Inteligencia artificial: ¿cómo impactará en el ámbito de la salud?

El 7 de abril es el Día Mundial de la Salud. Desde la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) queremos celebrar este día compartiendo las reflexiones de cinco expertos y expertas de la universidad sobre los avances de la inteligencia artificial (IA) en el campo de la salud.

En los últimos años, la IA está revolucionando el mundo de la medicina y la atención sanitaria. Con esta tecnología se abren muchas posibilidades y nuevos retos que deberemos abordar como sociedad. ¿Qué ventajas e inconvenientes puede aportar esta tecnología en el ámbito de la salud? ¿De qué manera puede complementar el trabajo de los profesionales del sector? ¿Puede mejorar el diagnóstico de enfermedades y el proceso de diseño de nuevos fármacos?

Estas son algunas de las preguntas a las que responden Salvador Macip Maresma, director de los Estudios de Ciencias de la Salud; Ágata Lapedriza García, investigadora del grupo de investigación AIWELL del eHealth Center y profesora de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación; Manuel Armayones Ruiz, investigador del grupo de investigación Behavioural Design Lab del eHealth Center y profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación; Laia Subirats Maté, profesora de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación e investigadora del grupo de investigación NeuroAdasLab del eHealth Center, y Andreas Kaltenbrunner, investigador líder del grupo de investigación AI and Data for Society del Internet Interdisciplinary Institute (IN3).

¡Descubre las respuestas en este vídeo!

¿Cuál será el impacto de la IA en la salud dentro de cinco años?

Salvador Macip: «En el mundo de la salud, la inteligencia artificial ya está aquí, es parte del presente, y en los próximos años se irá extendiendo aún más, y seguramente estará presente en muchos ámbitos de la salud. La idea es que la IA sea una herramienta que nos ayude a ofrecer una mejor atención al paciente, no que sustituya el trabajo de los médicos y médicas, sino que les facilite algunas de las tareas más pesadas, y así podamos acelerar y facilitar todo el flujo de información y todas las tareas que los médicos tienen que llevar a cabo dentro del sistema de salud pública».

Ágata Lapedriza: «Creo que en los cinco años que vienen se producirá mucho progreso en temas de investigación de inteligencia artificial aplicada a la salud, por ejemplo, en el caso del diseño de fármacos o en el diseño de herramientas de apoyo al diagnóstico basado en imagen o basado en cualquier otro tipo de dato clínico. Pero antes de disponer de una tecnología que realmente utilicemos de forma masiva, evidentemente debe testarse de forma muy rigurosa: tenemos que asegurarnos de que funciona correctamente, que funciona bien para todos los grupos de población, que no tiene sesgos, que es segura, etc.».

Manuel Armayones: «Dentro de cinco años la inteligencia artificial se aplicará en el mundo de la salud mental: podrá utilizarse para ayudar a hacer diagnósticos y en tareas relacionadas con la terapia, pero tanto por ahora como en el futuro, lo más importante es que siempre se dé la validación de un profesional de la psicología. Tengo muchas esperanzas en el hecho de que seamos capaces de coger la parte positiva de la IA para situarla dentro de los procesos de tratamiento y de evaluación de los profesionales de la psicología. Pero siempre con la presencia de un profesional».

Laia Subirats: «La IA impactará en la salud de varias formas: ayudará a un diagnóstico más rápido y eficaz y ello supondrá una mejora en la calidad de vida de las personas así como un ahorro económico. Gracias a esta tecnología, todo lo referente a la ciencia ciudadana y a la implicación de los pacientes, stakeholders y ciudadanía en general, desde el principio hasta el final del proceso de diagnóstico, mejorará mucho en los próximos años. Hacer partícipe a la ciudadanía también hará que conozcamos mejor nuestra salud y cómo conservarla».

Andreas Kaltenbrunner: «Actualmente, ya vemos un gran impacto de la IA en el ámbito de la salud y otros sectores de conocimiento, pero dentro de cinco años este impacto será aún mayor. Veremos muchos cambios, seguramente, en la forma como se utilizará esta tecnología: las personas harán uso diario de los modelos de lenguaje masivo para hacer más fácil sus interacciones con textos, así como acelerar la escritura y el tratamiento de los textos en general. Evidentemente, siempre manteniendo la ética y aclarando quién ha escrito qué y quién tiene el último control, que siempre debe ser del ser humano y nunca de la máquina«.