Albert Martínez: «El rigor es clave para comunicar sobre el cambio climático»

23/01/2025
Albert Martínez a la UOC. Albert Martínez (UOC).

Albert Martínez es meteorólogo y comunicador. Nacido en Miralcamp (Lérida), creció mirando al cielo en un territorio donde el tiempo lo marca todo, especialmente en una zona rural como la suya. Licenciado en Geografía por la Universidad de Barcelona y con estudios de Física, pronto descubrió que la meteorología no sólo se podía estudiar, sino también comunicar. Esto le llevó a trabajar a medios como TV3, Radio Flash y Televisión Española, hasta convertirse en el primer meteorólogo en español a nivel nacional de Estados Unidos, en The Weather Channel.

Desde la niebla del Pla de Lleida hasta huracanes y tornados en el continente americano, ha cubierto algunos de los fenómenos meteorológicos más impactantes del mundo. A lo largo de su trayectoria ha recibido 11 Emmys y 3 TellyAwards.

Su experiencia en Estados Unidos le despertó interés por mejorar innovar en su labor como comunicador. Y es que, a día de hoy, combina su labor como meteorólogo en la televisión con la divulgación científica en redes sociales, donde suma cientos de miles de seguidores bajo el nickname @alberteltiempo en Instagram, TikTok, Youtube, X y Facebook.

Por eso, ha cursado el máster universitario de Periodismo y Comunicación Digital de la UOC, con el objetivo de combinar su bagaje técnico con una divulgación más clara y accesible. En esta entrevista conversamos sobre su experiencia con el master, y muy especialmente, sobre su Trabajo Final de Máster dedicado a analizar la desinformación sobre cambio climático en la población latina.

¿Qué hace un meteorólogo estudiando el máster universitario de Periodismo y Comunicación Digital: Datos y Nuevas Narrativas?

Decidí volver a estudiar durante la pandemia. Aunque vivía en Miami, donde las restricciones eran muy laxas, aquel tiempo de parón me hizo reflexionar sobre cómo podía ampliar mis conocimientos. Opté por la UOC por su formato totalmente en línea, que se adaptaba perfectamente a mi estilo de vida, ya que viajo a menudo para cubrir fenómenos meteorológicos. El máster me permitió aplicar desde el primer día las herramientas de comunicación digital a mi trabajo, especialmente a la gestión de las redes sociales y el contenido multimedia.

Una de las principales motivaciones fue entender mejor cómo las nuevas tecnologías y los medios digitales pueden transformar la manera como comunicamos los fenómenos climáticos y meteorológicos. Por ejemplo, con el aumento del impacto de las redes sociales he podido utilizar herramientas aprendidas en el máster para hacer llegar mensajes claros y rigurosos a un público más amplio. También descubrí cómo las técnicas de storytelling pueden ayudar a explicar conceptos complejos de manera accesible y atractiva, algo fundamental para una audiencia diversificada.

¿Por qué estudiaste este máster? ¿Cómo lo valoras?

El máster me pareció una oportunidad perfecta para combinar mi pasión por la comunicación con mi destreza meteorológica. Valoro especialmente la flexibilidad del programa y su enfoque práctico, que me ha permitido integrar inmediatamente los aprendizajes en mi trabajo diario. Destacaría también las herramientas de comunicación digital que se ofrecen, esenciales para trabajar en las redes sociales y plataformas multimedia.

Además, aprecié mucho la posibilidad de trabajar con profesores y compañeros de todo el mundo, lo que enriqueció mucho mi aprendizaje. Por ejemplo, uno de los proyectos que desarrollé me permitió analizar cómo se comunican los fenómenos climáticos en las diferentes culturas e identificar diferencias y similitudes en las estrategias de comunicación. También descubrí cómo los datos y su visualización pueden afectar a la percepción pública, una lección clave que he aplicado a mis análisis sobre el cambio climático.

Tu TFM trata de la comunicación del cambio climático. ¿Qué te llevó a centrarte en la desinformación sobre el cambio climático en la comunidad latina de Estados Unidos?

