El sector de la moda: tejiendo un futuro más sostenible

2 septiembre, 2022
foto de Sarah Brown en Unsplash

Muchas veces las personas consumidoras no son conscientes del gasto energético y de materias primas que tienen sus decisiones a la hora de comprar productos de uso diario o de otros productos que, en teoría, tienen una vida útil más duradera. La persona compradora está rodeada de información donde se indica que la industria petrolera es contaminante, que los vehículos han de transformarse hacia una electromovilidad, que la contaminación por plásticos es preocupante a nivel planetario, incluso hay campañas de comunicación donde se informan, como personas consumidoras finales, que el sector de la alimentación contamina y es uno de los grandes generadores de gases de efecto invernadero (con la problemática que ello pueda traer), pero pocas veces se indica que la industria de la moda es una de las más contaminantes del planeta y una de las que más residuos acumula en ciertas zonas donde llegan aquellos desechos que no queremos en la sociedad occidental. Los hábitos como personas consumidoras de este sector, junto con unas campañas de comunicación muy agresivas por las grandes marcas de que hay que “estar a la moda”, agravian de forma extraordinaria este problema de los residuos del sector de la ropa y el calzado.

Un sector muy “a la moda” y unas personas consumidoras con malos hábitos

En el sector de la moda se presenta una pequeña tormenta perfecta para que sea uno de los que más recursos consuma y genere una gran proporción de residuos comparado con otros sectores donde el cambio ya ha llegado impuesto por gobiernos o por el propio mercado.

Los principales generadores de este problema son los siguientes:

  • Un sector con un peso importante en economías emergentes.
  • Una deslocalización casi total entre producción y consumo.
  • Un mercado donde el cambio es paulatino y continuo: cada año se presentan varias colecciones de ropa con los problemas que ello acarrea.
  • Unas personas consumidoras finales que aún no tiene hábitos ecológicos adquiridos.
  • Una comunicación por parte de las grandes marcas de que “hay que estar a la moda”, es decir, un consumo masivo de productos.
  • Un ciclo de vida del producto que tiende de forma peligrosa a ser temporal y, en muchos casos, a ser cero.
  • Una imagen de que el sector no contamina y no utiliza grandes recursos en su producción.
  • Un reciclaje inexistente o comprometido por malas praxis.

Como puede verse son factores que influyen de forma muy negativa en poder reducir el consumo de materias primas, especialmente agua, y fomentar un reciclaje equilibrado y equitativo. Fabricar grandes cantidades de productos en países lejanos del destino final, ofrecer el producto a precios bajos, fomentar una calidad discutible en el producto y, por encima de todo, alimentar el deseo de cambiar de ropa cada temporada, son los grandes problemas de un sector muy concentrado en grandes marcas que manejan muchas cantidades de dinero en sus políticas de comunicación y que inundan el mercado con productos fáciles de adquirir y donde la política medioambiental y el control de los recursos brilla por su ausencia en la mayoría de los casos.

Es fácil ver como cada temporada (que cada vez son más cortas y, sorprendentemente, hay más cada año) incitan a cambiar de producto de forma rápida, barata y sin tener en cuenta si realmente es necesaria la adquisición del mismo. Al ser un mercado controlado por grandes cadenas con producción más que industrial y con alcance global, las campañas se pueden amortizar de forma rápida y los productos de mueven alrededor del mundo si no encuentran una persona compradora adecuada en un país o si se quedan obsoletos en poco tiempo.

No solo las grandes empresas fabricantes son culpables de estos problemas, mucha parte del peso del problema recae en las personas consumidoras: son las que adquieren el producto sin pensar en la necesidad del mismo, muchas veces las compras de ropa son compulsivas más que por necesidad y el factor precio es uno de los que más influyen en la compra final. Promociones, rebajas, facilidades de pago, descuentos y liquidaciones por temporada son algunos de los reclamos comerciales para que la persona consumidora adquiera el producto sin realmente pensar en la necesidad final del mismo. El tiempo que se dedica a adquirir una prenda de vestir es, muchas veces, muy corto, igual que la vida útil del producto.

El segundo gran problema de la persona consumidora es el tiempo real de vida que dedica al producto. Al encontrarse muy influenciada por las campañas de comunicación en las que se incita a comprar cada temporada, la prenda adquirida en una temporada anterior se ve antigua, por lo que opta por tirarla o dejar de usarla, muchas veces con la etiqueta todavía puesta.

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Debe ser una obligación de las personas consumidoras el entender si es necesaria o no la adquisición de una nueva prenda y, en la medida de los posible, huir de las modas más extremas y que menos ciclo de vida ofrezcan al producto. Es mejor adquirir una prenda de las llamadas intemporales a una de rabiosa actualidad que, seguro, pasará de moda antes y nos obligará a comprar otra nueva.

También el precio bajo debe dejar de ser una influencia a la hora de adquirir un producto ya que su calidad también será inferior a la de una prenda más cara y, de la misma forma, su vida útil será también menor, lo que nos obligará a realizar más compras de más prendas, entrando en un ciclo problemático donde el tiempo de uso de la prenda será muy bajo, aumentando a la larga los residuos y obligando a consumir más recursos para su producción y comercialización.

Los residuos textiles, un problema global

En todos los sectores el residuo final es un problema a tener en cuenta, aunque en el sector de la moda es un residuo que, en demasiadas ocasiones, no vemos y parece que no tenga tanta importancia como en otros sectores o no se han realizado tantas campañas de concienciación del problema.

