La alcachofa, un alimento con potencial para mejorar varias enfermedades crónicas

02/05/2024
La alcachofa, beneficiosa para prevenir enfermedades crónicas Foto: Freepik.

¿Puede la alcachofa mejorar trastornos crónicos de alta prevalencia? Esa es la pregunta y la base de la hipótesis del trabajo final del máster universitario de Nutrición y Salud de la doctora Lídia Arrabal. En el marco de su TFM, Arrabal ha diseñado un modelo de intervención para evaluar el impacto de una dieta enriquecida con alcachofa en pacientes que tienen a la vez diabetes de tipo 2 y enfermedad del hígado graso. Se trata de dos patologías crónicas de alta prevalencia en la sociedad que a menudo coexisten en los pacientes (en un rango de entre el 41,6 % y el 86 % de los casos) y que tienen asociada una elevada morbimortalidad.

El trabajo de Arrabal, especialista en medicina familiar y comunitaria y médico de atención primaria, propone una intervención para observar los cambios en el perfil bioquímico glucémico y hepático de estos pacientes tras seguir una dieta mediterránea enriquecida con alcachofa durante tres meses, además de observar si esos cambios favorecen más el perfil glucémico o el hepático.

Un alimento con gran potencial 

La alcachofa tiene un alto contenido de polifenoles, lo que la convierte en un alimento con un elevado poder antioxidante y antiinflamatorio. Está demostrado que ejerce un efecto protector sobre los procesos metabólicos, tumorales y neurodegenerativos. También contiene cantidades elevadas de inulina, un hidrato de carbono que actúa como prebiótico, por lo que contribuye a mejorar la microbiota intestinal, así como de minerales y vitaminas, además de ser baja en grasas. Todo ello hace que sea un alimento extremadamente beneficioso para nuestra salud; además, forma parte de la dieta mediterránea.

La intervención incluye el estudio de tres grupos de pacientes: un grupo de control (sin intervención), un grupo que seguirá una dieta mediterránea y un grupo que seguirá una dieta mediterránea enriquecida con ocho alcachofas a la semana. Las alcachofas se pueden comer cocinadas a la plancha, hervidas, al vapor o al microondas, que son los métodos de cocción más saludables. En esta intervención no se prevé incluir las alcachofas en conserva, pero si los resultados fueran positivos se consideraría una opción cuando la alcachofa no esté en temporada. Otro de los valores del estudio es que los dos grupos objeto de intervención también reciben clases de educación nutricional para aumentar la adherencia a la dieta mediterránea. Hasta ahora, los estudios realizados en los que se ha incluido la alcachofa en la dieta no administraban el alimento al natural, sino en forma de suplementos. 

«Este diseño de intervención es el punto de partida para obtener nuevas evidencias sobre las propiedades beneficiosas de la alcachofa en el marco de la dieta mediterránea y en personas con diagnóstico de diabetes de tipo 2 y enfermedad del hígado graso. Además, también prevé el diseño de un nuevo programa de educación nutricional que, de ser efectivo, se podría implantar en centros de atención primaria y hacerse extensivo a otras enfermedades crónicas», explica la doctora Arrabal. 

Los beneficios de la alcachofa en diversas enfermedades crónicas

Con el diseño de esta intervención se espera que se produzca una mejora de las variables bioquímicas y antropométricas en el grupo de pacientes que siguen la dieta mediterránea enriquecida con alcachofa. Con todo, según Arrabal, este tipo de alimentación podría ser útil no solo para las personas con diabetes y enfermedad del hígado graso, sino también «en múltiples enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, la dislipidemia o la obesidad, entre otras, dado que el perfil nutricional de la alcachofa y su contenido en polifenoles hacen que sea un alimento idóneo para disminuir el estrés oxidativo y la inflamación que las caracteriza. De hecho, la primera línea de tratamiento de todas esas enfermedades es precisamente la intervención en la dieta».

La intervención diseñada por la doctora Arrabal tendría una alta aplicabilidad dado que está pensada para llevarse a cabo en el ámbito ambulatorio y podría aplicarse a pacientes seguidos en la atención primaria. 

Si bien los beneficios de la dieta mediterránea han sido ampliamente estudiados y están consolidados, este trabajo propone evaluar el impacto de la alcachofa y, si los resultados son positivos —que es lo que espera Arrabal—, sería un punto de partida para nuevos estudios con el objetivo de aumentar la evidencia sobre los beneficios de esta hortaliza y analizar de manera más concreta qué cantidad tiene un impacto positivo en la salud de los pacientes. 

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