Cuando los think tanks entran en campaña: el caso de Chile

En los últimos años, los think tanks (TT) han emergido como actores prominentes en el panorama político de América Latina, desempeñando un papel crucial en la generación de ideas, análisis e investigaciones destinadas a influir en las políticas públicas y en el debate político en general. No obstante, la atención académica que ha recibido esta temática es aún limitada. Una contribución reciente es la del estudio de Barreda, Ruiz Rodríguez y Sánchez Medero (2023). En concreto, se ocupa de analizar las variaciones que introducen las campañas electorales en las posiciones políticas de los TT, así como el papel que desempeña la ideología de los TT y la vinculación con los partidos como posibles determinantes de tales variaciones.

El trabajo aborda como caso de estudio el debate político chileno en el año 2021, con particular atención a la campaña de las elecciones presidenciales de ese año. A partir de un análisis de contenido, los autores han examinado las páginas web de diez TT chilenos antes y después de la campaña electoral. Para cada TT han analizado la relevancia concedida a distintos temas sociopoliticos, así como el posicionamiento ante los mismos. Los principales hallazgos de su estudio son tres.

En primer lugar, la priorización de temas sociopolíticos presenta notables variaciones entre los TT y la ideología de estos constituye un elemento clave para interpretar tales variaciones. Así, “el discurso de los TT conservadores gira alrededor de dos cuestiones, conflictos entre poderes e inseguridad. Los progresistas centran la atención en una mayor diversidad de problemas, con especial énfasis en los sociales (sobre todo, desempleo, educación, salud y seguridad social) y, en menor medida, los relativos a los nuevos clivajes (como medio ambiente y desigualdad de género)” (pág. 146). 

En segundo lugar, el estudio muestra que los TT adaptan su agenda comunicativa al escenario de la campaña electoral, priorizando los temas más destacados del debate nacional, como el “estallido social” de 2019 (cuyo detonante fue la subida del transporte público) y la reforma constitucional. De nuevo, se constatan diferencias relevantes en función de la ideología de los TT. Como señala el estudio, “en los TT progresistas se aprecia más este reenfoque, al reducir la atención, durante la campaña, a los problemas sociales en favor de aquellas preocupaciones que destacaban en el debate nacional” (pág. 146). A pesar de estas adaptaciones en las agendas durante las campañas, el posicionamiento ideológico de los TT generalmente se mantiene estable. Los TT conservan su identidad ideológica, aunque puedan ajustar temporalmente el énfasis de sus temas de discusión. 

Por último, con la evidencia empírica del estudio no se puede afirmar que la condición de TT partidista influya en la configuración de su agenda comunicativa. No se aprecian variaciones significativas entre los TT vinculados a partidos y los TT independientes con respecto a los temas sociopolíticos priorizados, ni tampoco que la campaña electoral tenga algún impacto diferenciado entre unos y otros TT.

En conclusión, este estudio proporciona una visión detallada de cómo los TT chilenos adaptan su agenda comunicativa a la campaña electoral y que la ideología de los TT es una variable clave en esta estrategia. Estos hallazgos ofrecen una base sólida para futuras investigaciones sobre el papel de los TT en el proceso político y su contribución al debate sobre temas de la agenda pública.

Para un mayor desarrollo de tales cuestiones, puede consultarse la integridad del mencionado artículo en:

Mikel Barreda, Leticia M. Ruiz Rodríguez y Gema Sánchez Medero, «Cuando los think tanks entran en campaña: el caso de Chile», Colombia Internacional [En línea], 114 |, 2023. http://journals.openedition.org/colombiaint/18764