Mujeres y creación audiovisual

5 febrero, 2024
dones-i-cinema-uoc Imatge de la jornada ImCreA sobre dones i creació audiovisual. Imatge de Cristina Fort Ros.

Entre las nominaciones para la próxima entrega de los Premios Goya hay dos películas dirigidas por mujeres, de las cinco nominadas a Mejor Película. Antes de esta edición, títulos como Alcarràs (Carla Simón), Las Niñas (Pilar Palomero), Cinco Lobitos (Alauda Ruiz de Azúa), entre muchos otros, han evidenciado cambios en la industria cinematográfica. La segunda edición de la Jornada ImCreA, celebrada por la Universitat Oberta de Catalunya, ha servido para acercarse a la realidad que revelan los certámenes cinematográficos y debatir sobre el contexto institucional, industrial y social actual en el que trabajan las mujeres dedicadas a la creación audiovisual. Puedes recuperar la charla aquí:

El encuentro, celebrado bajo el título ‘Mujeres y creación audiovisual: contextos, imaginarios y tradiciones’, iniciativa de los profesores Cristina Pujol, Ignasi Gozalo Salellas y Sonia Herrera de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, ha contado con una mesa de debate en la que han participado directoras y productoras referentes del sector. Judith Colell, directora de la Acadèmia del Cinema Català,  Miriam Porté, socia fundadora de Dones Visuals y productora en Distinto Films, y Lola Clavo, cineasta y coordinadora de intimidad para cine y televisión, han sido las voces encargadas de analizar los cambios que ha supuesto romper el techo de cristal de la mujer en el cine. Pero la cita también ha servido para analizar las producciones de una de las directoras catalanas más prolíficas, Neus Ballús.

El ánimo contenido de estas voces, que llevan tiempo trabajando para alcanzar un equilibrio real, evidencia un presente en el que se han conseguido cambios, pero en el que aún queda un largo camino por recorrer. Siguiendo con los certámenes que reflejan el devenir de la industria en el territorio, los XVI Premis Gaudí han conseguido igualar el balance de género con un 48% de los films dirigidos o codirigidos por mujeres. Y otro dato histórico: por primera vez, el presupuesto medio de las cintas dirigidas por mujeres (2,2 millones de euros) supera el de los hombres (1,3).

Con las últimas cifras que dan a conocer las nominaciones a los galardones más importantes del cine en España y Cataluña, podría parecer que estamos ante un boom de la mujer en el sector. Sin embargo, las tres invitadas a la mesa conducida por Sonia Herrera, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, han acercado una mirada que va más allá de las cifras. “Puede que este año nos acerquemos al 50% en estos certámenes, pero estamos así puntualmente. Lo que pedimos es que se llegue a este equilibrio y se mantenga, que no siempre es así. Además, estas cifras solamente se dan cuando hablamos de directoras, guionistas y productoras. Hay que mirar qué pasa con otros miembros del equipo: directoras de fotografía, montaje, efectos digitales…”, ha señalado Judith Colell.

Políticas públicas

En medio de una realidad cinematográfica marcada por enfoques masculinos, y heteronormativos, y de una clase social y de un rango de edad determinados, han sido necesarias, según han coincido en señalar las tres invitadas, la entrada de medidas desde las políticas públicas para favorecer la presencia de mujeres y eliminar la brecha de género. En las últimas décadas, hay un hecho crucial: la creación de asociaciones desde las que impulsar el trabajo hecho por mujeres.

Una de las pioneras fue CIMA, Asociación de mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales, que desde su creación en 2006 ha elaborado informes anuales que reflejan las desigualdades aún existentes. “Creo que las asociaciones son muy importantes y tanto CIMA como Mujeres Visuales y otras muchas asociaciones que han trabajado por visibilizar problemáticas o anomalías determinadas son fundamentales. Pero en nuestro sector, que depende mucho de los recursos públicos, la mejor asociación es la voluntad política”, ha señalado Míriam Porté, presidenta de honor de Dones Visuals.

“Siempre se habla de que las mujeres estamos muy presentes ahora dirigiendo y produciendo, pero si echamos un vistazo a las instituciones o a los festivales nos damos cuenta de que no hay mujeres. ¿Cuántos festivales hay dirigidos por mujeres? Al frente de los más importantes de España hay hombres, también en otros países. En las instituciones pasa lo mismo y CIMA ha trabajado mucho para revertir la situación. Cada vez que salía un nuevo informe o estudio sobre los nuevos directores del cine español y no había ni una mujer llamábamos a medios y periodistas e insistíamos en los nombres de directoras. Esta presión acabó sirviendo para entrar en comisiones de instituciones y premios”, ha explicado Judith Colell.

Estos espacios asociativos han creado una red de trabajo esencial para impulsar las carreras profesionales. Para Lola Clavo fue el lugar donde reencontrarse con la profesión: “Asociaciones como Dones Visuals han eliminado jerarquías. Para mí fue el lugar donde trabajar desde la colectividad y donde trabajar no es sinónimo de competencia, un concepto muy diferente a lo que te venían enseñando en las escuelas de cine”.

