“La contratación de personas con discapacidad es un derecho, no un acto de benevolencia”  

22 febrero, 2023
Persona amb discapacitat treballant en una empresa

En el marco de la 3ª Feria Virtual de Ocupación de la UOC, celebrada el pasado 16 y 17 de noviembre, Montse Balas, consultora docente de la UOC y directora de Comunicación de Inserta-ONCE, y Mónica Cerdán, profesora de los Estudios de Economía y Empresa, abordaron «La aportación de valor de las personas con discapacidad a las empresas».  Destacaron que «este colectivo es un valor y talento a tener en cuenta por respeto a sus derechos, pero también para el bien de la sociedad».

«La aportación de las personas con discapacidad a la empresa es desconocida. Pero esta realidad implica que las empresas estén más comprometidas con la sociedad y, a su vez, empodera a las personas de la sociedad, también a las personas con discapacidad que representan el 15% de la población. Sin duda, estas personas son un valor y un talento a tener en cuenta”, afirmó Mónica Cerdán al comenzar esta charla virtual.

Montse Balas, consultora de la UOC desde hace siete años, directora de Comunicación y Marketing de Inserta y persona con discapacidad, estuvo de acuerdo. «La diversidad en cualquier ámbito es riqueza en este siglo XXI. Pero además la incorporación de las personas con discapacidad es una cuestión de derechos: garantizarles la igualdad de oportunidades y la no discriminación viene recogido en la Convención sobre derechos de personas con discapacidad, promovida por la ONU. Llevo 25 años trabajando en la ONCE y aún, cuando nos dirigimos a las empresas, tenemos que explicar que la discapacidad es un factor que suma y que, en ningún caso, resta».

Solo el 17% de las personas con discapacidad tiene estudios superiores

Para Balas, es importante poner números. «A nivel mundial, las personas con discapacidad representan un mercado global del tamaño de China, con 1.300 millones de personas. En Europa, hay 91 millones de personas con discapacidad, que además tienen familias y amigos que desean que sean tenidos en cuenta. Una empresa que se precie no puede dejar de lado un mercado como este. Por acercar aún más la lupa, en España, en edad laboral (entre 16-64 años) tenemos 1.700.000 personas con discapacidad. Suponen el 5’9% de la fuerza laboral de nuestro mercado. Quisiera poner el foco en que el 42’3% son mujeres (eso implica un doble factor de exclusión) y el 4’8% son jóvenes».

Cada vez más, las empresas requieren personas muy formadas y con skills que les permitan dar respuesta a los retos que se plantean. En ese punto, las personas con discapacidad ya se enfrentan a la exclusión porque «solo el 17% tiene estudios superiores». Por eso, desde fundaciones y administraciones, «trabajamos para incrementar los niveles formativos».

De hecho, una de cada cuatro personas con discapacidad tiene actualmente empleo. Eso significa una tasa de actividad del 34’5% entre ellas frente al 77’7% de las personas sin discapacidad. Además solo el 9% de las personas con discapacidad tienen un contrato indefinido y un 38’7% son de jornada parcial. Para Montse Balas, «habría que incrementar la estabilidad laboral de este colectivo, conseguir contratos de mejor calidad y mayor duración».

El lenguaje como factor de discriminación

«Todavía nos encontramos con prejuicios y barreras mentales. A pesar de que la sociedad y el mundo empresarial han vivido una evolución positiva. Por ejemplo, el lenguaje marca nuestra realidad», compartió Balas quien explicó cómo, a lo largo de los años, ha cambiado la manera de referirse a este colectivo. «Primero se nos llamaba inválidos, después minusválidos, disminuidos, incapacitados, discapacitados… El término correcto es persona con discapacidad. Lo primero es la persona y luego presenta una serie de atributos (la discapacidad es uno de ellos). El lenguaje nos describe y es factor de discriminación”. Actualmente, se emplean también otros nombres como personas con diversidad funcional, pero según esta profesional «es un eufemismo. Igual que tampoco nos vemos reflejados en el término personas con capacidades diferentes: no quiero reivindicar que soy diferente».

