Marta Massip Salcedo: «Las universidades actúan como agentes promotores de una sociedad más igualitaria»

07/03/2022

Introducir la perspectiva de género en la docencia es uno de los principales retos a los que deben hacer frente las universidades actualmente. Este año, a propósito del Día Mundial de la Mujer, reflexionamos sobre la perspectiva de género en la docencia y la investigación en salud con Marta Massip Salcedo, profesora e investigadora del grupo FoodLab de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC y directora de la especialización de Nutrición y Estilos de Vida Saludables de la Mujer. Massip es también una de las personas referentes en temas de género en los Estudios.

¿Se tiene hoy en día suficientemente en cuenta la perspectiva de género en la docencia en línea?

La perspectiva de género es un tema que ha ganado mucha relevancia en los últimos años y que es prioritario para cualquier universidad que, como la nuestra, esté alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyos objetivos 4 y 5 hacen alusión a la educación de calidad y a la igualdad de género, respectivamente. Teniendo en cuenta la perspectiva de género en todas sus dimensiones, las universidades actúan como agentes promotores de una sociedad más igualitaria, justa e inclusiva.

Actualmente, la Red Vives de Universidades ofrece una serie de guías para una docencia universitaria con perspectiva de género. ¿Cómo valoras esta iniciativa?

Se trata de una iniciativa muy necesaria, ya que ofrece herramientas para facilitar la implementación de la perspectiva de género en las diversas disciplinas de conocimiento de las universidades. El hecho de tener sistematizadas las recomendaciones hace que su implementación sea más rápida, homogénea y eficiente.

¿Por qué es importante incorporar la perspectiva de género en la docencia en línea?

En este tema en particular yo no diferenciaría la docencia en línea de la presencial, ya que la perspectiva de género debe ser transversal en cualquier tipo de docencia. Aun así, es cierto que, debido a sus particularidades, la docencia en línea puede requerir más énfasis en determinados aspectos, como por ejemplo la comunicación escrita con el alumnado, que en el caso de la UOC cobra especial relevancia por su modelo de educación asíncrono.

¿Cuál debe ser el papel del profesorado en esta cuestión?

Su rol es de vital importancia, ya que la incorporación de la perspectiva de género en la docencia depende en gran parte de la implicación de nosotros, los profesores y profesoras. Como docentes nos encargamos de establecer y moderar las dinámicas de comunicación e interacción con y entre el estudiantado, de seleccionar los recursos de aprendizaje y del diseño de los planes de estudio y de las asignaturas, así como de la redacción de los enunciados de las pruebas de evaluación continua (PEC) y los exámenes finales.

Al tener en cuenta la perspectiva de género, las universidades actúan como agentes promotores de una sociedad más igualitaria, justa e inclusiva.

¿Cómo se trabaja la perspectiva de género en los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC?

La perspectiva de género está implementada de manera muy transversal en todos los planes de estudios de la oferta formativa de los Estudios de Ciencias de la Salud. En la UOC se ofrece una formación específica en perspectiva de género y de carácter obligatorio para todo el profesorado propio de todos los estudios. En esta se explica de forma muy práctica cómo incluir la perspectiva de género en el día a día de la docencia. Una vez acabada la formación, cada profesor o profesora la adapta del modo más adecuado a su docencia en particular y lleva a cabo las acciones que considera más oportunas.

Como profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, ¿qué acciones has llevado a cabo en este ámbito?

En mi caso particular, he llevado a cabo varias acciones en el ámbito docente: tener en cuenta el equilibrio en el número de mujeres y hombres que integran el profesorado docente colaborador, procurar que aparezcan mujeres en los enunciados de las PEC, incluir bibliografía escrita por mujeres en el momento de hacer la selección de materiales de las asignaturas, emplear lenguaje inclusivo tanto en los enunciados como en las comunicaciones en el tablón y el foro, etc.

¿Y en el ámbito de la investigación?

