Inteligencia artificial en educación: una mirada hacia el futuro

27 junio, 2024
inteligencia artifical en educación Imagen: Unsplash

La irrupción de la inteligencia artificial (IA) a nivel masivo ha revolucionado la forma de trabajar en todos los sectores, dado el potencial disruptivo de esta tecnología. Sin embargo, nos encontramos en las primeras fases de desarrollo de esta tecnología, en el sentido de que las plataformas disponibles todavía se encuentran en pruebas y en medio de una competición feroz entre desarrolladores para conquistar el mercado.

Con este contexto de fondo, la educación es otro de los sectores que se verán, al mismo tiempo, afectados y beneficiados por la IA. Y de eso hablaron recientemente Juan Miguel Muñoz y Xavier Muñoz, codirectores del Observatorio de Innovación Educativa y Cultura Digital de la Asociación Espiral, en la jornada virtual Introducción a la Inteligencia Artificial en la Educación: Una mirada hacia el futuro, moderada por Marcelo Fabián Maina, director del máster de Educación y TIC de la UOC, con motivo del 20º aniversario del programa.

La llegada de la IA rompe un proceso hasta ahora previsible para introducir una disrupción de comportamiento exponencial. De hecho, la IA es “enseñar a las computadoras a ser ‘inteligentes’ y tomar decisiones por sí mismas”, como explicó el chatbot Luzia al comienzo de la sesión, que arrancó con una ponencia de Juan Miguel Muñoz para recordar que, aunque se hable de IA desde hace poco, en realidad se trata de una tecnología con décadas de desarrollo.

Una nueva tecnología no tan nueva

El mismo Juan Miguel Muñoz se remontó a 1936 con Alan Turing y su Máquina de Turing como preámbulo de la IA que ahora utilizamos casi cada día. De hecho, no fue hasta 1956, en un evento de la Universidad de Darmouth, en Estados Unidos, cuando se habló por primera vez de ‘inteligencia artificial’ con ese término. Y hubo que esperar una década más para que el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) crease el primer bot conversacional básico, llamado ELIZA, que consiguió ‘engañar’ a muchas personas, haciéndolas creer que estaban hablando con una persona real, una de las grandes preocupaciones que genera la IA en la actualidad: la dificultad para discernir qué contenidos son originales y cuáles creados por una tecnología.

El desarrollo de la IA, que nunca estará completo de la misma forma que ninguna otra tecnología tiene una meta, marcó en 1997 otro capítulo, cuando Deep Blue, un modelo desarrollado por IBM, ganó al ajedrez a Garry Kaspárov, campeón del mundo en aquel momento.

Más de una década después es cuando se podría decir que entramos en la fase actual de IA masiva. En 2011 nacen los primeros asistentes virtuales, como Siri, Cortana y Google Assistant, que llegan de la mano de la expansión del smartphone. Los logros continúan en segundo plano, con un bot que, en 2017, consigue ganar al póker a los principales campeones del momento.

Es tras la pandemia, en 2022, cuando la inteligencia artificial entra en una nueva era sin vuelta atrás con la liberación de ChatGPT para todo el mundo y la consiguiente batalla entre desarrolladores para llegar más lejos en un mundo ávido de introducir estas novedades en su día a día, aunque aún no sepa exactamente para qué. “La inteligencia artificial, más que una preocupación, tenemos que convertirla en una oportunidad”, explicó Juan Miguel Muñoz. Pero no todos los grupos afectados en el sector educativo lo ven igual.

Inteligencia artificial en educación: sí, pero ¿para quién?

El uso de la inteligencia artificial en la educación plantea retos, preguntas y muchas dudas por parte de todos los involucrados en el sector. Un estudio de finales de 2023 de Empantallados y GAD3, con el apoyo de “Por un uso love de la tecnología”, la Comisión Europea y Fundación Fomento, sobre IA en educación en España revela que el 82% de los alumnos, el 73% de los profesores y el 69% de los padres ha usado en alguna ocasión IA. Son cifras similares, pero no se reflejan de esta misma forma a la hora de considerar la IA como herramienta. Y es que, mientras que casi 6 de cada 10 padres piensa que la IA tendrá un impacto positivo en la educación de sus hijos, solo el 39% de los profesores piensa así. Juan Miguel Muñoz, en su ponencia en el webinar de la UOC, asegura que podría deberse al desconocimiento sobre el potencial de esta tecnología y al posible miedo que hay entre muchos profesionales sobre la capacidad que tendría para sustituirlos. “Desde mi punto de vista, la inteligencia artificial no va a poder quitar el trabajo a los docentes, pero sí tienen que conocer, aprender y saber utilizarla en beneficio de la mejora educativa”, destaca.

En esta línea, los miedos a la IA se traducen en que el 67% de los profesores piensa que la IA podría agravar los casos de acoso escolar. Pero no está claro que las sombras de la inteligencia artificial vayan a ser tan alargadas. “La IA transforma la educación”, reconoce el experto. Y hay motivos para creerlo.

