Transporte aéreo y turismo: deudores netos de sostenibilidad
22/03/2018TURISMO – Artículo publicado 22 de Marzo de 2018.
Continuamos con la serie de presentaciones de resultados de varios de los Mejores Trabajos Fin de Master (TFM) del Máster en Turismo Sostenible y TIC. La segunda de las aportaciones de esta serie proviene de Abel Jiménez Crisóstomo. Este trabajo ha sido elegido como uno de los ocho mejores TFMs de la REDIntur, red estatal de universidades que imparten másters universitarios en turismo. Centrado en el análisis de la sostenibilidad del transporte aéreo este trabajo pone de relieve el verdadero impacto que el actual modelo energético tiene sobre el cambio climático y sobre la actividad turística en general, así como expone algunas medidas correctoras para minimizar sus efectos nocivos.
ANÁLISIS DE LA SOSTENIBILIDAD ENERGÉTICA DEL TRANSPORTE AÉREO Y SU IMPACTO EN EL TURISMO
El transporte aéreo es un elemento indispensable en la configuración y desarrollo de un mercado turístico cada vez más globalizado. En un contexto donde las previsiones de crecimiento de ambos sectores son sólidas e indiscutibles (Airbus (2016), Boeing (2016)), la sostenibilidad de ese crecimiento desde el punto de vista medioambiental ha sido objeto de profundos estudios académicos e institucionales (Unep-Unwto-Wmo, 2007). Sin embargo, no parece existir en la comunidad académica, ni en la propia industria del transporte aéreo, una preocupación excesiva por la sostenibilidad del mismo desde un punto de vista energético. Cierto es que son numerosísimas las iniciativas que los diferentes agentes del sector desarrollan en pro de una mayor eficiencia en el consumo de energía, y cierto es también que en la mayor parte de los casos se etiquetan esas iniciativas con calificativos como verdes, limpias u otros similares que nos hacen pensar que responden a una motivación de mejora y defensa de la sostenibilidad medioambiental. Gössling et al. (2010) advierten de que, en realidad, las mejoras de eficiencia energética en el sector aéreo lo que realmente facilitan es el desarrollo de la competitividad, de los productos y servicios (aviones capaces de volar con más gente, más lejos y más rápido), el abaratamiento de los costes y el aumento de la demanda y la capacidad.
El hecho, como señalan Scott & Gössling (2015), es que dichas mejoras no son capaces de compensar el aumento de los consumos de petróleo y las emisiones del sector aéreo motivados por el crecimiento de demanda y tráfico. Tampoco cabe esperar un cambio en la actitud del turista, contento de ser capaz de viajar más lejos y más frecuentemente, a pesar de ser consciente del impacto medioambiental (Larsen & Guiver, 2013).
Por ello, en el trabajo se analizó, de forma global, la sostenibilidad del transporte aéreo desde una perspectiva energética, y se compararon la criticidad para el sector aéreo y el turismo de la disponibilidad de petróleo, frente a la criticidad de la amenaza del cambio climático por causa de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Para ello se analizaron la evolución y las proyecciones de los sectores de la energía, el transporte aéreo y el turismo con objeto de elaborar una visión integral de las cuestiones de sostenibilidad energética y medioambiental.
El estudio se realizó utilizando una metodología mixta con objeto de triangular el análisis de datos estadísticos y proyecciones de entidades de la energía, el transporte aéreo y el turismo con la utilización de métodos cualitativos de observación participante y entrevistas en profundidad, en diferentes modalidades, a expertos y personas relevantes de los tres sectores. La aplicación de metodología cualitativa en este tipo de estudio constituye un elemento de novedad. Se llevaron a cabo dos ejercicios de observación participante a través de asistencia a congresos y reuniones de trabajo sectoriales y se realizaron 11 entrevistas a expertos de los tres sectores.
Las principales conclusiones del estudio son las siguientes:
- Las energías renovables son ya competitivas, su utilización continuará extendiéndose y aumentarán su cuota en el “mix energético”.
- Sin embargo esta expansión de las renovables no alcanzará (al menos en el medio plazo …2050) a la aviación comercial, que seguirá quemando keroseno, y, de forma complementaria, algo de biocombustible.
- En contra de lo que pudiera parecer, la escasez de petróleo no está cerca. Existen reservas para garantizar un consumo creciente, aunque la expectativa es que su uso se vea progresivamente desplazado por el uso de renovables y de gas natural. Algunos sectores en los que la densidad energética resulta crítica (el propio sector aéreo, el transporte pesado en carretera o la industria petroquímica) continuarán demandando cantidades crecientes de petróleo. La variabilidad de su precio depende de la dificultad creciente de su extracción y de circunstancias geopolíticas.
- El transporte aéreo dispondrá de un petróleo que no escasea y cuya disponibilidad aumentará conforme se reduzca su uso en otros sectores. En ausencia de dificultades de suministro energético, transporte aéreo y turismo continuarán creciendo, y la relevancia de ambos sectores como contribuidores al problema del cambio climático y a otros impactos medioambientales irá en aumento.
- En consecuencia, la crisis medioambiental es más urgente que la energética. Así se reconoce en los tres sectores. La primera ya está aquí, y se trabaja contra ella a nivel institucional (internacional, nacional y local) y privado.
- El sector aéreo precisa de sistemas de mercado y compensación de emisiones para equilibrar su sostenibilidad y para mitigar la imagen negativa generada por las inevitables utilización de hidrocarburos y producción de emisiones. La implementación de estos sistemas ha de realizarse de forma globalizada y resulta complicada y delicada. Las iniciativas de internalización de los costes medioambientales (sistemas de mercado y compensación de emisiones, políticas impositivas o restrictivas) podrían eventualmente suponer un cierto freno al crecimiento del transporte aéreo.
- No se esperan cambios en el sector turístico por potenciales crisis en el sector aéreo, pero sí por cuestiones medioambientales. Sin embargo, no se cuestiona el crecimiento global del turismo al ser un sector adaptable y resiliente. La mayor preocupación actual para el turismo y su sostenibilidad es la seguridad.
En resumen, en lo referente a la cuestión de la sostenibilidad del transporte aéreo y su impacto en el turismo cabe mantener una posición de optimismo crítico, pues el suministro energético que podrá hacer posible su desarrollo futuro parece garantizado, pero ambos sectores deberán permanecer atentos y proactivos para mitigar y compensar sus impactos medioambientales, que están llamados a incrementarse con su crecimiento. Existen vías y herramientas para ello: educación pro-sostenibilidad, legislación y acuerdos internacionales, iniciativas tecnológicas y sistemas de mercado y compensación de emisiones justos.