IberLibro: donde Amazon no llega

11 de diciembre de 2016

Iberlibro

por Lola Montero Cué

Durante el Máster de Edición Digital, que terminé el pasado mes de julio, me interesé por un tema tangencial que salió al hilo de mi Trabajo de Fin de Máster. Se trata de un grupo de escritoras, vinculadas a la generación del 27, que un reciente proyecto transmedia está rescatando y dando a conocer como «Las sinsombrero». Hablo concretamente de María Zambrano y Rosa Chacel, las más conocidas y reconocidas; María Teresa León, editora, escritora y activista, compañera de Alberti; Ernestina de Champourcín y Josefina de la Torre, las dos únicas mujeres incluidas por Gerardo Diego en su Poesía española contemporánea, antología considerada el acta de nacimiento de la Generación del 27, y Concha Méndez, gran editora y poeta, casada con Manuel Altolaguirre, entre otras. El caso es que, tratando de investigar qué se había publicado de ellas y qué se podía encontrar actualmente, caí en IberLibro.

La experiencia no pudo ser mejor. No sé hasta qué punto es popular este portal de libros nuevos y de ocasión que reúne a toda una comunidad de libreros y bibliotecas de varios países y regiones del mundo, pero es evidente que IberLibro/AbeBooks, por su estructura multinacional y su facilidad de uso, se erige como serio competidor –o en todo caso complemento indispensable– del Gigante Amazon. Lo ilustraré con el ejemplo de mi búsqueda de Las sinsombrero, que me permitió reunir una pequeña biblioteca de obras de la literatura femenina española de la Edad de Plata.

De Pròleg a IberLibro, pasando por Amazon

Al inicio de mis pesquisas me encontraba en Barcelona, así que me pareció lógico acercarme a Pròleg, la librería de mujeres. Pasé una hora y media con una de las libreras, que conocía a fondo el tema y puso el local patas arriba tratando de ayudarme. Pero la verdad es que, aparte de varios títulos de Zambrano y Chacel, solo apareció un estudio sobre Champourcín. Probé también en un par de librerías de viejo del Barrio Gótico, con resultado similar: solo salieron a la luz las Memorias de Leticia Valle, de Chacel. Las obras de las menos celebradas me quedaban pues fuera de alcance por los canales tradicionales.

Volví a casa (vivo en la Alta Saboya francesa), y empecé las búsquedas en la red. Salieron algunos estudios sobre literatura del exilio, algún blog sobre poesía femenina con una selección de poesías de Josefina de la Torre y poco más. Continué con Amazon y Casa del Libro. En Amazon encontré algunas obras de María Teresa León: Trabajos de una desterrada, La historia tiene la palabra y Rosa-Fría, patinadora de la Luna; también Hojas sueltas, de Josefina de la Torre, que el Gigante me envió con su habitual solicitud y presteza.

Lo más fastidioso fue la experiencia de Casa del Libro: si bien en las búsquedas aparecían bastantes títulos, todos estaban descatalogados y, por consiguiente, inaccesibles. Además, no todos los libros podían adquirirse desde el extranjero. Que el gran librero español no sea capaz de salvar las fronteras en la era Internet es algo que cuesta entender.

Antologia Gerardo DiegoPor último, entré en IberLibro. Con una simple búsqueda por nombre de las autoras encontré: la obra completa de Josefina de la Torre, junto con una curiosa antología bilingüe, inglés-español, producida por un poeta estadounidense que me mandó el libro firmado y todo; muchos de los títulos de la profusa Champourcín, entre ellos, el extraordinario Primer exilio, editado por Adonáis, un par de antologías (de Torremozas y de Anthropos), y La Ardilla y la Rosa (Juan Ramón en mi memoria), obra en prosa con sus recuerdos de Juan Ramón Jiménez; una antología de Concha Méndez editada por Hiperión en 1995. Me decidí también a comprar la famosa antología de Gerardo Diego. Podían encontrarse incluso las diversas ediciones de la misma. Al hacer las búsquedas aparecieron también varios números de revistas literarias de la época, entre las que seleccioné uno de Hora de España, de julio de 1938, y otro de Rueca (revista mexicana de exiliados españoles en cuya edición participó Champourcín), de 1943.

Profesionalismo y excelencia del servicio de IberLibro

En el espacio de un mes y medio fueron volando hasta mi casa: Champourcín desde Santander, Granada, una biblioteca de Dunfermline y Wallingford (Reino Unido), Mishawaka (Estados Unidos) y Valencina de la Concepción (Sevilla); Concha Méndez desde Madrid; Hora de España desde Cuahutemoc (México); Los Poemas de la Isla de Josefina de la Torre, desde Toledo, Ohio (Estados Unidos); el número de Rueca desde Barcelona. La antología de Diego, en dos ediciones distintas, me llegó desde Atlanta y desde la Reeves Memorial Library de Mishawaka (Estados Unidos).

Hora de EspañaEn todos los casos el aplicativo ofrecía información detallada sobre el estado de los libros y en ocasiones también sobre su contenido, además del precio del ejemplar y los costos de transporte. Dado que en las búsquedas IberLibro ofrece una página por ejemplar disponible, es fácil elegir el más barato (los precios varían enormemente según el librero) o el que menos costos de envío suponga. Además, una vez realizado el pedido recibí por email confirmación de IberLibro, así como de cada librero en particular, tanto cuando el pedido fue recibido en la librería como cuando fue expedido, con indicación, desde el aplicativo de compra, de la fecha esperada de recepción.

IberLibro versus Amazon

La facilidad de búsqueda, el impresionante catálogo, el acceso sin trabas y sin fronteras a librerías de tantos países, la claridad y profusión de la información editorial y el excelente servicio de IberLibro son un verdadero regalo. Si en Amazon te sientes ante una empresa que lleva el sentido comercial en el ADN y para la que tú, client@, eres rey, en IberLibro eres el lector mimado por los verdaderos profesionales del libro.Iberlibro Hora de España

Y por eso Amazon no llega donde llega IberLibro. Además, mientras el Gigante, con todo su sentido comercial, no deja de ser piramidal (ofrece su plaza descomunal a miles de pequeños liliputienses, pero sin estructura, como en un rastrillo laberíntico y sin fin), el modelo de negocio de IberLibro se basa en una mancomunidad de profesionales, con la consiguiente estructuración bibliográfica de la oferta. Es la biblioteca de Alejandría, una Babel moderna, en la que, por fin, te entiendes: las diferentes plataformas –estadounidense, británica, alemana, francesa, italiana, australiana y neozelandesa, canadiense e hispana– están vinculadas, de forma que los problemas de fronteras (que todavía quedan, oh que sí, en Amazon) están ya resueltos desde la propia estructura de venta.

No me extiendo más en sus ventajas, que son evidentes para todos los actores del libro: editores, libreros, autores, estudiosos y, por supuesto, los lectores.

 

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