Coordinación de intimidad

Al abrigo de estos valores, la cineasta Lola Clavo ha dado vida a un trabajo con un fuerte componente social y de cuestionamiento de los roles de género, la representación del cuerpo, la feminidad y la sexualidad: la coordinación de intimidad para cine y televisión. Es un departamento muy joven que refleja los cambios que poco a poco se van instaurando.

“Somos especialistas en escenas íntimas y escenas sexuales, al igual que existen especialistas de escenas de acción o coreógrafos. Tenemos un doble rol: por un lado, nos aseguramos de que en estas escenas íntimas nadie se haga daño, que se respeten los límites de la gente y que haya un espacio seguro para trabajar, y hay otra labor creativa para intentar ayudar en la visión de la directora o el director”.

La irrupción de áreas como la coordinación de intimidad y, en definitiva, del cine hecho por directoras impulsa un nuevo imaginario. Pero cambiar un siglo de cine creado exclusivamente por hombres que han llevado a la pequeña y gran pantalla, planos y guiones que apelan solo a la sexualidad masculina, no se consigue de la noche a la mañana. Los cambios traen consigo nuevos debates y preguntas: ¿por ser mujer diriges de una determinada manera?, ¿se puede hablar de un cine de mujeres?, ¿existe una mirada femenina específica? Son cuestiones fruto de los estereotipos de género que aún  cuesta sacudirse. “Nos las hacen muy a menudo”, ha confirmado Judith Colell. Todas ellas, preguntas que nunca se les han hecho a los directores.

“Cuando incorporas otros puntos de vista, que hasta ahora no estaban, ayudas a completar el relato. Pero yo no soy muy partidaria de decir que el cine hecho por mujeres sea un cine uniforme y homogéneo. Se habla del cine hecho por mujeres como una categoría en sí misma. No es un género, son nuevos puntos de vista que explican el mundo de una manera más completa, favoreciendo un imaginario mucho más representativo y diverso”, ha explicado Miriam Porté.

Una opinión que comparte también la directora de la Acadèmia de Cinema Català. “Siempre cojo una frase de Isabel-Clara Simó que dice que las mujeres somos individuos, no una especie. Hay mujeres que hacen terror, otras que hacen acción, comedia, drama, documental… y cada una de nosotros tiene una mirada diferente. El cine es precisamente eso, la mirada diferente de cada director y directora. Estoy cansada de que siempre nos sitúen explicando historias de mujeres. Las mujeres explicamos historias, ya sean de mujeres o de hombres, depende de la historia”. Estos estigmas que encasillan, según coinciden en señalar las tres ponentes invitadas por la UOC, condicionan la financiación de la producción. “Culturalmente, no hay confianza en nosotras, en las cineastas, así que conseguir que se ponga dinero en manos de mujeres es muy complicado”, ha sentenciado Judith Colell. 

Dirigir la realidad de las personas para convertirla en cine

La jornada ImCreA también ha servido para analizar la metodología de la cineasta Neus Ballús a través de algunas de sus obras más importantes como La Plaga (2013), galardonada con cuatro Premios Gaudí, incluyendo Mejor Película y Dirección. En este trabajo, la directora catalana es muestra de que las directoras pueden contar historias y dirigir a hombres. Los protagonistas son dos hombres y tres mujeres cuyos destinos se entretejen a medida que el verano avanza.

“Estaba en una asociación ecologista que intentaba evitar nuevas construcciones en el territorio que aparece en la cinta. Pero a medida que me acercaba y me pasaba el día caminando por la zona, fui conociendo a quienes finalmente fueron los cinco protagonistas. Me di cuenta de que no podía hacer un documental como los que conocía y que debía de incorporar herramientas de otros géneros para poder expresar lo que a mí me generaba estar en este espacio y compartir la vida con ellos”.

El cine es precisamente eso, la mirada diferente de cada director y directora.

La mirada de Ballús capaz de hablar de masculinidades se sigue observando en obras posteriores. En Seis días corrientes (2021) el espectador se adentra en la vida de tres hombres de diferentes orígenes y edades. “Son realidades muy diversas que se podrían haber encontrado en la vida, pero se han encontrado en esta película y se han tenido que entender”, ha explicado la directora sobre una película con la que se adentra en el género de la comedia. “Creía que en las metodologías documentales que yo venía utilizando también podía dar lugar a otro tipo de comedia. Busqué deconstruir la idea de la película, de nuevo con personajes reales que tuvieran un claro componente social y un compromiso político, pero que a la vez la cita tuviera una lectura de ligereza que pudiera hacer sonreír al espectador como a mí me hacen sonreír muchas situaciones”.

El viaje de Marta (2019) ha sido otro de los filmes objeto de análisis. De nuevo otro trabajo en el que la directora catalana recurrió a una protagonista que no es actriz para reflexionar acerca del turismo occidental en África. “Me colaba en las clases de francés en institutos y observaba a las chicas que intervenían. Me interesaba encontrar a alguien que no hubiera viajado mucho, que tuviera ganas de salir y que tuviera un mínimo de curiosidad política”, ha confesado. El encuentro con el séptimo arte hecho por mujeres se ha cerrado con el análisis de Blow! (2023), el último trabajo de Neus Ballús, un cortometraje donde va más allá de la convivencia entre personas diversas, tal y como había fijado su atención en producciones anteriores, para interesarse por la convivencia de las personas con otros seres vivos del planeta, en este caso, las ballenas.

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