La etiqueta ‘LGTBIQ+’ en la literatura: ¿visibiliza o estigmatiza?

21 de julio de 2022
Anna Salomó Sentís

«I am happy to think that it gave several thousand lonely and frightened people something to hang onto». Patricia Highsmith, en el epílogo escrito en 1983 de una reedición de Carol, siendo consciente del recibimiento que tuvo la edición de bolsillo de The Price of Salt y el alcance que tuvo la historia de amor entre dos mujeres en los cincuenta del siglo XX, evidenció la necesidad atemporal de tener referentes literarios, sobre todo para el colectivo LGTBIQ+.

Podemos hablar de literatura LGTBIQ+ (sigla que corresponde a lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, intersexuales y queer) cuando la trama principal gira alrededor de la identidad u orientación sexual del protagonista, cuando la obra presenta personajes relevantes que forman parte del colectivo, o cuando el autor habla abiertamente de su orientación sexual. Y la importancia de tener referentes gracias a estas obras y poderlas encontrar fácilmente fue una de las conclusiones de mi Trabajo Final de Máster (TFM), pero para llegar aquí, hay que empezar por el principio.

Cuando teníamos que plantear el tema para nuestro Trabajo Final de Máster, tenía claro que quería que fuera en la modalidad de ensayo y entre las propuestas que presenté, la promoción literaria como eje del trabajo ya se intuía como una opción clara. También consideré como tema la literatura LGTBIQ+ y cómo se había tratado a lo largo de la historia. Así, como me atraía la vertiente de promoción literaria que ya habíamos estudiado dentro del programa del máster, centré mi investigación en la literatura LGTBIQ+ desde esta óptica.

Uno de los primeros puntos importantes del TFM fue trazar el hilo conductor de todo el trabajo y decidir cuáles eran los apartados que quería trabajar y destacar de la investigación. En mi caso, necesitaba definir qué era la literatura LGTBIQ+, buscar quién había hablado del tema y qué se había estudiado en el ámbito académico, enlazarlo con la promoción literaria, y conocer qué herramientas y recursos tenían las editoriales y las propias autoras para decidir como publicitaban sus obras, catalogadas dentro de este género. Así pues, describir el concepto de literatura LGTBIQ+, conocer como trabajaban las editoriales catalanas para hacer promoción de estas obras y si utilizaban la etiqueta LGTBIQ+ en las campañas de marketing, y concluir si visibilizaba al colectivo o si, contrariamente, lo estigmatizaba todavía más, fueron los ejes principales de mi trabajo.

El primer reto fue concretar qué era la literatura LGTBIQ+. Al inicio, la investigación bibliográfica no fue una tarea fácil, puesto que había bastantes artículos periodísticos que abordaban el tema, pero no encontraba muchos artículos académicos que lo trataran. Con la ayuda del tutor, que me guio en la investigación, y a base de ir descubriendo bibliografía de autores extranjeros, pude acotar más la busca. Finalmente, encontré estudios de autores y autoras catalanas y españolas que profundizaban más en este ámbito.

Una vez establecido el concepto, me puse en contacto con dos editoriales para saber cuáles eran sus criterios y procedimientos para catalogar una obra y cómo las promocionaban o construían la sinopsis en la contraportada. Aniol Rafel, de Edicions del Periscopi, y Laura Huerga, de Raig Verd, muy amablemente contestaron todas las dudas sobre sus campañas editoriales y cómo planteaban esta cuestión. A la vez, tuve la gran oportunidad de conversar con dos autoras para conocer su punto de vista desde la perspectiva de quien escribe las historias. En esta ocasión, conté con la colaboración de Eva Baltasar, para hablar de sus obras Permagel y Boulder –que habían motivado parte del estudio–, y con Bel Olid, que entonces presidía la junta directiva de la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana (AELC) y comisariaba el QLit: festival de literatura queer de la AELC.

Para finalizar, gracias a la bibliografía consultada y a la colaboración de los profesionales del sector, lo que se hace evidente con este trabajo es que la etiqueta LGTBIQ+ en la literatura es necesaria para visibilizar al colectivo, para normalizar la diversidad sexual desde el sector editorial, y para acompañar al lector queer para encontrar referentes en estas obras. Aun así, la decisión surge de la evaluación de cada obra según el público al cual va dirigida y el mensaje que quiere dar, y también hay que diferenciar entre las editoriales generalistas y las especializadas. En cualquier caso, queda patente que hay una voluntad de visibilizar y dejar atrás al estigma.

En la literatura, y también en otros ámbitos de expresión cultural, poder distinguir géneros o temáticas resulta una herramienta muy útil para situar las historias y que los lectores puedan acceder fácilmente a ellas. Y la manera más propicia para hacerlo es que sean evidentes, porque las ventajas son claras: ayudan a posicionar esta literatura y a hacerla visible y ofrece un espacio seguro al lector donde sentirse libre. Justo ahora que ha acabado el mes del orgullo LGTBIQ+ a nivel mundial, es un buen momento para reflexionar sobre la importancia de tener referentes en la literatura y poderlos encontrar entre los personajes y los autores y, sobre todo, tenerlos al alcance.

Si queréis consultar el trabajo completo, lo podéis encontrar en el Repositorio Institucional de la Universitat Oberta de Catalunya a través del siguiente enlace.

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Anna Salomó Sentís, graduada en el Máster de Edición Digital de la UOC

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