En los Estudios de Ciencias de la Salud contamos con varias tesis doctorales y trabajos de fin de máster sobre salud de la mujer. También hemos puesto en marcha una nueva línea de investigación sobre marcadores de envejecimiento en mujeres posmenopáusicas que dirijo yo misma y que estrenamos en 2020 después de ganar un proyecto competitivo del Fondo de Investigación Sanitaria del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). A corto plazo tenemos previsto ampliar esta línea de investigación con más proyectos y colaboraciones con grupos de investigación nacionales e internacionales.

El hecho de tener una línea de investigación y de formación específica en salud de la mujer sitúa a la UOC en una posición de liderazgo en este ámbito.

Además de poner en marcha una línea de investigación en salud de la mujer, también has impulsado la especialización de Nutrición y Estilos de Vida Saludables de la Mujer. ¿Cómo valoras este logro?

Apostamos por diseñar una formación específica de posgrado en el ámbito de la salud de la mujer en formato de especialización, pero nuestra idea es que acabe convirtiéndose en un máster oficial que permita el acceso al doctorado en la materia. El hecho de tener una línea de investigación y de formación específica en salud de la mujer nos sitúa en una posición de liderazgo en este ámbito como institución, ya que pocas universidades han apostado de forma valiente por este ámbito a pesar de su gran impacto social: actualmente, las mujeres representamos el 50 % de la población y, por lo tanto, todas las iniciativas en este sentido deberían tener una gran relevancia y difusión.

Entonces, ¿podemos decir que la formación y la investigación específica en salud de la mujer sigue siendo una asignatura pendiente en España?

Sí. Actualmente la mayoría de los estudios clínicos están centrados en modelos masculinos que no tienen en cuenta las diferencias fisiológicas y moleculares entre mujeres y hombres. Por otro lado, actualmente la mayor parte de la investigación que se realiza en salud de la mujer se centra en temáticas como el cáncer de mama o el cáncer uterino. Desgraciadamente, todavía hay muy poca investigación que se centre en las distintas etapas fisiológicas de la vida de las mujeres o en patologías crónicas muy frecuentes y que se dan en un porcentaje muy elevado de la población femenina, como son el síndrome del ovario poliquístico o la endometriosis. Aunque no son patologías mortales, tienen un gran impacto en la calidad de vida de las mujeres y, por lo tanto, tenemos que prestarles la atención que merecen.

Un reto importante es el de incorporar más mujeres en posiciones de dirección, tanto en el ámbito de la salud como en el de la investigación en salud, donde hoy en día los perfiles femeninos son muy minoritarios.

¿Por qué es importante ofrecer formación en el ámbito de salud de la mujer? ¿Cuál es el objetivo de la especialización?

La especialización de Nutrición y Estilos de Vida Saludables de la Mujer está articulada desde un punto de vista salutogénico y se centra en tres grandes ejes: entender cómo funciona el ciclo hormonal de las mujeres y conocer su fisiología, contemplar la nutrición atendiendo a las distintas etapas de su ciclo vital y, por último, aprender a hacer recomendaciones de estilos de vida saludables (actividad física, prevención, gestión de los estresores…) teniendo en cuenta la etapa del ciclo vital y la situación en particular en la que se encuentra cada mujer.

Para acabar, ¿cuáles crees que son los principales retos en materia de perspectiva de género en el ámbito de la salud?

El principal reto es dar a la perspectiva de género la relevancia que requiere, sobre todo en el ámbito de la formación y la investigación. Si lo conseguimos, los profesionales sanitarios mejorarán sus competencias en este ámbito y estarán más informados para poder ofrecer una mejor atención a la sociedad. Otro reto importante es el de incorporar más mujeres en posiciones de dirección, tanto en el ámbito de la salud como en el de la investigación en salud, donde hoy en día los perfiles femeninos son muy minoritarios. Hay que situar a las mujeres en un poder real de toma de decisiones.

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