Empleo de drones para inspección de estructuras: trabajo con garantía de protección

18/06/2025
drones

Vivimos un momento apasionante en el ámbito de la ingeniería y de la conservación del patrimonio construido. Un tiempo en el que la innovación tecnológica no nos solo permite hacer las cosas mejor, sino que también nos permite hacerlas de una forma mucho más segura, mucho más sostenible y mucho más respetuosa con nuestro entorno y con las personas que trabajan en él. En este contexto, tengo la satisfacción de anunciar la reciente publicación de mi nuevo libro: Drone-Assisted Inspection of Bridges and Heritage Structures: Case Studies, Methodologies, and Risk Prevention Perspectives.

Este libro no es únicamente una recopilación técnica o una galería de casos prácticos, en los que he tenido la oportunidad de participar de forma activa y directa a lo largo de los últimos seis años. Este libro es, ante todo, el resultado de años de trabajo en una línea de investigación que pretende unir tecnología, conservación del patrimonio arquitectónico y, sobre todo, prevención de riesgos laborales. Porque cuidar del pasado también implica proteger a quienes lo estudian, a quienes lo restauran y a quienes lo mantienen vivo.

Los drones (o, en términos más técnicos, los Sistemas de Aeronaves Pilotadas de Forma Remota, RPAS) han irrumpido con fuerza en multitud de sectores. Pero su aplicación a la inspección de infraestructuras históricas presenta un valor añadido evidente: permiten realizar diagnósticos visuales de zonas difícilmente accesibles sin poner en riesgo la integridad de las construcciones ni la de los profesionales que desarrollan esta auscultación.

En este sentido, la tecnología deja de ser un simple gadget para convertirse en una herramienta preventiva de primer orden. Así, desde el punto de vista de la seguridad y salud laboral, los drones permiten:

  1. Reducir la exposición a riesgos laborales de especial peligrosidad, evitando que técnicos y operarios tengan que acceder a puntos muy elevados, inestables o de difícil acceso mediante plataformas elevadoras, andamios o técnicas de trabajo vertical, con el consiguiente riesgo que ello comporta (particularmente caída en altura).
  2. Mejorar la eficacia del diagnóstico, gracias a las cámaras de alta resolución, a los sensores térmicos y a los sistemas de escaneo que hoy pueden llevar incorporados y que permiten la detección de grietas, de humedades, de deformaciones o de lesiones superficiales (o incluso no superficiales) sin contacto físico sobre el elemento.
  3. Documentar con precisión y con trazabilidad, generando modelos tridimensionales, ortofotos y bases de datos visuales que pueden utilizarse para el seguimiento evolutivo de una estructura a lo largo del tiempo.
Drone aproximándose al Acueducto del Ponte Peon, en Dumbría, provincia de A Coruña. La accesibilidad al conjunto para una persona a pie resultaba muy complicada, pero no para el drone.

A lo largo de las más de 150 páginas del libro, se desarrollan no solo los fundamentos técnicos del uso de drones en inspección estructural, sino también los protocolos de seguridad que deben de acompañar su uso. No basta con volar un drone: hay que hacerlo con un plan de vuelo, con un análisis previo del entorno, con una evaluación de riesgos y, por supuesto, con personal formado y acreditado.

En este sentido, la obra propone un enfoque integral: desde la planificación de la misión hasta el tratamiento de los datos obtenidos, pasando por aspectos normativos, éticos y medioambientales. Todo ello desde la convicción de que la prevención no es una barrera para la innovación, sino precisamente su mejor aliada.

Drone inspeccionando la parte alta de una de las pilas que se conservan en el Puente Romano de Alconétar, en la provincia de Cáceres.

Uno de los pilares del libro es el análisis de más de diez casos reales de inspección asistida con drones, desarrollados en contextos muy diversos: puentes medievales, acueductos romanos, construcciones sumergidas, entornos urbanos complejos… En todos ellos, el uso de drones ha permitido alcanzar zonas inaccesibles, reducir costes operativos y eliminar la necesidad de medios auxiliares invasivos.

Entre los ejemplos más destacados, se incluyen:

  • El Puente de Brandomil (Galicia): donde se pudo inspeccionar el estado de varios arcos sin necesidad de andamiaje ni intervención física directa.
  • El Acueducto de Segovia: donde se documentaron lesiones superficiales mediante vuelos controlados en un entorno urbano y turístico, sin alterar la actividad habitual de la zona.
  • El Puente Romano de Segura: en el que se combinaron inspecciones aéreas y submarinas para evaluar una estructura parcialmente sumergida.
  • El Puente Metálico de Requejo: en el que por sus dimensiones y por la peligrosidad de acceso a determinadas zonas, el drone cobra un valor añadido.
Drone sobre volando el Acueducto Romano de Segovia, para la inspección de los elementos superiores, incluyendo el caz por el que antaño circulaba el agua que transportaba el acueducto.

Estos estudios de caso no son meras anécdotas, sino ejemplos de cómo la tecnología puede (y debe) de estar al servicio de una conservación responsable y de una prevención bien entendida.

Además de la dimensión técnica y preventiva, el libro aborda cuestiones tan relevantes como el impacto medioambiental de las intervenciones, la protección de datos personales durante la captura de imágenes, o los requisitos legales para operar drones en contextos sensibles. La sostenibilidad, la transparencia y el respeto al patrimonio son principios que deben guiar cualquier uso profesional de la tecnología, especialmente cuando está en juego la integridad de bienes culturales de alto valor.

En resumen, Drone-Assisted Inspection of Bridges and Heritage Structuress no es solo un libro sobre drones: es una reflexión técnica y ética sobre cómo queremos conservar nuestras construcciones, sobre cómo queremos intervenir sobre el pasado, y sobre cómo podemos hacerlo protegiendo también a las personas que hacen posible estas complejas operaciones.

Si la prevención es anticiparse al riesgo, la inspección asistida por drones es, hoy por hoy, una de las mejores formas de hacerlo. Y este libro es una invitación a integrar esa mirada en el ejercicio profesional diario.

Drone adentrándose en uno de los vanos intermedios del Puente de Brandomil que salvan el Río Xallas, en la localidad de Zas, en la provincia de A Coruña.

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Autor / Autora
Rubén Rodríguez Elizalde es director del Máster de Prevención de Riesgos Laborales de la UOC. Doctor en Arquitectura y Patrimonio por la Universidad Alfonso X “El Sabio”, Ingeniero Geólogo por la Universidad Politécnica de Madrid, Máster en Patología e Intervención en Edificación (UCAM), Máster en Prevención de Riesgos Laborales (Univ. San Pablo CEU) y Máster en Energías Renovables (UFV). 
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