Las imágenes que se han visto de forma reciente de montañas de residuos textiles en el desierto de Atacama en el norte de Chile nos invitan a la reflexión: ¿cómo es posible que cada año se tiren toneladas y toneladas de productos textiles (algunos aún con la etiqueta sin cortar) si realmente no era necesaria tanta producción? Este ejemplo de malbaratamiento de recursos naturales debería hacer reflexionar al mundo occidental (los principales mercados de origen de estos residuos son EEUU, Canadá, Europa y Asia) de cómo de fácil es adquirir un producto y lo difícil que es que el mismo no influya en la naturaleza y no sea una fuente de problemas a la hora de deshacernos de él. 

La superproducción del sector, una capacidad casi ilimitada de transportar, almacenar y comercializar tantas prendas deberían ser motivos para reflexionar sobre muchas compras que se realizan de forma impulsiva y preguntarse la necesidad real de acumular tanto producto textil y si realmente se usan o no todas las prendas que tenemos en el armario.

Por suerte, cada vez más encontramos más empresas fabricantes, algunas de marcas reconocidas, que nos invitan a comprar menos y usar más nuestras prendas de vestir, lo que indica que existe un cambio de mentalidad y una necesidad por parte de las empresas del sector en invertir en campañas de concienciación y de divulgación de que no es necesario comprar más productos para ser felices, sino usar lo que realmente sea necesario y darle la máxima vida útil al producto.

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Un futuro más ecológico y reciclable

Pero no todo tienen que ser malas noticias y problemas en un sector que es básico para cualquier persona usuaria y que permite sentirse a la clientela protegida de las inclemencias climatológicas, dar abrigo en invierno y, porque no, hacer sentir mejor a las personas consumidoras y ayudar en el día a día de la sociedad.

Ya son muchas las empresas que están realizando una gran labor de concienciación hacia las personas consumidoras, ofreciendo productos que son menos agresivos con el medio ambiente o utilizan para su fabricación productos reciclados u otros productos que pueden tener una segunda vida (como plásticos recuperados del mar, cordajes de raquetas de tenis, etc.), lo que nos indica que el sector tiene capacidad de innovación y el mercado puede tener alternativas al consumo masificado y de superproducción.

En el mercado podemos ya encontrar productos que son sostenibles con el medio ambiente, que utilizan un porcentaje mucho más bajo de agua en su producción y que, una vez pase su vida útil, pueden ser reciclados o, sencillamente, su destrucción implica una reducción sustancial de los residuos generados comparados con otros productos similares.

Aparte de estos productos, el sector también está realizando una gran inversión en I+D+i ofreciendo productos que evitan las manchas, que son más fáciles de lavar y de planchar, que transpiran mejor y en los que no aparecen las temidas manchas de sudor y otros que, en un futuro no muy lejano, ayudarán a controlar la temperatura corporal y serán capaces de ayudar a evitar problemas de salud. La tecnología aplicada al sector de la moda es uno de los que más crecimiento puede tener en los años venideros y que más puede adaptarse a las necesidades de conseguir un poco más los deseados Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Pero mientras todo el sector evoluciona hacia prendas más sostenibles, no se puede dejar de recordar que es la persona consumidora la que tiene en sus manos la posibilidad de que este futuro sea más cercano y que con las decisiones que se tomen a la hora de comprar una nueva prenda se tenga en cuenta la necesidad de comprar y el uso que se le va a dar; muchas veces solo con unos pequeños cambios en la forma de adquirir los productos se pueden lograr grandes cambios en el mercado.

Fuentes:

La Vanguardia (2022). Llega la moda del futuro: prendas tecnológicas que no se manchan ni se arrugan. https://www.lavanguardia.com/magazine/20220421/8209286/llega-moda-futuro-prendas-tecnologia-manchan-arrugan-propiedades-brl.html

Marketing News (2022). Levi’s centra su campaña en la sostenibilidad con este mensaje: «Compra mejor, úsalo más tiempo». https://www.marketingnews.es/internacional/noticia/1165418028505/levis-centra-campana-sostenibilidad-mensaje-compra-mejor-usalo-mas-tiempo.1.html 

Loom.es (2021). 5 marcas de moda sostenible que cuidan el medio ambiente. https://loom.es/blog/5-marcas-moda-sostenible/?gclid=CjwKCAjwp7eUBhBeEiwAZbHwkVkJz75wksLdBQdCV_TdsrcFah5Wwf6YHrydituC3PjdfJxTF5PyCBoCIjAQAvD_BwE 

Sosteniblesustentable (2022): Marcas de ropa sostenible hecha en España. https://sostenibleosustentable.com/es/moda-sostenible/marcas-ropa-sostenible-hecha-espana/ 

Elpais.com (2022). El desierto tóxico que acumula toneladas de ropa usada en el norte de Chile. https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2022-01-14/el-desierto-toxico-que-acumula-toneladas-de-ropa-usada-en-el-norte-de-chile.html 

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Autor / Autora
Licenciado en Administración y Dirección de Empresas. Profesor colaborador de la asignatura Dirección de marketing del Grado en Marketing e Investigación de Mercados de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Comentarios
Fran27 noviembre, 2023 a las 11:32 pm

Muy buen artículo!! respecto a la parte que nos toca como consumidores, existen plataformas muy útiles (como https://honestore.app) que te ayudan a encontrar tiendas de ropa de segunda mano o circular!

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