Salvador Macip: «La investigación no puede quedarse en las universidades: debemos trasladar el conocimiento científico a la sociedad»

12/09/2022
Salvador Macip, catedrático de la UOC

Salvador Macip Maresma es doctor en Medicina, investigador y escritor. En 2020, dos semanas antes de la declaración del estado de alarma por la COVID-19, se incorporó a la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) como profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud. Ahora, dos años más tarde, ha sido nombrado catedrático de la UOC. Actualmente, Macip dirige un grupo de investigación sobre el cáncer y el envejecimiento en la UOC y en la Universidad de Leicester, ciudad donde reside desde el año 2008. 

Lo entrevistamos para descubrir cómo afronta esta nueva etapa como catedrático en la universidad, para hablar de su investigación sobre el cáncer y el envejecimiento, de los nuevos programas de envejecimiento y medicina personalizada que impulsa este curso 2022-2023, así como de sus dos pasiones: la literatura y la música. 

Hace unos meses fuiste nombrado catedrático de la UOC. ¿Qué supone para ti este reconocimiento?

Es un gran honor y una gran responsabilidad. Cuando empiezas la carrera académica siempre ves la cátedra como algo muy lejano, y cuando llegas realmente hace mucha ilusión porque es el reconocimiento a una amplia trayectoria. Es la conclusión o la consecuencia de haber trabajado duro durante muchos años: la carrera académica es complicada, y el hecho de poder sobrevivir dentro del mundo académico e ir progresando siempre es motivo de celebración. 

Con este nombramiento has logrado el grado máximo de la escala académica. 

Puede verse de dos maneras distintas: como una línea de llegada al grado máximo de la escala académica o como una nueva línea de salida. A partir de ahora empiezan nuevas responsabilidades y nuevas tareas. Como catedrático tienes que ser guía en muchos aspectos: tienes la responsabilidad de ser un modelo a seguir para la gente que quiere llegar hasta la cátedra y además tienes que ayudar a todas las personas jóvenes que vienen por detrás a poder llegar donde estás tú.

Una amplia trayectoria en la investigación del cáncer y el envejecimiento 

En el año 1998 te doctoraste en genética molecular en la Universidad de Barcelona, y desde entonces has estado estudiando las bases moleculares del cáncer y el envejecimiento. ¿Qué te llevó a interesarte por estos dos ámbitos?

Tenía claro que quería hacer investigación en un campo que pudiera tener impacto médico. La carrera de medicina siempre ha marcado mis intereses y mi línea de investigación, y cuando me planteé cuáles eran los grandes retos de salud que había a finales del siglo xx y principios del xxi, el cáncer era uno de los que estaba en los primeros lugares de la lista. Aparte del cáncer, en la lista también aparecían las enfermedades neurodegenerativas y el sida, que en aquel momento era (y hoy en día sigue siendo) un problema de salud muy importante. Al final me decanté por el mundo del cáncer, y a partir de aquí empecé a llamar a la puerta en los laboratorios más punteros de aquel momento por si alguien me quería para hacer un posdoctorado. Finalmente, conseguí uno en la Escuela Icahn de Medicina en el Monte Sinaí de Nueva York. 

Y ¿cómo pasaste de investigar sobre el cáncer a hacerlo en el ámbito del envejecimiento? 

Mientras estudiaba los mecanismos que frenan el cáncer me daba cuenta de que muchos de estos también estaban presentes en el proceso de envejecer. El proceso que hace de puente entre el cáncer y el envejecimiento es la senescencia. Es un proceso celular concreto a través del cual las células se vuelven viejas. Se trata de un mecanismo que puede protegernos contra el cáncer, pero que a su vez causa o contribuye al envejecimiento. A partir de aquí es cuando decidí estudiar los dos ámbitos, es decir, investigar sobre si era posible aumentar las defensas contra el cáncer sin aumentar el envejecimiento. 

Por eso seguramente has terminado centrando tu investigación en el envejecimiento.

Durante el posdoctorado fui abriendo las dos líneas de investigación de forma natural y, después, como jefe de grupo, decidí centrarme en el envejecimiento. El envejecimiento es uno de los procesos naturales más sorprendentes, más desconocidos y con un impacto más importante en nuestra salud. Intentar encontrar maneras para conseguir que los últimos años de nuestra vida sean de buena salud puede tener un impacto muy relevante en la sociedad. Esto es precisamente lo que me ha motivado a seguir explorando posibles mecanismos para frenar el envejecimiento o envejecer mejor. 

El envejecimiento es un proceso natural sorprendente, desconocido y con un impacto relevante en nuestra salud.