La comunidad latina de Estados Unidos es una de las más interesadas en el cambio climático. Esta conexión viene a menudo motivada por la propia experiencia, ya que muchos han tenido que migrar por fenómenos climáticos como sequías, huracanes o incendios. Como meteorólogo que trabaja directamente para esta comunidad, he observado de cerca cómo las redes sociales se han convertido en el principal canal de información, especialmente Facebook, que se utiliza mucho. Mi interés profesional y personal me llevó a conectar estos temas en el trabajo final de máster.

El trabajo se centró en analizar cómo la desinformación sobre el cambio climático se propaga a través de las redes sociales y qué tipos de contenido se hacen más virales. Además, profundicé en cómo esta comunidad, a pesar de estar muy interesada en los temas climáticos, a menudo recibe información descontextualizada o incorrecta que puede influir en sus percepciones. El análisis también incluía una exploración del potencial de la inteligencia artificial como herramienta para combatir esas noticias falsas.

La comunicación del cambio climático tendría que ser personalizada y adaptada a las necesidades de cada audiencia.

Explícanos qué metodología has seguido en el trabajo y cómo has trabajado para identificar la desinformación sobre el cambio climático.

Analicé noticias falsas virales enfocadas al cambio climático e identifiqué los orígenes, cómo se propagaban y qué impacto tenían. Una de las conclusiones es que muchas de las noticias aprovechan textos o imágenes descontextualizados. Por ejemplo, afirmaciones como «el dióxido de carbono no es malo» pueden tener una parte cierta, pero se utilizan fuera de contexto para distorsionar la realidad. También observé que ciertas plataformas como Facebook tienen una función importante a la hora de propagar esos contenidos, especialmente dentro de la comunidad latina, que a menudo consume ese tipo de mensajes a través de grupos o canales sin filtros rigurosos.

Además, exploré el uso de la inteligencia artificial como herramienta para verificar contenidos, con resultados muy prometedores. Por ejemplo, apliqué algoritmos para analizar patrones en las noticias falsas y comprobé que la IA puede detectar rápidamente las imágenes o frases sospechosas. Aun así, mi investigación también destacó los límites de la tecnología, ya que a menudo estas herramientas requieren supervisión humana para interpretar el contexto adecuadamente.

¿Cómo se viraliza la desinformación?

La viralización de la desinformación se produce principalmente a través de mensajes simples e impactantes que apelan a las emociones. En las redes sociales, la comunidad latina a menudo utiliza canales como WhatsApp para compartir noticias de texto sin imágenes ni fuentes verificables. Muchas veces esas noticias incluyen datos descontextualizados o incluso inventados que buscan reforzar creencias previas en las audiencias.

Las plataformas, junto a los algoritmos que priorizan el contenido popular sobre el riguroso, facilitan la expansión de esas noticias. Un ejemplo destacado es la difusión de mensajes en cadena de WhatsApp que mezclan información cierta con afirmaciones falsas para ganar credibilidad. Además, la estructura cerrada de las plataformas dificulta que se verifiquen y desmientan las informaciones erróneas.

¿La IA nos ayudará a desmentir las noticias falsas sobre el cambio climático o, al contrario, fomentará la sofisticación de la desinformación?

La inteligencia artificial puede ser una poderosa aliada, pero también representa un desafío. Todo lo que creamos los humanos tiene un sesgo, y la IA no es ninguna excepción. Si bien puede ayudar a desmentir las noticias falsas mediante análisis forenses de imágenes y verificaciones de texto, también puede utilizarse para generar contenido falso muy sofisticado, como los deepfakes.

Durante mi investigación analicé cómo los algoritmos de la IA pueden identificar patrones recurrentes en las noticias falsas y cómo se aplican técnicas avanzadas de detección de imágenes manipuladas. Con todo, también comprobé que esas herramientas tienen límites importantes, especialmente al interpretar el contexto cultural y social de una noticia. Los gobiernos y las instituciones tienen un papel clave a la hora de legislar y regular su uso, pero también de promover la educación digital para ayudar a la población a reconocer mejor los contenidos falsos.

