresarial, organizada con motivo de la Feria Virtual de Empleo de la UOC.

Cristian Castillo-Gutiérrez, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, fue el encargado de presentar el evento y no quiso perder la oportunidad de hacer una breve presentación sobre Ortega-Galán. Castillo-Gutiérrez lo definió como “un profesional que sabe lo que significa empezar desde abajo”. Y es que Ortega inició su andadura profesional como trabajador de producción en el sector de la electrónica y ha ocupado diversos cargos como ingeniero de aplicaciones, ingeniero de ventas, director comercial y director de operaciones. 

Ortega hizo especial hincapié sobre la competitividad a día de hoy, totalmente marcada por un “mundo en constante cambio”. Ahora, los ciclos económicos son más cortos y vienen determinados por factores externos, como el cambio climático o la pandemia. En este contexto de situación cambiante, “detectar las oportunidades de generar valor añadido” es clave para ser más competitivo que el resto. 

¿Qué es el talento?

Para hablar de empresas competitivas, se debe hablar primero de personas competitivas. Son aquellas que, en palabras de Ortega-Galán, “tienen más conocimientos, capacidades y habilidades que el resto”. Y, gracias a ello, “generan más valor o más retorno a la compañía”. Estas características desarrolladas en un entorno también cambiante llevan a las empresas a hablar de talento. 

El talento es un “conjunto de actitudes y valores”, según Ortega-Galán, “muy ligados al carácter” y que hacen que aquella persona genere valor. No tiene que ver solo “con los conocimientos, ni las capacidades, ni las habilidades”. Porque tener talento “tiene mucho que ver con la personalidad”. Además, el CEO de Montronic Vic lo tiene claro: “una persona talentosa tiene que ser competitiva”. 

A pesar de tener la certeza de que el talento “no se enseña en los cursos”, Ortega-Galán hace una incisión para felicitar a la UOC, donde sí ya hay “cientos de programas un poco focalizados a este tipo de necesidades”. Algo que considera “un gran ejemplo en cuanto a enseñanza”, porque es una anticipación a lo que se está pidiendo en las empresas. 

Características de una persona con talento

Las personas con talento “saben perfectamente que las cosas se consiguen con esfuerzo” y tienen “el valor de la constancia muy arraigado”. Porque son conscientes que “el esfuerzo no es temporal” y hay que ser constante en un mundo donde “los conocimientos van cambiando”. Una característica a la que se le suma la perseverancia, según Ortega-Galán.

Los profesionales con talento “no tienen miedo al fracaso”, porque llevan interiorizada la ley de Einstein: “Solo fracasa quién deja de intentarlo”. Siempre están dispuestos a nuevos retos y aventuras porque “a los más talentosos les aburre estar siempre en su zona de confort”. Además, otra de sus características diferenciadoras es la de la “autocrítica constructiva”. Esto les ayuda a implementar medidas correctivas con las que el error “se convierte en una bendición, porque han aprendido una serie de cosas”. Y esto les permitirá no volver a cometerlo. 

En este contexto, Ortega-Galán aprovecha para hablar de la responsabilidad que las empresas tienen a la hora de ayudar a que sus empleados no repitan sus errores. Hay que revisar si a la hora de “implantar el proceso había una probabilidad de error”. Y, de ser así, tomar medidas para solucionarlo. Siempre desde la autocrítica constructiva, que también deben hacer las compañías. 

La importancia de saber anticiparse al cambio

Cristian Castillo-Gutiérrez apunta que estamos ante un cambio de mentalidad. No se trata de “buscar culpables, sino sobre todo de buscar la solución”. Algo que también forma parte actualmente de la gestión del talento. En relación con eso, Castillo-Gutiérrez pregunta a Ortega-Galán sobre las diferencias entre la competitividad de las empresas y el talento de hoy con el de hace una década. 

La competitividad actual viene determinada por muchas variables e incertezas, sumadas al frenético ritmo del avance tecnológico, según el CEO de Montronic Vic. Y esto nos lleva a hablar de conceptos que antes no existían como “la globalización o la revalorización”. Antes se podía hacer “un plan de inversión a cinco o seis años vista”. En cambio, ahora, las estrategias deben ser “a corto y medio plazo” porque se necesita “muchísima más agilidad”. 