Según un estudio de McKinsey, el 90% de las empresas ahorra costes con la IA y el 75% incluso incrementa sus ingresos gracias a esta tecnología. No necesariamente lo consiguen prescindiendo de humanos en sus filas, sino destinando el talento de las personas a aquellas áreas en las que puede aportar valor real. “La inteligencia artificial es la tecnología que está impulsando de manera más salvaje e imparable todos los sectores productivos”, explica. Y cita tres elementos de los que carece la IA, y que evidencian que seguirá habiendo un papel para las personas: curiosidad, pensamiento crítico y creatividad, según los postulados de Kai-Fu Lee, experto en IA.

Un estudio del World Economic Forum dice que la mitad del tiempo de trabajo de un docente no se dedica a interactuar con los alumnos, sino a tareas administrativas, por lo que la inteligencia artificial supone una oportunidad real para mejorar esta relación y crear un nuevo ecosistema educativo que beneficie a los alumnos. La pregunta que todos nos hacemos es: ¿Por dónde empezar?

Herramientas de IA

Xavier Suñé en su ponencia durante el webinar desgranó las inteligencias artificiales generativas más populares en 2024:

  • ChatGPT, de OpenAI. Está entrenado con información de hasta 2022 y por ahora no está conectada a Internet. Ofrece versión de pago por unos 22 euros al mes.
  • Gemini, de Google. Tiene capacidad para traducir hasta 100 idiomas y también ofrece versión de pago.
  • Copilot, de Microsoft, integrada en Windows y Office. Utiliza la version más avanzada de ChatGPT Premium.
  • Perplexity, que destaca por conectarse a Internet.
  • Claude, de Anthropic, busca ser más humano y empático.
  • Mistral, lanzado en 2024, es de los más modernos y de origen francés.
  • Luzia, un chatbot para WhatsApp y Telegram, disponible de forma gratuita.

Una vez conocidas las bases, es hora de empezar a utilizarlas. El experto recomienda probarlas sin miedo, introduciendo peticiones en forma de prompts (el texto que, a modo de pregunta o petición, utiliza el usuario para solicitar un trabajo, acción o información a un chatbot de IA). “Una cosa clave es saber hacer preguntas. Tenemos que aprender a saber hacer preguntas”, lo que supone generar un prompt: la información que pedimos a la IA. Hay que ser creativos para que las preguntas sean buenas y permitan obtener las respuestas deseadas, destacó. “Saber hacer bien las preguntas es lo que nos va a dar las respuestas a lo que nosotros queremos”, añadió.

¿Por dónde empezar?

La clave del uso de la IA en el sector educativo radica, en una primera fase, en la capacidad del docente de saber hacer esas preguntas adecuadas para lograr las respuestas deseadas. Pero eso sigue sin responder a la cuestión de fondo: cómo usar IA en el sector educativo para que aporte algo. Porque ambos ponentes coincidieron en que una de las bases para un buen uso de esta tecnología es no delegar todo en ella.

En este sentido, hay que buscar los potenciales beneficios reales de la IA en educación. “En educación, a veces la tecnología nos hace desviarnos del objetivo final, que es conseguir que los alumnos aprendan, no que nosotros enseñemos”, reconoció Juan Miguel Muñoz, quien subrayó que “la IA es una oportunidad para facilitar que el alumno tenga ganas de aprender”.

Por eso, permitirá mejorar la innovación pedagógica, la personalización del aprendizaje y el acceso a recursos globales, y con ella se podrán resolver problemas reales y mejorar la capacidad de trabajo en equipo y en colaboración. Planificación de lecciones y creación de materiales, evaluación y retroalimentación, accesibilidad y apoyo al aprendizaje, y tutoría y apoyo personalizado son algunas de las oportunidades que indicó Xavier Suñé para el sector.

A cambio, y por otro lado, existen riesgos de la inteligencia artificial en educación como la brecha digital o la desigualdad de acceso que podría provocar el hecho de que muchos alumnos no puedan acceder a estas herramientas o no sepan utilizarlas, y la sobreabundancia de información, habida cuenta de que es un sector prácticamente en pañales que ya cuenta, no obstante, con varias plataformas compitiendo por el liderazgo.

A la hora de desarrollar competencias transversales, habrá amenazas como la obsolescencia de los currículos o la falta de formación, tiempo y apoyo del profesorado. Y en el mercado laboral, habrá desempleo y precariedad, además de competencia global e incertidumbre, pero también más emprendimiento, adaptabilidad y participación ciudadana. No todo es blanco o negro, pero exige probar hasta encontrar el equilibrio. “La IA no podrá reemplazar muchos de los empleos que existen hoy en día, sobre todo los que requieran juicio, creatividad, destreza física y parte emocional”, tranquilizó Juan Miguel Muñoz.

La conclusión es que la IA en educación ofrece numerosas posibilidades y oportunidades tanto para los docentes como para los alumnos y centros educativos. Pero es necesario perder el miedo a esta tecnología tan desconocida, aprender a utilizarla correctamente para que su potencial sea real y aplicarla en las aulas en aquellas áreas en las que vaya a aportar valor al alumno. Si se consigue ese punto de equilibrio, el futuro de la educación será brillante para todos, porque se estarán sorteando muchos de los desequilibrios del modelo actual. Es hora de formarse y ponerse manos a la obra.

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