Guillem Cuatrecasas: «Hemos hecho un cribado de diabetes de la población de Casamance para ofrecer tratamiento a las personas positivas»

07/02/2024

Guillem Cuatrecasas Cambra, médico y profesor colaborador del grado de Nutrición Humana y Dietética (interuniversitario: UOC, UPF) y de la especialización de Nutrición y Estilos de Vida Saludables de la Mujer, ha coordinado un proyecto de cooperación sanitaria en Senegal para evaluar la prevalencia de la diabetes en la población de la zona rural de Casamance, así como para presentar el cuento sobre la pubertad femenina Mía se hace mayor en las escuelas de la región. Además de ser docente en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Cuatrecasas dirige el grupo de Endocrinología y Nutrición (CPEN). En esta entrevista comparte con nosotros las claves de su reciente experiencia de cooperación sanitaria en África. 

¿Cómo surgió la iniciativa de llevar a cabo una cooperación sanitaria en Senegal?

La idea de esta iniciativa de colaboración surgió hace justo un año. Fuimos de viaje con Mònica Peitx, endocrinóloga pediatra, por Gambia y Senegal. En Casamance —una zona muy tropical del sur de Gambia, llena de manglares y arrozales— coincidimos por casualidad con Marta Cuenca, una traumatóloga de Manresa casada con Ams Kounta. Ella y Kounta han montado una especie de albergue en Abéné para cooperantes que ofrece alojamiento, comida y también apoyo logístico para iniciativas de cooperación. Ya teníamos el lugar donde alojarnos y solo nos faltaba pensar en los proyectos.

¿Qué proyectos habéis desarrollado en Casamance y qué objetivo tienen? 

El objetivo de nuestra cooperación en Senegal se ha dividido en dos proyectos. El primero de ellos ha consistido en realizar un cribado de diabetes de tipo 2 en ocho poblados del norte de Casamance con el fin de sensibilizar a la población y dar a conocer los síntomas de la enfermedad, así como para entregar medicación (metformina) y promover la educación nutricional de las personas que conviven con la patología. 

El segundo proyecto ha consistido en presentar el cuento Mía se hace mayor en las escuelas de la población. Se trata de una obra que explica los cambios que ocurren con la pubertad femenina en un país donde las gestaciones antes de los 13 años son frecuentes.

¿Cuántas personas os habéis desplazado a Senegal y de qué perfiles?

A principios de diciembre nos desplazamos a Abéné un equipo de doce personas del CPEN para realizar estos dos proyectos. El equipo ha estado formado por médicos, enfermeras, una psicóloga, nutricionistas y administrativas.

¿Qué tareas habéis desarrollado allí?

Empezábamos montando las mesas en la entrada del centro de salud de Casamance. Allá, un par de personas registraban los datos personales en una ficha que ya llevábamos impresa: las iniciales, la edad y el número de teléfono sustituían los DNI, inexistentes. Nos encontramos con que las personas no hablaban tanto francés como pensábamos, y por eso fue fundamental tener a un traductor de mandinga y diola. 

Por otra parte había dos cooperantes que pesaban y medían la altura y el perímetro abdominal. Después buscábamos un espacio (sobre alguna litera, en un rincón destartalado) donde poder medir la tensión arterial. Finalmente, mirábamos la glucemia capilar y también la hemoglobina glicada en aquellas personas que tenían la glucemia elevada. A partir de este estudio se clasificaban en normales, prediabéticas y diabéticas y transcribíamos la ficha y los resultados en un Excel. Otro equipo de cooperantes explicaba la parte de educación nutricional y entregaba la medicación a las personas positivas. Trabajamos en equipo como en una especie de cadena humana perfectamente engranada para visitar al máximo número de personas. En esta primera experiencia hemos atendido a 470 personas.

Para llevar a cabo una cooperación sanitaria es esencial tener muy clara la organización y trabajar desde una asociación local que conozca bien el territorio.

¿Cuál es la situación de Senegal en el ámbito social y sanitario?

La atención sanitaria en Senegal es muy precaria para nuestros estándares, pero sobre todo de muy difícil acceso para los locales, ya que es completamente privada. Tienes que pagar unos «tiques» para que te visiten y la medicación (cuando la hay) también es de pago (y, sorprendentemente, a precios más altos que aquí). Hay asociaciones locales que ejercen, de forma paralela, en los centros de salud oficiales, atención sanitaria y medicación gratuitas. Que convivan en equilibrio estas vías tan diferentes es difícil. De hecho, nosotros hemos trabajado en lugares con perfiles muy diferentes: desde el hospital de Diouloulou (el lugar más «oficial»), hasta la plaza del pueblo de Abéné o Albadar (bajo el árbol sagrado), pasando por los centros de salud de Kabadio o Kafountine.

Si tuvieras que destacar especialmente una vivencia o anécdota de esta experiencia, ¿cuál sería?

Ha sido una vivencia muy intensa que ha ido más allá de lo que esperábamos. En África todo choca: la luz, los colores de la ropa, la simpatía y el agradecimiento de la gente, la «resignación» ante la enfermedad —una de las frases habituales que dicen es que «el universo lo quiere así»—, el calor y la humedad extremos. Por eso tienes que tener muy claro que vas allí a trabajar y el objetivo tiene que ser muy concreto. Es esencial tener muy clara la organización y trabajar desde una asociación local que conozca muy bien el territorio y sus equilibrios. Siempre se tiene que acabar improvisando, pero la labor de cooperación tiene que ser concreta.

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Autor / Autora
Marta Massip Salcedo
Directora de la especialización Fisiología y Estilos de Vida Saludable de la Mujer. Profesora e investigadora del grupo FoodLab de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC.
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