El hechizo de la felicidad

12 junio, 2023
felicidad Imagen de Andrea Piacquadio | Pexels

Aristóteles fue el primero que situó la felicidad en el centro de la vida de los sujetos. Más aún, en su concepción ético-política, ser felices, alcanzar la eudaimonía, se convertía en la meta última, el fin absoluto, el objetivo radical hacia el cual debemos encarar nuestra existencia. Hay que apuntar, no obstante, que esa felicidad aristotélica tenía sus peculiaridades: concretamente, ser feliz, para el estagirita, significaba saber actuar en cada una de las circunstancias, por un lado; en no caer jamás en los excesos, ejecutar la frónesis (phronesis), es decir, la prudencia en cada una de las acciones que lleváramos a cabo, por el otro. Así pues, considerada de esta manera, la felicidad se erige en una aspiración a cumplir con las expectativas; es un hacer que se relaciona con un saber escoger, con cumplir una determinada función en la que se cercena lo excesivo (y las consecuencias que se derivan de ello: dolor, sufrimiento, goce, placer…) y nos movemos por los imperativos de una prudencia guiada, en último término, por nuestra racionalidad.

Sin embargo, desde que Aristóteles propuso su doctrina eudaimónica, se ha problematizado enormemente este ideal desde muchos frentes. Por ejemplo, y para dirigir la mirada a discursos más contemporáneos, las propuestas de Barbara Ehrenreich, Eva Illouz o Edgar Cabanes, cuestionan, por un lado, la entronización de la felicidad en la vida de los individuos y, por el otro, rastrean en las implicaciones subjetivas que tiene la introyección, asimilación, del imperativo social de alcanzarla (pagando el precio que sea necesario). Y, en cierto modo, la película Revolutionary Road (Sam Mendes, 2008), que visionamos el pasado 25 de mayo en el marco de la sesión organizada por los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, puede ubicarse en este paradigma crítico para con la centralidad de la noción de felicidad.

De izq. a dcha.: José Carlos Palma Martín (ponente), Oriol Alonso Cano (moderador) y Rafael Álvaro Pulido Moyano (ponente) durante la jornada ‘La psicología a través de las imágenes: Revolutionary Road y la cuestión de la felicidad’

Por un lado, Ehrenreich, Cabanes, Illouz y Mendes coinciden en los problemas que surgen cuando se sitúa el fenómeno de la felicidad como el eje sobre el que gravita nuestra existencia. Esto es así, ya que nos obliga a responsabilizarnos individualmente por todo aquello que la provoca, suscita o la impide. Ahora bien, en el momento en que no la alcanzamos, porque el contexto nos lo impide, porque no lo deseamos o, al creer que la deseamos, nos damos cuenta de que verdaderamente deseamos otra cosa… nos culpabilizamos por ello. Es decir, en tanto que se santifica, se convierte ipso facto en una aspiración central y, por ello, cuando estamos al margen de ella, sea por las razones que sean, nos sentimos culpables.

Vinculado con este punto, en tanto que nos erigimos, según el discurso dominante de la psicología positiva, en los responsables últimos de la felicidad, desviamos la atención de todos los condicionantes sociales, grupales, comunitarios, infraestructurales, etc. que entran en juego y la posibilitarían. La responsabilidad y, en consecuencia, la culpabilidad de no alcanzarla, como veíamos antes, recae exclusivamente en los individuos, lo que cortocircuita, por otro lado, cualquier afán de pedir responsabilidades o modificar el contexto que la impediría (y lo que ello conlleva para castrar cualquier afán revolucionario… Recordemos que la película se llama Revolutionary Road).

La felicidad: ¿una meta inalcanzable?

Así, la felicidad en tanto que meta, objetivo, o fin como tal, siempre es inalcanzable. Es un oasis, un espejismo que funciona como un motor que moviliza la subjetividad, un acicate que alimenta el deseo del sujeto para seguir a flote, pero, como tal, es inalcanzable. Más aún, y si seguimos los parámetros de Ehrenreich, Illouz o Cabanes, es un simulacro que tiene una función social específica: imponer a los individuos una determinada manera de encarar su existencia (de “gestionarla”) y de vivir su vida en sociedad.

⏯️  Recupera el debate sobre la cuestión de la felicidad a partir de la película Revolutionary Road, organizado por el grado de Psicología de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.

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Autor / Autora
Profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación
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