Diez años del Máster Universitario de Trabajo Social Sanitario de la UOC: Cuando la innovación académica fue un hecho

27 mayo, 2023
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Hace diez años, en 2013, la UOC rompía el techo de vidrio que en España impedía la formación oficial en Trabajo Social Sanitario. Ciertamente había seminarios, cursos, simposios, pero expedían títulos menores que no permitían acceder al doctorado en trabajo social sanitario. 

No nacía una nueva profesión, acababa de nacer una nueva formación. En España, en 2013, hacía más de cincuenta años que las profesionales, la mayoría mujeres, empezaban a recibir una remuneración por su ejercicio, pero faltaba la formación universitaria oficial en trabajo social sanitario. Las universidades que impartían en Grado de Trabajo Social, en el mejor de los casos, la formación en trabajo social sanitario quedaba reducida a pocos créditos de la carrera, primero de la Diplomatura y después del Grado. 

Desde el 2003, año en que se aprueba primero la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud y después la Ley 44/2003, del 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias, la realidad profesional cambió.

La primera ley, 16/2003 regulaba los procedimientos y los servicios del sistema sanitario y la segunda, ley 44/2003 el ejercicio profesional. Esta segunda, además, señalaba las profesiones consideradas sanitarias. La carencia de esta formación universitaria oficial de trabajo social sanitario era impedía el reconocimiento de «profesión sanitaria».  

Así quedó reflejado en la sentencia 077/2011 del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña: «…sin que a ello pueda meramente oponerse la posibilidad de hacer uso del apartado tercero del artículo 2 de la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de reordenación de las Profesiones Sanitarias, pues ello requeriría que se dieran las circunstancias allí previstas, tanto por razón del contenido, de titulación y regulación, y previsión legal que aquí no concurren. En este sentido, y como ya destaca la Administración demandada, la propia Exposición de Motivos de la Ley anteriormente citada, ya subraya que –en esta Ley se reconocen como profesiones sanitarias aquellas que la normativa universitaria reconoce como titulaciones del ámbito de la salud, y que en la actualidad gozan de una organización colegial reconocida por los poderes públicos–». 

El Máster Universitario de Trabajo Social Sanitario de la UOC nació con tres finalidades:

  • La primera desarrollar la disciplina y crear un corpus teórico específico para estudiar, diagnosticar y tratar las realidades sociales y psicosociales de las personas enfermas atendidas en el sistema sanitario y a las familias, además de desarrollar programas de salud comunitaria y salud pública.
  • La segunda satisfacer los requisitos de la Ley 44/2003, del 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias porque el trabajo social sanitario se reconociera como profesión sanitaria.
  • La tercera para arraigar y expandir las Unidades de Trabajo Social Sanitario al Sistema Nacional de Salud estatal y a otros países.

Una vez superadas las evaluaciones y acreditaciones pertinentes, en el 2013 se iniciaba la primera promoción del Máster Universitario de Trabajo Social Sanitario. Desde entonces la matricula no ha parado de crecer y el programa formativo se ha constituido en un referente. 

Hoy, el Máster Universitario de Trabajo Social Sanitario de los Estudios de Ciencias la UOC es el programa líder en el cual el resto de las iniciativas surgidas estos últimos años, se fijan. La diferencia está en que en la UOC la motivación venía comprometida por los tres objetivos señalados al párrafo anterior, mientras que las nuevas ofertas vienen motivadas por el éxito del Máster Universitario de trabajo social sanitario de la UOC. Para nosotros es un orgullo haber liderado en España esta fuerza en favor del trabajo social sanitario. 

Las personas, enfermas o sanas, pasan la mayor parte de su vida en su domicilio, en su barrio. Cuando estas personas enferman, más allá de la dolencia, están las circunstancias personales que las han acompañado hasta entonces. Estas condiciones serán las que continuarán acompañando al núcleo familiar cuando reciban el alta sanitaria. 

En la Unidad de Trabajo Social Sanitario, a partir del diagnóstico social sanitario, se planifica, de acuerdo con las personas afectadas, el mejor plan para que el regreso al domicilio, o allá donde la persona decida, no suponga romper dinámicas familiares ni terapéuticas. Ello, sin embargo, choca con la realidad de las plantillas profesionales actuales, casi siempre exiguas y muy por debajo de las necesarias, y con los programas y recursos comunitarios, los cuales presentan grandes desigualdades de implementación según los territorios.   

La realidad del Estado del Bienestar hoy, cada vez con más limitaciones y con claras tendencias regresivas al modelo de la caridad, no facilita el ejercicio del trabajo social sanitario que a veces se lo ve como un gestor de recursos y se lo aleja de sus pilares fundamentales. Sin embargo, el esfuerzo profesional se orienta recuperar la esencia, a que las personas enfermas ganen autonomía y los servicios de trabajo social sanitario que reciban se basen en el diagnóstico social sanitario y en el principio de la  subsidiariedad.

El principio de subsidiariedad significa que se atienden las necesidades diagnosticadas y la persona es la principal protagonista de su recuperación. Por eso el diagnóstico social sanitario es el centro del ejercicio profesional. Igual que desde la medicina y la enfermería se necesita el diagnóstico pertinente para poder atender a la persona esencialmente, no únicamente, en las necesidades orgánicas y biológicas, para el trabajo social sanitario es lo mismo, esencialmente en las necesidades sociales y psicosociales de manera profesional. Y por ello la necesidad de formación. 

Los discursos institucionales de los hombres y mujeres que desarrollan responsabilidades en el sistema sanitario y de servicios sociales, siempre resaltan la importancia del entorno social y psicosocial de cada persona enferma, de la familia que lo acompaña y que dará continuidad a sus atenciones y cuidados. En paralelo cuesta ampliar las plantillas profesionales. Sin embargo, el adelanto en número de profesionales al sistema sanitario desde que se creó al Máster Universitario de Trabajo Social Sanitario de la UOC ha sido importante:

En 2012 el registro del Ministerio de Sanidad revelaba 1828 profesionales del trabajo social sanitario en todos los hospitales de España, ocho años más tarde, en 2020 se habían incrementado a 2403. 

En la atención primaria los datos se empezaron a recoger el 2018 año en que las plantillas estaban integradas por 1188 profesionales y al 2020 eran de 1648.

De los tres objetivos señalados al principio se han logrado dos, el del reconocimiento de profesión sanitaria, se encuentra al 80 %, el 20 % restante es una decisión política que llegará cuando como ocurrió en el 2019 concurran las personas adecuadas. 

Se sabe que el plan de intervención desde trabajo social sanitario de una persona con un diagnóstico médico de demencia tipo Alzheimer, es diferente en el plan de intervención de una persona diagnosticada de diabetes, o de artrosis, o de algún trastorno mental. El factor diferencial de cada dolencia junto con las características y circunstancias que acompañan a cada persona enferma, hoy en el siglo XXI obliga a precisar qué intervenciones y servicios de trabajo social sanitario se deben prestar. Esta intervención se fruto del estudio y del diagnóstico social sanitario. 

Estos requisitos implican formación que desarrolle las competencias profesionales que permiten rehuir de las opiniones comunes que se apoyan más en la emocionalidad que en la racionalidad. 

Dolors Colom Masfret, Barcelona, 27 de mayo de 2023    

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Autor / Autora
Dolors Colom Masfret
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