Las empresas necesitan anticiparse a los nuevos escenarios, porque las zonas de confort ya no duran nada. Y esto significa que hay que estar dispuestos a un “cambio constante”. En ese sentido, Ortega-Galán hace especial hincapié en el impacto del cambio climático que “afecta directamente a cualquier tipo de empresa” y obliga a prepararse ante “los diferentes escenarios que pueda haber en función de cómo evolucionen todas esas variables que interactúan externamente” a los negocios. 

La creación de esas estrategias paralelas significa, en muchos casos, “incrementar las infraestructuras”, una decisión que impacta directamente en los costes internos. No obstante, Ortega prefiere destacar la parte positiva. «Cuando te has adelantado a los posibles problemas, eso tiene un retorno muy importante para la compañía”. Y pone como ejemplo las empresas que, hace algunos años, decidieron empezar a “fabricar platos, vasos y cubiertos de cartón” en paralelo a los de plástico. Supieron adelantarse a la realidad. 

Ortega traslada el ejemplo de la ventaja competitiva a su empresa de componentes electrónicos. Con el mercado colapsado por “una gran descompensación de la oferta y la demanda” –fruto de la pandemia y la situación geopolítica-, en Montronic Vic decidieron tomar varias medidas. Y una de ellas fue “ampliar el departamento de compras”. Se eliminó el Departamento de Presupuestos y se dedicó “más gente de compras para poner más recursos y poder abrir nuevas cadenas de suministro” que actuaran como canales paralelos. Un hecho que les obligó a implementar procesos internos de verificación de los chips, “con todos los estragos que eso generaba”, aclara su CEO.

Anticiparse al problema supuso crecimiento no solo para Montronic Vic, sino para sus clientes. Gracias a poder tener chips para sus productos se posicionaron por delante de sus competidores, que en la mayoría de casos estaban desprovistos de material. “Se trataba de intentar salvar a nuestros clientes e irnos anticipando un poquito a lo que venía”, aclara Ortega. 

Ser capaz de predecir estos problemas e implementar soluciones es fruto del talento. Una característica que, según Ortega-Galán, “cada vez cuesta más de encontrar”, porque las nuevas generaciones “buscan una zona de confort, un ambiente tranquilo”. No obstante, admite que son las compañías quienes también deben generar talento “proponiendo retos a la gente, poniéndole los recursos para lograrlos y haciéndoles perder el miedo a los errores”. 

Errores habituales en la gestión del talento

Se trata de “mantener el talento, no de retenerlo”, asegura Ortega-Galán, porque “una empresa no es más que una comunidad de personas”. Hay que tomar decisiones de una manera democrática según los equipos que se formen y tener unos “objetivos tanto personales como de empresa claramente definidos”. 

Como empresario, Ortega-Galán tiene claro que “las personas están siempre por delante” y, aunque el salario y las condiciones deben ser acordes al valor que aporta cada persona (se muestra partidario de una parte variable en función de objetivos), debe tenerse en cuenta  otros aspectos como la conciliación familiar, siempre en coherencia con la cultura de la empresa. 

Castillo-Gutiérrez resume la idea del CEO de Montronic Vic como la necesidad de “conseguir alinear los valores de las personas talentosas y del resto de la plantilla con la empresa”, lo que lleva a preguntarle por los errores más frecuentes en cuanto a competitividad y gestión del talento. 

En ese sentido, Ortega-Galán destaca la “falta de confianza” como uno de los defectos más habituales en las empresas, algo que, actualmente, se está extendiendo con el teletrabajo. Porque hay “una parte que se está aprovechando de la situación”, aunque realmente quizás el “95% de tu equipo, si confías en él y es talentoso, está trabajando igual que lo haría en la oficina”. 

La falta de justicia y coherencia es otro de los errores que Ortega-Galán considera más comunes, “sobre todo en las empresas familiares”. Esto se pone de manifiesto cuando un amigo o familiar tiene un cargo superior al que debería por sus capacidades. “Esa falta de coherencia hace que el talento se marche”, asegura. 

Ante la pregunta de los retos de futuro de la competitividad, el CEO de Montronic Vic insiste en que se necesita “más agilidad para captar talento”. Y opina que, en los próximos años, lograrán triunfar las empresas que actúen como “una comunidad de personas con unos valores muy bien definidos, donde la gente que trabaja sienta los mismos valores y tengan mucha capacidad, mucha agilidad y mucha anticipación”.

(Visited 315 times, 2 visits today)
Autor / Autora
Redactora de contenidos
Comentarios
Deja un comentario