El compañero Héctor Carmona nos explica su experiencia en Tokio arbitrando los Juegos Olímpicos

16/09/2021

«Disfruto de una oportunidad deportiva única en unos momentos muy complicados para el planeta»

Foto: IWBF/Shingo ITO X-1

Héctor es técnico del Área de Servicios de Orientación y Carrera Profesional, pero no solo esto. Su afición por el baloncesto ha estado vinculada a su vida y asegura que le ha hecho ser quien es. Desde bien joven se ha especializado en el arbitraje y este verano ha tenido la oportunidad de vivir los Juegos Paralímpicos de Tokio como árbitro internacional. Regresa a la UOC con muchas ganas de poner en marcha el nuevo curso y con la experiencia de haber compartido una oportunidad única con gente de otras culturas y realidades.

La UOC ha tenido representación en los Juegos Paralímpicos de Tokio. ¿Qué hace un técnico de Servicios de Orientación y Carrera Profesional en este acontecimiento deportivo mundial?

Disfruto de una oportunidad deportiva única en unos momentos muy complicados para el planeta debido a la crisis sanitaria y climática que estamos viviendo.

¿Cómo y cuándo empiezas a practicar el baloncesto? ¿Qué te aporta este deporte?

A los nueve o diez años empecé a jugar al baloncesto en mi escuela de Mataró y, unos años más tarde, me federé. A los catorce años me inicié en el arbitraje, a pesar de que antes tenía muy mala fama ser árbitro. Se necesitaban personas que quisieran ayudar a sacar adelante los Juegos Escolares de Mataró y nos ofrecimos unos cuantos jugadores a quienes nos llamó la atención esto de ponerse el silbato. Compaginé el papel de jugador y árbitro hasta los dieciocho años, momento en el que decidí seguir arbitrando en exclusiva.

Me ponga el uniforme de árbitro o vaya a trabajar, mi esencia como persona es la misma

¿Cómo te llega la oportunidad de dar un paso más como árbitro internacional?

Tras muchas temporadas arbitrando baloncesto en categorías de ámbito catalán (Copa Cataluña) así como estatales (EBA, Liga Femenina 2), empecé a dirigir partidos de baloncesto adaptado. Me llenó mucho la nueva experiencia y, además, para los supervisores mi proyección era muy buena. Así pues, en 2018, la Federación Española de Deportes de Personas con Discapacidad Física (FEDDF), de la que depende la competición de baloncesto en silla, me propuso como candidato a obtener la licencia de árbitro internacional, examen que superé en la ciudad francesa de Grenoble. Desde entonces, además de dirigir durante la temporada competiciones internacionales en el ámbito de clubes como la Liga de Campeones o la Euroliga, a nivel de selecciones nacionales, he participado en diferentes campeonatos de Europa (Italia y Polonia), un mundial sub-25 femenino (Tailandia), y también en los recientes Juegos de Tokio 2020.

Hasta que llegas a la competición de máximo nivel. ¿Cómo te llega la oportunidad de participar en los Paralímpicos?

En baloncesto en silla de ruedas, la competición española es de las más potentes a escala mundial y ello se traduce en que los árbitros tenemos los mejores jugadores compitiendo entre nosotros, lo que te obliga a seguir trabajando y mejorando continuamente. Además, desde que obtuve la categoría de árbitro internacional, durante mis arbitrajes a lo largo de la temporada regular (Liga de Campeones, Euroliga…), cuento con evaluaciones por parte de instructores y supervisores arbitrales que ayudan también a perfeccionar aspectos que para uno mismo, en ocasiones, son más complicados de detectar. También hay que ir superando exámenes de reglamento y pruebas físicas (los llaman refresher clinics). La buena consecución de todos estos elementos me ha llevado a ser uno de los veinticuatro árbitros designados para estar en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.

Foto: Héctor Carmona

¿Qué te llevas de esta experiencia internacional? ¿Qué te ha aportado como persona y en qué puede servirte profesionalmente?

Estas experiencias son muy favorables dado que ayudan a seguirte formando como persona. La vida es en sí misma un aprendizaje continuo. Por lo tanto, me encanta ponerme al día con amigos y compañeros porque intercambias vivencias y conocimientos con otras realidades y culturas que a veces son muy distintas de la europea, a la vez que practicas la lengua inglesa. Por lo tanto, independientemente de que me ponga el uniforme de árbitro o vaya a trabajar, mi esencia como persona es la misma y esto es lo que entiendo que las empresas, y también la UOC, más valoran de mi persona.

Porque tú, además, eres abogado. ¿Tienen vinculación estas dos facetas?

A pesar de que no me dedico profesionalmente a ello, estoy colegiado en el ICAB, y ser abogado y árbitro está totalmente vinculado en mi caso. Decidí empezar a estudiar Derecho al finalizar el bachillerato porque, como ya era árbitro de baloncesto, me encantaba todo lo que tenía que ver con regulaciones e interpretaciones de las diferentes legislaciones. El reglamento de baloncesto también cuenta con «comentarios e interpretaciones oficiales», de forma muy parecida a lo que ocurre con las leyes y la jurisprudencia que va asociada a ellas.

Ahora enlazas los Paralímpicos con el inicio de un nuevo curso en la UOC. ¿Qué esperas de esta etapa que inicias?

Pues vuelvo con muchísimas ganas de seguir trabajando en los proyectos que tenemos en el Área de Servicios de Orientación y Carrera Profesional. De entre los más destacados está la Feria de Ocupación, que tendrá lugar el 16 y 17 de noviembre, una oportunidad excelente para que desde el mundo de la empresa puedan entrar en contacto con nuestros estudiantes UOC. En la edición de 2020 contamos con más de 7.000 inscritos y 120 empresas de todos los sectores.

La pandemia ha acelerado la nueva forma de trabajar y ha puesto de relieve que es posible trabajar desde casa y ahorrar tiempo de desplazamientos in itinere

¿Qué te gusta de trabajar en la UOC?

Me encanta el ambiente que se respira. Tenemos un equipo de personas que realmente se preocupa por que cada uno de nosotros podamos aportar nuestro granito de arena y seguir creciendo como conjunto. Además, la pandemia de la COVID-19 ha acelerado la nueva forma de trabajar y ha puesto de relieve que es posible seguir siendo productivos trabajando desde casa y, a la vez, ahorrar tiempo de desplazamientos in itinere. Estoy seguro de que muchas empresas nos toman como modelo para implantar el teletrabajo entre sus trabajadores.

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