¿Es viable una jornada laboral de cuatro días? Análisis y resultados de pruebas piloto

15 diciembre, 2023
Jornada laboral de 4 días Foto de Windows en Unplash.

En los últimos años, la reducción de la jornada laboral ha entrado en escena. Desde el punto de vista de la ocupación, el argumento habitual es que la reducción de las horas trabajadas a nivel individual permite la incorporación de trabajadores que cubran las horas que se rebajan. Así pues, desde algunos sectores defienden la medida como generadora de puestos de trabajo.

Sin ir más lejos, esta es una medida del pacto entre Sumar y el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez: “Reduciremos la jornada laboral máxima legal sin reducción salarial para establecerla en 37 horas y media semanales.”

¿Es así? ¿Si no se reducen los costes salariales, habrá más contratación? Ni está claro, ni el resultado se verá a corto plazo. ¿Qué hace pensar que el empresario tendrá la necesidad de ampliar su plantilla si con las mismas horas puede producir lo mismo? Por otro lado, si la rebaja de la jornada laboral no va acompañada de la disminución proporcional del sueldo, ¿se puede exigir, mediante normativa, que la patronal incremente puestos de trabajo? 

La clave siempre está en la productividad y hacia dónde se dirigen sus incrementos, pero también está en los CLUN (costes laborales unitarios). Y es que tenerlos equilibrados facilita la competitividad de la economía española. No en vano, la subida de los salarios por encima de la productividad fue uno de los factores que nos llevó a la crisis del 2008 y la contención de los mismos para recuperar la competitividad, una de las medidas para salir de dicha recesión. 

 

Evolución de la productividad, salarios y CLUN

Como han evolucionado estos tres factores:

Vemos claramente 4 periodos:

  • Del 2004 al segundo trimestre del 2008: La productividad está estancada o levemente positiva, mientras que los salarios están en sus máximos, lo cual lleva a unos costes laborales muy elevados.

  • Del 2008 al tercer trimestre del 2013: La productividad tiene un leve crecimiento, pero sobre todo hay una importante contención salarial que permite el descenso significativo de los CLUN, que viven etapas de decrecimiento.

  • Del 2014 al 2018: Hay un estancamiento de la productividad, que dura hasta el Covid y una contención de salarios que hace que los costes laborales estén equilibrados.

  • Del 2020 a la actualidad: Las tres variables han vivido una montaña rusa, debido a la parada de la economía que llevó hasta niveles mínimos la productividad y posterior vuelta a la normalidad, pero se detecta también un cierto incremento de salarios y costes salariales.

En definitiva, si productividad y salarios van a la par, o en todo caso los aumentos de la productividad compensan las subidas salariales, los costes laborales unitarios están controlados y así la competitividad de la economía española mejora.

A su vez, si se reducen las horas de trabajo sin reducir salarios, si la productividad no sube, tendremos un problema de aumentos de costes laborales, especialmente si los empresarios deben contratar más trabajadores para recuperar el nivel productivo.

Si la medida es efectiva por ambos lados, será un avance en cuanto a conciliación, pero para ello hay que tener muy claro que será así. En este artículo queremos resumir las teorías detrás de esta idea y qué se ha hecho y qué resultados hay de las pruebas pilotos sobre la reducción de la jornada laboral.

Jornada laboral de cuatro días: pruebas piloto

Joan Sanchís, profesor de Economía valenciano y asesor en la Secretaría Autonómica de Ocupación, es uno de los impulsores de la semana de 4 días y la defiende a través de la bajada de productividad con el paso del tiempo. Es decir, en una jornada de 8 horas uno no es tan productivo la última hora como la primera, o en una semana de 5 días laborables la productividad del último día es menor que la del primero. Evidentemente, más allá de los datos económicos, su argumento también va a favor de la conciliación y las mejoras de la salud. 

En esta línea, en el 2023 se hizo una prueba piloto en la ciudad de Valencia. Entre los meses de abril y mayo y durante 4 semanas, Valencia tuvo semanas de 4 días laborales (aprovecharon que tenían 3 festividades). Los beneficios evidentes fueron a tanto a nivel personal, de salud, con por ejemplo más horas de sueño, como general, con la reducción del tráfico. En cuanto a las empresas, el resultado fue dispar: con descenso en las ventas por parte de los comercios, aumentos de los ingresos en servicios como la restauración y saturación en el sector hospitalario y en especial el de las urgencias. Es evidente de todas formas que con 4 semanas de prueba piloto no se puede medir claramente los cambios en la productividad y su relación con los salarios y la contratación.

A nivel estatal, el Ministerio de Industria ha ofrecido al conjunto de las pequeñas y medianas empresas del sector industrial que se quieran apuntar a la prueba piloto una ayuda a fin de poder mantener los costes salariales de los trabajadores, reduciendo la jornada laboral. Hasta 41 empresas se apuntaron a la prueba piloto (11 de ellas catalanas). De entrada es un número muy inferior al esperado y menos de una cuarta parte de las 165 que pidieron información realizarán la prueba. Bajo mi punto de vista, no es un punto demasiado positivo en cuanto al interés provocado por las mismas. Si ni con ayudas se apuntan, ¿cómo lo harán cuando estos incentivos no existan? Actualmente, están en proceso de evaluación de las solicitudes y entendemos que en breve se llevará a cabo.

En el Reino Unido han hecho ya una prueba piloto significativa en cuanto al número de empresas (61) y al periodo estudiado (6 meses). Reiteran los beneficios a nivel de salud, cosa que además ha ayudado a la reducción de bajas laborales, pero lo más importante ha sido que prácticamente ninguna de ellas ha reducido sus ingresos y sobre todo que la gran mayoría tienen intención de continuar de manera inminente o a medio plazo. En este caso, por lo tanto, sí ha habido los aumentos deseados de productividad y, por consiguiente, la experiencia ha sido muy positiva. Por el contrario, no existen evidencias de aumentos significativos de contratación.

Estos son solo algunos ejemplos, pero el debate está presente en varios países. Si miramos a nivel histórico, la tendencia ha llevado a la reducción de la jornada laboral y, por lo tanto, parece que más pronto que tarde será una realidad en nuestro país y a nivel global. Pero ¿se compensará con la productividad y realmente habrá más gente ocupada?

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Autor / Autora
Es profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Doctor en Economía por la UOC:
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