Transferir conocimiento, apostar por la calidad

El máster universitario de Evaluación y Gestión de la Calidad en la Educación Superior es  la primera titulación de la UOC, y la primera de una universidad online, que obtiene la acreditación con excelencia de la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña (AQU).

Esta calificación reconoce buenas prácticas, como «la incorporación de nuevas competencias vinculadas a los ODS; una propuesta formativa enfocada al ámbito profesional y la internacionalización; la revisión constante para identificar áreas de mejora; el vínculo con el mercado laboral; los procesos de tutoría y seguimiento del alumnado, y la adquisición de competencias o metodologías innovadoras, entre otros”.

¿Qué significa evaluar la calidad en la educación superior y qué beneficios se pueden obtener?

Nati Cabrera, directora del máster, explica que “lo que aprendes no son procesos, solamente. Aprendes a entender qué significa calidad teniendo en cuenta diferentes contextos y aproximaciones. A partir de ahí, se profundiza en cómo evaluarla, a través de distintos modelos de calidad y sistemas de indicadores”. Es un máster muy “profesionalizador” pero con una base teórica muy sólida que facilita en el estudiantado la adopción de posiciones críticas fundamentadas.

Para la dirección y el equipo docente del programa, además de la aplicabilidad de los conocimientos, se debe resaltar la transferibilidad de los mismos, precisamente por este enfoque crítico del programa. En este sentido, si aplicar quiere decir “utilizar” los conocimientos adquiridos, transferir quiere decir “integrarlos para generar un beneficio en un contexto u organización. El nivel de transferencia es algo difícil de evidenciar a través de los instrumentos habituales de recogida de información de los títulos universitarios.

Tres historias reales de transferencia de conocimiento al ámbito laboral

Por ello, hemos realizado tres entrevistas en profundidad a tres graduados del máster, con el objetivo de conocer de primera mano qué han podido transferir de lo aprendido durante su formación a sus respectivos ámbitos laborales. A continuación, te ofrecemos un breve resumen de lo más destacado de cada una de ellas.

Concepció Amat: “Es necesario un rigor, una visión, una mirada transversal para escoger un indicador”

Decidió matricularse después de aceptar el cargo de la Agencia de Postgrado de la UB, universidad en la que se quería empezar a trabajar la gestión de la calidad”. “Pensé que quería aprender más para afrontar el encargo y poder conocer bien el entorno”. Se decidió por la UOC porque carecía de disponibilidad para hacerlo presencial. “Me imaginaba algo ‘ligero’ y al instante me di cuenta de que era muy riguroso y que sufriría mucho, pero vi que trabajando mucho -como el resto de mis compañeros- podría lograrlo”.

«El grupo ha sido empoderante». Soy licenciada en Biología y Farmacia, ámbitos que quedan muy lejos de éste que es más social. “Fui prudente, y lo hice en dos años. Entre 2017 y 2019”, recuerda. El entorno virtual de la UOC es «muy adecuado para personas que ya tienen un grado de madurez, ya que requiere una disciplina y una autorresponsabilidad».

Sobre la transferencia, Concepció Amat nos explica que actualmente aparte de profesora en la UB, también es la vicerrectora de Política Docente. «La calidad no depende de mí, pero me va muy bien haber hecho este programa porque me doy cuenta de que cada vez el sistema de gestión de calidad es más importante. Un elemento que es una ‘evidencia’ es un indicador. Y es algo que puedo utilizar y entender muy bien. Así como saber que un indicador no es cualquier cosa, sino que es necesario un rigor, una visión, una mirada más transversal para escogerlo, ser prudente y elegir un indicador de calidad, no son necesarios 400 indicadores. Esta sensatez aprendida en el máster sí la aplico a mi trabajo diario”. Y explica cómo “todavía vuelvo a mis trabajos del máster, tengo un repositorio de documentación que me sigue ayudando; ya que nosotros escogíamos los trabajos que hacíamos y nos concentrábamos en lo que más nos interesaba”.

También considera que las herramientas digitales antes de pasar por la UOC eran algo “complementario, no tan troncal”. Y ahora, en cambio, “he incorporado a mis clases algunas de ellas, como, por ejemplo, grabar y colgar las presentaciones de los TFMs. Antes ni me lo hubiera imaginado, y una vez hecho como alumna, ahora lo hago como profesora”.

Además, Concepció Amat también valora muy positivamente la “flexibilidad” del profesorado para “adaptarse a las necesidades del alumnado”, así como a sus intereses. Su TFM fue sobre el Sistema de Garantía Interna de Calidad de Cursos Propios, algo que ahora, con el nuevo decreto que habla de los sistemas de garantías de calidad de las universidades, les está ayudando en la UB. «He transferido lo que aprendí al director de la Agencia de Postgrados de la UB, así que por supuesto que me ayudó hacer el máster y poder elegir el TFM».

Juan José Vizcaíno Figueroa: «La transferencia no fue algo empírico»

Lleva más de diez años trabajando vinculado a la Educación Superior y antes de conocer la UOC y los estudios de máster universitario de Evaluación y Gestión de la Calidad en la Educación Superior ya había estado vinculado a procesos de evaluación, en concreto de la ley de educación superior de Ecuador, siendo asesor de calidad desde el año 2012.

«Una amiga me habló de la UOC y enseguida me inscribí, ya que me interesaba mucho profundizar en el sistema europeo». En su caso planificó realizar el máster en dos años, “para dosificar el esfuerzo”. Y recuerda que “la evaluación continua le pareció interesante porque permite retroalimentar, mejorar lo aprendido en el pasado y no memorizar por memorizar”.

De hecho, explica, «la evaluación continua la estoy aplicando a mis cátedras y considero que la UOC cumplió mis expectativas». Desde que terminó la formación de la UOC, en 2021, Juan José Vizcaíno es director de evaluación y aseguramiento de calidad en la Universidad Técnica de Cotopaxi así que, en sus palabras, “la transferencia no fue algo empírico, sino técnico”, puesto que su TFM, que consistió en el diseño del sistema de gestión del aseguramiento de la calidad de su Universidad, está siendo aplicado en la actualidad.

Pablo Rivarola Padrós: «Docentes que inspiren, porque la docencia no es un trabajo, es un servicio»

Psicólogo enfocado en la ética de las organizaciones, actual Vicerrector de asuntos académicos en la Universidad Siglo XXI de Argentina y consultor y profesor de la UOC desde el año 2005. Por esta razón ya conocía el sistema de la universidad catalana, “donde se generan espacios de consulta entre el profesorado y el alumnado, en los que el acceso a información actualizada y de valor existe”.

Su labor en la universidad argentina es la calidad académica de los programas y la selección, formación y evaluación del profesorado. “En nuestro caso, más del 80% de nuestros estudiantes se conectan de forma virtual, una cifra que viene de antes de la pandemia de la Covid-19. Es decir, es también una universidad con una gran experiencia en virtualidad y elearning, puesto que hace 26 años que lo practicamos”.

Pablo Rivarola tiene a su cargo algunas de las principales áreas de la universidad y una de sus funciones troncales es “valorar los estándares de evaluación y hacerlos cumplir”. Una tarea que ya desarrollaba antes de su paso por el máster de la UOC, pero que tras cursarlo recuerda cómo implementó «la creación de las coordinadas disciplinarias, que se centran en valorar la calidad». El máster de la UOC me permitió conocer otros funcionamientos y ejemplos universitarios y «repensar criterios de valoración de la calidad». Y añade que «me pareció interesante el seguimiento de la calidad, y no sólo el hecho de implementarla».