Diez preguntas y respuestas sobre el SIBO
10/07/2024En los últimos meses, hemos oído hablar mucho del SIBO en Internet y las redes sociales. Ahora bien, ¿qué es el SIBO? ¿Cuáles son sus síntomas y qué impacto tiene en la vida de las personas? Patricia Martínez López y Gabriela Retana Bronte, profesoras colaboradoras del máster universitario de Alimentación en la Actividad Física y el Deporte y del máster universitario de Alimentación Saludable y Sostenible, responden a diez preguntas sobre esta patología. ¡Toma nota!
¿Qué es el SIBO?
El síndrome de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO) corresponde a la presencia de bacterias en el intestino delgado proximal o a la colonización por bacterias anormales, como puede ser bacterias productoras de hidrógeno, del metano o ambas. El intestino delgado por norma general no suele tener colonización bacteriana, salvo pequeñas colonias fermentadoras, en cambio, el intestino grueso sí que tiene mayor cantidad. El SIBO o el sobrecrecimiento metanógeno intestinal (IMO) puede producirse si esas bacterias colonicas han pasado migrado o simplemente es debido a una permeabilidad intestinal afectada.
¿Cuáles son los principales síntomas del SIBO?
Los síntomas del SIBO pueden estar relacionados con los nutrientes mal absorbidos y cambios de permeabilidad o con las consecuencias nutricionales de malabsorción. En el primer caso, los más comunes son dolor abdominal, diarrea o deposiciones alternantes, heces pálidas, distensión abdominal, flatulencias y eructos. También esteatorrea (más grave) y algunos signos de intolerancia a la lactosa.
Por otro lado, las consecuencias nutricionales de mala absorción pueden provocar una lesión epitelio intestinal, disminución de la ingesta de alimentos por la presencia de síntomas gastrointestinales, deficiencia de B12 y anemia, absorción deficiente de vitaminas A, D y E. El SIBO también provoca efectos sistémicos de la inflamación y activación inmunitaria, como dolor corporal y fatiga.
¿Cuál es el impacto del SIBO en la calidad de vida de los pacientes y cómo puede afectar aspectos emocionales y sociales?
El paciente siente incomprensión por parte de la mayoría de los servicios sanitarios, desprovisto en la mayoría de los casos de herramientas diagnósticas que no sean desde el ámbito privado. La mayoría de los pacientes refieren mala tolerancia a casi todos los alimentos, dando como consecuencia efectos psicológicos (ansiedad, estrés, depresión) y de aislamiento social. Los síntomas crónicos mencionados previamente (dolor abdominal, distensión, diarrea o estreñimiento) pueden causar malestar constante y la fatiga y la debilidad provenida de la malabsorción puede limitar la capacidad de realizar actividades diarias.
¿Cuál es la prevalencia del SIBO?
La prevalencia de SIBO oscila entre el 0 % y el 15,6 % de la población sana.
¿Cómo se diagnostica el SIBO? ¿Y en qué consiste su tratamiento?
Comenzamos con una sospecha clínica en consulta (compatibilidad con síntomas), pruebas de laboratorio (anemia, vitamina B12 baja…), pruebas radiológicas (anomalías anatómicas) y cuantificación del crecimiento bacteriano (muy costosa). También recomendamos hacer una prueba de lactulosa, que es un método menos invasivo y costoso que consiste en pruebas de aliento de hidrógeno y metano.
Una vez las pruebas hayan dado resultados tanto positivos como negativos, es conveniente consultar a un médico de medicina general para la puesta en marcha de un tratamiento farmacológico, un tratamiento probiótico (evidencia limitada) y la realización de pruebas de valoración final. A veces los pacientes ya vienen diagnosticados y en ese caso procedemos directamente con la pauta dietética.
¿Existen factores de riesgo específicos que aumenten la probabilidad de desarrollar SIBO?
Sí. Algunos de los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar SIBO son la disminución en la secreción del jugo gástrico, la motilidad intestinal disminuida, el aumento en la respuesta inmune, las alteraciones de la anatomía intestinal, la obstrucción, divertículos y complicaciones postoperatorias, la insuficiencia pancreática exocrina, la pancreatitis crónica o fibrosis quística y el aumento de la edad.
¿Cómo se relaciona el SIBO con otras afecciones gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable (SII) o la enfermedad inflamatoria intestinal (EII)?
El SIBO a menudo acompaña a otras afecciones gastrointestinales. Numerosos estudios describen la aparición simultánea de SIBO y SII, siendo ambos trastornos estimuladores del sistema inmunológico, lo que hacen que aumenten las citoquinas proinflamatorias en la mucosa intestinal, aumentando así su permeabilidad. Una mayor incidencia de SIBO también se asocia con enfermedades inflamatorias intestinales y con la enfermedad de Crohn en concreto. Las investigaciones sugieren que el SIBO puede acompañar también a la enfermedad celíaca, siendo los problemas de motilidad intestinal durante la enfermedad celíaca los causantes del crecimiento excesivo de bacterias.
¿Qué tipos de bacterias suelen estar implicadas en el SIBO y cómo pueden proliferar en el intestino delgado?
Tenemos las bacterias por hidrógeno (del género Streptococcus, Staphylococcus, Bacteroides o Lactobacillus) en ese caso hablamos de SIBO, y las bacterias por metano y por ello hablamos de IMO (producido principalmente por Methanobrevibacter smithii). Incluso puede haber un sobrecrecimiento de hongos en el intestino delgado, en cuyo caso hablamos de SIFO. Dependiendo de tal diagnóstico se personaliza el tratamiento antibiótico.
¿Qué papel juega la dieta en el manejo del SIBO?
La alimentación juega un papel muy importante en el manejo del SIBO. El abordaje nutricional es esencial para evitar la desnutrición, pérdida de peso y deficiencia de nutrientes. El objetivo de la pauta nutricional es conseguir un alivio sintomático y eliminar el crecimiento bacteriano excesivo. En este sentido, la dieta FODMAP (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables) es una de las pautas nutricionales que da mejores resultados, ya que las bacterias mueren por inanición.
¿Qué recomendaciones dietéticas específicas se pueden ofrecer a pacientes con SIBO?
La principal recomendación es restringir el consumo de alimentos que contienen FODMAP. Para ello, se recomienda seguir un protocolo de 4 meses con 5 fases: fase estricta 1, fase estricta 2, fase de reintroducción 1 y reintroducción 2 y, por último, una dieta personalizada equilibrada. Todo ello con una atención médica continuada y con la exclusión temporal de alimentos con FODMAP (no más de 6 u 8 semanas).