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Durante este verano y hasta finales de octubre, la Fundació Pilar i Joan Miró de Palma (Mallorca) acoge en sus jardines el proyecto Colmena de los artistas Martina Höfflin y Pascal Glissmann, una intervención artística[…]

Ya falta menos para el inicio del posgrado online UOC-LABoral sobre Innovación Cultural (el día 20 de Octubre) y desde hace más de un mes tenemos confirmados a todos los profesores invitados que de esta[…]

En su última edición, el festival Ars Electronica ha ocupado los 80.000 m2 de superficie de la Tabakfabrik, antigua fábrica de tabaco. Con mayor superficie expositiva que la ofrece el MuseumsQuartier de Vienna, este recinto podría convertirse en uno de los 10 complejos culturales más grandes del mundo, y en este punto cabe preguntarse si al crecer a tan gran escala, el festival puede perder su esencia original o bien consolidarse como un evento a nivel internacional que también encuentre un lugar entre las grandes citas del mundo del arte contemporáneo.

En el seminario online «Comisariado y conservación de arte digital» que tuvo lugar el pasado mes de julio, una de las cuestiones que se debatió con fuerza entre los alumnos fue el papel del público en las exposiciones de arte digital, particularmente en relación a las instalaciones interactivas. Con motivo de mi participación como miembro del jurado en FILE, el Festival Internacional de Lenguaje Electrónico que ha tenido lugar a lo largo del verano en la ciudad de São Paulo (Brasil), he podido realizar algunas observaciones acerca de la participación del público en el contexto de un festival de arte digital emplazado en el corazón de una gran ciudad.