Actualmente, lideras una investigación que ha diseñado unos anticuerpos para destruir células viejas y frenar el envejecimiento

Hoy en día existe una primera generación de fármacos, que funcionan bien en animales y que ahora se están empezando a probar en humanos, que tienen efecto en los mecanismos del envejecimiento. El problema es que son fármacos que causan efectos secundarios porque no han sido diseñados para frenar el envejecimiento. Son fármacos que fueron originalmente creados para tratar otras enfermedades, pero que nos hemos dado cuenta de que pueden servir para limpiar las células viejas o senescentes de los tejidos. Debemos mejorar estos fármacos para que no tengan tantos efectos secundarios y sean más efectivos. 

¿Cuáles son las claves de vuestro estudio?

Básicamente, estamos haciendo lo mismo que se hace en el cáncer. Utilizamos las herramientas que ya se han desarrollado para el cáncer para ver si en lugar de perseguir y eliminar células cancerosas podemos hacer lo mismo con las células envejecidas. El objetivo de nuestro estudio es encontrar marcadores que nos permitan identificar las células viejas que hacen que nuestros tejidos no funcionen bien, para posteriormente poder localizarlas y eliminarlas específicamente. Esto lo hacemos a través de terapias dirigidas con anticuerpos: hemos diseñado el primer anticuerpo que permite localizar las células viejas y soltar una carga tóxica para eliminarlas, tal y como se hace con el cáncer. De momento hemos conseguido resultados en cultivos celulares en el laboratorio; el siguiente paso es probar si funciona en animales y, en caso de que sí, finalmente probarlo en humanos. 

También estás implicado en una investigación para averiguar si el ayuno intermitente retarda el envejecimiento en mujeres posmenopáusicas. ¿Cuál es el objetivo de esta investigación?

Hay dos formas de hacer frente a la acumulación de las células senescentes en los tejidos: esperar a que se formen las células viejas para posteriormente eliminarlas, que es lo que hacemos con los anticuerpos, o bien evitar que dichas células se formen. En este último caso, hemos visto que manipular la alimentación a partir de una reducción de la ingesta calórica evita la acumulación de células senescentes en los tejidos de los animales. En humanos esto es difícil de hacer porque requiere una reducción severa y constante de las calorías y, si esto no se controla bien, puede acabar comportando desnutrición u otros problemas de salud. Con esta investigación queremos estudiar alternativas más fáciles y que puedan tener un efecto similar como, por ejemplo, el ayuno intermitente o la alimentación restringida por horarios. En este caso la idea no es reducir las calorías, sino pasar a consumirlas en unas horas concentradas del día. A través del ayuno intermitente queremos engañar el cuerpo para que se crea que no hay alimentos y así activar los mecanismos antienvejecimiento. 

Y ¿por qué habéis decidido centrar la investigación en las mujeres posmenopáusicas?

Hemos decidido estudiar las mujeres justo en la época en la que empieza la menopausia porque es una etapa donde existe un claro aumento de envejecimiento en el cuerpo: deja de haber hormonas, se producen cambios en los tejidos y se ponen en marcha una serie de factores relacionados con el envejecimiento. Centrarnos en este colectivo nos permite acotar el estudio para ver si realmente el ayuno intermitente puede ayudarnos a activar los mecanismos antienvejecimiento en la etapa de la menopausia. Si podemos parar o frenar el proceso de envejecimiento en mujeres posmenopáusicas, después podremos estudiarlo en otros grupos de población, como los hombres o mujeres de otras edades. 

Envejecimiento y medicina personalizada, entre los nuevos programas de la UOC

Junto con otros profesores y profesoras de la UOC, este año has impulsado el ciclo de seminarios Los retos del envejecimiento. Una mirada interdisciplinaria a la vejez. ¿Por qué crees que es necesario promover iniciativas como esta? 

En el ámbito de la investigación es crucial afrontar un problema desde todas las perspectivas y enfoques posibles. El envejecimiento es un proceso biológico, pero tiene lugar en unas personas que forman parte de una sociedad y por eso es importante considerar este proceso biológico dentro de una estructura personal y social. Por este motivo, mientras avanzamos en la investigación biológica del envejecimiento, también es relevante que avancemos en otros campos para hacer frente a otros retos del envejecimiento como, por ejemplo, al de cómo integrar mejor a las personas mayores en nuestra sociedad.

Tiene sentido.

La idea del ciclo de seminarios Los retos del envejecimiento. Una mirada interdisciplinaria a la vejez es precisamente ser un punto de encuentro entre personas de diferentes ámbitos de la UOC que trabajan por un mismo objetivo: mejorar la calidad de vida de las personas. Este ciclo nos sirve para poner en contacto personas que tienen intereses similares y que no habían coincidido hasta ahora, además de servirnos como espacio de intercambio de ideas para pensar o idear nuevos proyectos. Al mismo tiempo, nos sirve de escaparate de cara al exterior para que la gente pueda conocer la investigación que se está llevando a cabo en el ámbito del envejecimiento. La investigación no puede quedarse en las universidades: tenemos que trasladar el conocimiento científico a la sociedad.