¿Cuáles son los mitos más comunes sobre el cambio climático que has detectado? ¿Por qué crees que esos mitos tienen tanta aceptación?

Existen varios mitos, pero los resultados de mi investigación me permitieron clasificarlos en cuatro grandes bloques:

  1. El cambio climático no existe. Es un mito vinculado al negacionismo climático, parecido al terraplanismo. A menudo se difunde a través de grupos de redes sociales que apelan a teorías de la conspiración y que buscan desacreditar la ciencia oficial.
  2. Imágenes descontextualizadas, por ejemplo fotografías de situaciones antiguas presentadas como actuales. Este tipo de contenido se utiliza para reforzar los mensajes sensacionalistas y confundir al público.
  3. Textos descontextualizados que utilizan medias verdades para desacreditar evidencias. Por ejemplo, algunas noticias hacen referencia a estudios que aparentemente refutan el cambio climático, pero ignoran completamente el consenso científico.
  4. Clickbait y titulares sensacionalistas, a menudo promovidos por los medios con falta de rigor. Son titulares diseñados para atraer clics y no para informar, lo que contribuye a la propagación de la desinformación.

Hablemos, ahora, sobre la comunicación del cambio climático. ¿Cómo es y cómo debería ser, esta comunicación?

Creo que se tiene que modificar el vocabulario y adoptar un lenguaje más sencillo y directo. Actualizar los términos y utilizar datos impactantes puede ayudar a captar mejor la atención del público. Por ejemplo, la palabra «irreversible» todavía tiene mucha fuerza. También es esencial combinar la información de alerta con soluciones prácticas como sistemas de prevención y sensibilización que ayudan a las comunidades a prepararse frente a los fenómenos meteorológicos extremos.

Además, la comunicación del cambio climático tendría que ser personalizada y adaptada a las necesidades de cada audiencia. Por ejemplo, es importante destacar cómo los impactos climáticos afectan directamente a las comunidades locales con ejemplos cotidianos que la gente pueda entender y relacionar con su vida diaria. Eso incluye también dar voz a las comunidades más afectadas, como la comunidad latina, que a menudo vive en zonas de riesgo de huracanes o inundaciones. Otro aspecto clave es la colaboración entre instituciones, medios de comunicación y expertos para que se transmita un mensaje unificado y riguroso.

¿Tienes pensado seguir investigando en esta área?

Sí, me gustaría hacer un doctorado para profundizar en estos temas y generar impacto social. Como meteorólogo, mi objetivo es proteger las vidas y las propiedades, y creo que la lucha contra la desinformación es una extensión natural de esa labor. Durante los años que he estado trabajando en medios internacionales he visto que tener acceso información precisa puede marcar una gran diferencia en la respuesta de las personas ante los desastres naturales. Además, quiero investigar cómo las nuevas tecnologías, incluida la inteligencia artificial, pueden mejorar las estrategias de comunicación climática y contribuir a que se tomen mejores decisiones. El cambio climático seguirá siendo un desafío global y la información rigurosa será clave para afrontarlo.

¿Qué consejo darías a los estudiantes que quieran trabajar en temas de desinformación y redes sociales?

Hay que apostar siempre por el rigor y la verificación de datos. Es un campo transversal en el que cualquier perfil puede contribuir, desde historiadores hasta ingenieros. La clave es entender que el cambio climático nos afecta a todos y que la comunicación es fundamental para fomentar las acciones colectivas. Por ejemplo, los estudiantes pueden trabajar con datos abiertos para analizar patrones de desinformación o participar en campañas de sensibilización que ayuden a comprender mejor los impactos climáticos.

En ese sentido, el máster universitario de Periodismo y Comunicación Digital: Datos y Nuevas Narrativas de la UOC proporciona las herramientas necesarias para afrontar esos retos con profesionalidad, entre ellas herramientas digitales para verificar la información y crear relatos atractivos que ayuden a concienciar a las diferentes audiencias.

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Autor / Autora
Editora de contenidos de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC.
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