Evolución: de una posición reactiva a una proactiva

«Es cierto que, hace un tiempo, las empresas se acercaban de una manera reactiva a la contratación de las personas con discapacidad. Hay una ley en España que afecta a las empresas con más de 50 personas en plantilla y que las obliga a tener un 3% de trabajadores con discapacidad. Hay quien se acercaba, y se acerca, para cumplirla. Pero también hay otras que se acercan porque están comprometidas con la Responsabilidad social corporativa, se la creen. Y últimamente, hay empresas que apuestan por la diversidad como un factor que suma, les hace entender mejor a la sociedad y a sus clientes, ya que tienen representada en su plantilla la sociedad global que caracteriza este siglo XXI».

Para Montse Balas, cada persona es un mundo y en cierta medida cada una tiene una discapacidad, o la tendremos si nos rompemos una pierna o nos hacemos mayores, por ejemplo. «Es importante poner el foco en lo que podemos hacer y no en lo que no. Hay que poner la capacidad por delante y, desde ahí, trabajamos nosotros«.

Gestión de la diversidad

«Todos somos diversos y podemos aportar para que la contribución de nuestra empresa a la sociedad sea más rica y plural. De hecho, la persona con discapacidad tiende a desarrollar habilidades compensatorias que suponen un valor añadido. Nadie es bueno en todo, pero todos somos buenos en algo», afirmó Balas antes de señalar que «no solo las personas con discapacidad física se pueden incorporar al mercado laboral. También las personas con discapacidad intelectual suman. En según qué puestos, la discapacidad ayuda».

Para Balas, la gestión de la diversidad SÍ es:

  • Valorar la persona por su contribución, la originalidad de sus ideas… sin prejuiciar.
  • Una señal de inteligencia: buscamos profesionales donde está el talento no donde están los que son como nosotros
  • Rechazo de toda forma de discriminación
  • Aceptar la diversidad en mí: si yo veo al otro diferente a mí, él también me ve a mi diferente.

Por otro lado, la gestión de la diversidad, para ella, NO es:

  • Benevolencia
  • Ni desdibujar las diferencias mediante bromas o comentarios ligeros. No podemos negar la discapacidad. No somos ni superhéroes ni pobrecitos. Reclamamos el punto medio.

Por otro lado, destacó que «si hablamos de personas con discapacidad nos referimos a un colectivo variado y extenso, tanto como las capacidades de un individuo puedan estar afectadas». Y añadió la importancia de la tecnología, «que está facilitando la incorporación laboral en diferentes puestos».

El trabajo de Inserta-ONCE

Inserta es la entidad de la fundación ONCE especializada en la prestación de servicios de intermediación laboral, captación y desarrollo de talento con discapacidad y gestión del empleo. «Contribuimos a minimizar todas estas dificultades que hemos comentado”, explicó Mónica Balas. A través de la gestión de una base que recoge los datos de 300.000 personas con discapacidad, de manera gratuita, las ponemos en contacto con ofertas de empleo. Les damos orientación laboral y formación -cursos gratuitos de marketing digital, de programación…-«.

Con las empresas, además de presentar candidatos que ellos pueden seleccionar o no, se firman acuerdos de colaboración gracias a los cuales se acompaña a los equipos de recursos humanos para que la incorporación sea lo más efectiva posible.

Para cerrar su charla, Mónica Balas quiso recordar que «lo más importante es tratar la discapacidad con naturalidad. Las empresas que contratan, repiten. Es cierto que hay ventajas económicas en las medidas de discriminación positiva de las administraciones, pero también se han dado cuenta de que el resto de trabajadores valoran esta contratación, que se genera un clima de trabajo más amigable». Y es que, para ella, «la diversidad es un matiz más de la vida».

 

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Autor / Autora
Redactora colaboradora
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