Ahora que ya se han celebrado seis del total de nueve sesiones del ciclo, ¿qué balance haces de la iniciativa?

El ciclo de seminarios está obteniendo unos resultados muy positivos. Estamos consiguiendo debates y propuestas muy interesantes y, de hecho, ya han surgido nuevas ideas de colaboración entre los diferentes ponentes. También ha habido una buena respuesta por parte del público gracias al hecho de poder llevar a cabo los seminarios en un formato híbrido. Esto nos permite, por un lado, tener un debate presencial en la sala y, por el otro, tener la oportunidad de visualizar el vídeo durante o después de la sesión desde el canal de YouTube de la UOC. Esto amplifica la difusión de lo que estamos haciendo en el marco de esta iniciativa. Al fin y al cabo, lo que nos interesa es que la gente sepa lo que estamos haciendo. Pienso que seminarios en línea o ciclos de conferencias como estos tendrían que ser habituales en todos los campos de la universidad. 

El ciclo de envejecimiento está obteniendo resultados muy positivos: estamos consiguiendo debates interesantes y ya han surgido nuevas ideas de colaboración.

Este curso 2022-2023 codiriges, junto con el Dr. Marco Inzitari, la nueva especialización de Envejecimiento, Nutrición y Calidad de Vida (UOC-IFMIL). ¿Cuáles son los objetivos de este programa?

Desde los Estudios de Ciencias de la Salud estamos construyendo una nueva línea sobre envejecimiento. En un futuro queremos crear un máster de envejecimiento que sea lo más transversal posible. La especialización de Envejecimiento, Nutrición y Calidad de Vida que ponemos en marcha este curso es una primera pata de este futuro máster. Por eso, se tratarán los temas más inmediatos y que tienen un impacto más obvio y real en el día a día de las personas mayores, como son el ejercicio, la nutrición y las relaciones sociales. 

¿A quién va dirigido este programa?

Es una especialización que quiere dar herramientas a las personas que trabajan con gente mayor, así como a todas aquellas personas interesadas en saber qué puede hacerse, en el presente y en un futuro próximo, para mejorar la calidad de vida de las poblaciones envejecidas. Por eso va dirigida tanto a personal sanitario como a investigadores del ámbito de la biología o la psicología. Todos los ámbitos que interaccionan o estudian el tema del envejecimiento pueden beneficiarse de esta primera especialización, que repasará las herramientas que ya pueden aplicarse para mejorar la calidad de vida de las personas mayores en estos momentos. 

También diriges el nuevo curso de Medicina Personalizada y de Precisión (UOC-BIST). ¿Qué contenidos se tratarán? 

El objetivo de este curso es proporcionar información sobre las bases de la medicina personalizada a las personas que trabajan en el ámbito de la salud. Les explicaremos de dónde viene este concepto, qué significa, cómo se lleva a cabo y cómo se aplicará en un futuro en los hospitales y en la atención primaria. Estas herramientas han surgido en los últimos 15-20 años, son muy nuevas y muchos profesionales no las estudiaron durante la carrera. Con este curso queremos actualizar y aportar nuevos conocimientos en este ámbito, así como compartir nuevos datos para entender qué es la medicina personalizada y cuáles son sus principales beneficios.

¿Crees que la medicina personalizada tendrá cada vez más relevancia en la práctica clínica?

La medicina personalizada es el futuro de la medicina. Hasta ahora la medicina ha dado el mismo fármaco a todo el mundo para tratar un mismo problema de salud. Ahora, con la medicina personalizada, el objetivo es elegir el fármaco específico que pueda funcionar mejor en cada paciente. La idea es aprovechar toda la información genética y los conocimientos que podemos obtener sobre las peculiaridades de cada paciente, saber cómo este responde a cada fármaco en concreto y a partir de esto darle el que le funcionará mejor para tratar su enfermedad. Esto ya se está haciendo así en el tratamiento del cáncer. La medicina personalizada puede suponer un cambio de paradigma radical, puesto que nos permite ampliar muchísimo el listado de fármacos que podemos usar para tratar varias dolencias. Estoy seguro de que cada vez estará más presente en los hospitales y los centros de atención primaria.

Divulgación científica para trasladar el conocimiento científico a la sociedad

Cambiamos de tema para pasar a hablar de tu faceta de escritor. ¿Cómo compaginas la escritura con la investigación y la docencia?

