Miguel Vergara: «El modelo educativo es práctico y accesible, y eso es fundamental, más aún cuando uno estudia temas de evaluación y de calidad»
2 mayo, 2025Miguel Vergara pasó de ser un escéptico de la educación virtual a convertirse en un defensor convencido, gracias a su paso por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Hoy, sus aprendizajes académicos inspiran sus proyectos sociales, políticos y culturales en Colombia. Su formación como educador lo llevó a interesarse por los procesos de calidad en las universidades. Fue esa inquietud la que conectó a Miguel Vergara con la UOC, donde cursó un máster que, según él, transformó su forma de pensar y actuar, incluso en el mundo empresarial y político.
Miguel Alberto Vergara Sandoval es licenciado en Educación Industrial por la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC), especialista en Gerencia Educativa y alumni del máster universitario de Evaluación y Gestión de la Calidad en la Educación Superior de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Aunque hoy se desempeña en el sector turístico como parte de un proyecto familiar, su paso por la UOC marcó un punto de inflexión en su vida académica, profesional y personal.
Miguel se define como un ciudadano visionario, comprometido con el liderazgo, la educación y la transformación social. «La educación te abre la mente, te permite ver el mundo de forma distinta. Como decía Dudamel, todos somos notas distintas en una sinfonía: si aprendemos a escucharnos, podemos crear algo grandioso».
Su experiencia como representante estudiantil en su universidad de pregrado le hizo cuestionar los procesos de acreditación internos, sembrando en él una inquietud por conocer, desde la técnica, cómo se construye la calidad en la educación. Esta motivación lo llevó en 2017 a buscar un posgrado y, casi por casualidad, conoció la UOC. Aunque en un inicio era escéptico respecto a la educación virtual, lo convenció la seriedad de la propuesta académica y, en especial, el título del máster.
«Me quedé por la calidad»
«Yo no creía mucho en la educación virtual», confiesa Miguel. Pero lo que encontró en la UOC superó sus expectativas. «Me di cuenta de la calidad que tiene la universidad: en las aulas, en los espacios, en la forma evaluativa…, y me gustó mucho. La verdad, ahí me quedé».
La coherencia entre lo que se enseña y cómo se enseña fue clave para él: «El modelo educativo es práctico y accesible, y eso es fundamental, más aún cuando uno estudia temas de evaluación y de calidad». La exigencia académica, la estructura de las aulas virtuales y los contenidos actualizados lo empujaron a adoptar una actitud más disciplinada, reflexiva y detallista, cualidades que hoy aplica en todos sus proyectos.
Impacto en su desarrollo profesional y personal
Aunque actualmente su labor está enfocada en un proyecto turístico, Miguel asegura que su formación en la UOC ha permeado todos los aspectos de su vida. «Me sirvió para todo, hasta para la vida. Lo aplico incluso ahora como empresario. La UOC me enseñó a ser disciplinado, reflexivo y detallista».
Ese aprendizaje también lo ha llevado a incursionar activamente en lo social y lo político. Ha apoyado proyectos culturales, comunitarios y educativos, y actualmente forma parte de un proceso político en su municipio natal, Duitama, Boyacá, en Colombia. Su interés por la calidad educativa trasciende el aula: sueña con aplicar esos conocimientos para transformar su entorno desde la administración pública.
El poder transformador de la educación
Miguel defiende el poder transformador de la educación, incluida la virtual. «Uno necesita mucha disciplina y constancia. La calidad de la UOC está a otro nivel. Te entregan material que genera conocimiento fresco y útil. Lo describiría como un universo».
La historia de Miguel Vergara es el reflejo de cómo la educación, cuando se vive con compromiso, puede expandir horizontes personales y colectivos. Su paso por la UOC no solo le proporcionó herramientas técnicas, sino que fortaleció su visión crítica, su vocación de liderazgo y su deseo profundo de aportar a la sociedad. Hoy, Miguel camina con paso firme hacia un futuro en el que la calidad, la cultura y la educación sean pilares de transformación. Y lo hace convencido de que formarse no es solo adquirir conocimientos, sino prepararse para construir un mundo más justo, coherente y humano.