Optimizando muy bien el tiempo. Siempre he vivido la ciencia y la escritura como una parte de mi profesión o de mi persona. Son dos intereses que no puedo separar y que forman parte de mi personalidad. Dedicarle horas a la ciencia o a la escritura no es un esfuerzo para mí, sino una necesidad. La ciencia y la literatura son dos de mis pasiones y tengo la suerte de que me pagan para hacer lo que me gusta. 

Recientemente, has publicado, juntamente con la escritora y actriz Àngels Bassas, la novela de ficción Doble vida. ¿Puedes resumirnos de qué trata?

Después de publicar un libro de filosofía como el de ¿Qué nos hace humanos?, me apeteció escribir una novela de ficción. Doble vida narra una historia de amor entre dos personas desde dos puntos de vista distintos: Àngels explica el punto de vista de la mujer y yo el del hombre. Solo cuando acabas de leer las dos partes entiendes qué ha ocurrido exactamente en esta relación. Es una novela divertida porque cada uno lo ha escrito a su estilo y lo ha enfocado de una manera diferente, y cuando lo juntas es cuando realmente tiene gracia y sentido. De hecho, la novela se vende en formato de libro capiculado, de forma que la historia puede empezar a leerse por delante o por detrás. 

A lo largo de tu trayectoria como escritor has publicado varios libros de divulgación científica, y durante los dos últimos años has analizado la evolución de la pandemia de COVID-19 en muchos medios de comunicación. ¿Por qué es importante divulgar la ciencia?

No me he definido nunca como divulgador científico porque creo que el trabajo de divulgación que hago es parte de mi trabajo como científico. Los científicos y científicas tenemos que hacer divulgación de la ciencia como podamos: escribiendo libros, escribiendo en los medios si te lo permiten, dando conferencias o incluso hablando con los amigos y amigas. El hecho de ser escritor me ha facilitado poder explicar las cosas de una manera clara e ir mejorando mi manera de comunicar a lo largo de los años. Esto me ha permitido, ahora que ha habido la crisis sanitaria de la COVID-19, tener las herramientas para explicar lo que ocurría en la sociedad. Para mí ha sido un orgullo y una responsabilidad formar parte del grupo de científicos que hemos podido acceder a los medios para explicar la pandemia a las personas.

Realmente le has puesto mucha dedicación. Durante la pandemia muchas personas te trasladaban sus dudas personales a través de Twitter y siempre les respondiste. 

Es muy importante que los científicos seamos próximos y nos comuniquemos con la sociedad. Esto requiere tiempo, muchas horas y no todo el mundo está dispuesto a hacerlo. Yo procuro usar todos los canales de comunicación que tengo a mi alcance para trasladar los conocimientos científicos a la sociedad, ya sea a través de un programa de radio, un libro o contestando un tuit. 

Ha sido un orgullo y una responsabilidad formar parte del grupo de científicos que hemos podido acceder a los medios para explicar la pandemia a las personas.

Además de la literatura, otra de tus grandes pasiones es la música. ¿Cuándo empezaste a adentrarte en este mundo?

La música permite establecer vínculos sociales e interaccionar con otras personas desde el punto de vista creativo. Siempre me ha gustado mucho la música y hacia la adolescencia vi que me gustaba tanto que, además de escucharla, quería crearla. El problema es que yo venía de una familia en la cual la música no había sido una prioridad y tuve que aprender de manera autodidáctica cuando ya estaba en la universidad. Sé tocar bastante bien algunos instrumentos como para poder divertirme tocando con otra gente. Hoy en día hago música con diferentes grupos de amigos para sacar mi parte musical de dentro: en la música, cuando estás tocando una cosa y funciona bien, es una sensación muy bonita y de satisfacción inmediata. 

¿Cuál es tu disco imprescindible? 

¡Tengo varios! Los álbumes que escucho más habitualmente son Wish you were here, de Pink Floyd, Selling England by the Pound, de Genesis, y Machine Head, de The Purple. 

Por último, ¿tienes alguna otra afición que no conozcamos? 

Soy adicto al cine. He visto muchísimas películas y he disfrutado mucho con el cine. De hecho, algún día me gustaría tener algún tipo de implicación con algo audiovisual o una película. También me apasionan los cómics. Tengo una biblioteca de cómics muy extensa y hoy en día los sigo leyendo. No sé dibujar y, por lo tanto, no podré hacer nunca un cómic como dibujante, pero quizás sí como guionista. De hecho, siempre procuro incorporar elementos del lenguaje cinematográfico y de los cómics cuando escribo literatura: mezclar herramientas de diferentes disciplinas artísticas siempre te permite crear obras distintas y originales. 

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