ETFs y la pérdida de soberanía en las criptomonedas

12 marzo, 2024
ETFs y criptomonedas Imagen de Markus Winkler en Pixabay.

El 10 de enero de este año, la Security and Exchange Commission (SEC) de los EE. UU. aprobó varios ETF al contado de bitcoin. Como es posible que muchos de los lectores y lectoras hayan entendido pocas palabras de la primera frase de este artículo, lo primero que voy a hacer aquí es explicar de forma simple de que se trata este producto financiero y, posteriormente, haré una reflexión sobre qué implicaciones puede tener esto para el modelo de soberanía en algunas criptomonedas.  

¿Qué son los ETFs?

Como decía, la SEC, una institución estadounidense parecida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) española, aceptó las propuestas de varias instituciones para poder crear Exchange-Traded Funds (ETFs) vinculados al precio de la criptomoneda bitcoin. En resumidas cuentas, cuando un banco de inversión saca un ETF de bitcoin, está ofreciendo a sus clientes la posibilidad de comprar participaciones del ETF (de forma parecida a comprar acciones en bolsa) para exponerse al precio de la criptomoneda. Además, la manera de gestionar estos ETFs es al contado, lo que significa que para que las participaciones del ETF puedan seguir el precio del bitcoin, las entidades gestoras comprarán o venderán bitcoins cuando sus clientes compran o vendan participaciones del ETF. Esta última afirmación es muy relevante para este artículo, ya que previamente ya existían otros ETFs vinculados al bitcoin en los EE. UU., pero se gestionaban sin tener que comprar bitcoins de verdad. 

Muchos de los tenedores de bitcoin se han alegrado de forma considerable al conocer la aprobación de los ETFs, ya que esperan que cuando un gran gestor de fondos como Blackrock ofrezca el ETF a sus clientes, gran cantidad de fondos se mueva al bitcoin, resultando en subidas de precio. Independientemente de los efectos que pueda tener el ETF en el precio, aquí me gustaría hacer una reflexión de lo que puede significar esto para el bitcoin u otras criptomonedas en términos de soberanía. Para ello, primero voy a introducir brevemente el funcionamiento del sistema de incentivos de las criptomonedas para que se pueda entender mi argumento. 

¿Cómo funciona el sistema de incentivos de las criptomonedas?

Recordemos que las criptomonedas son sistemas altamente descentralizados y, por lo tanto, necesitamos atraer a participantes para que aporten recursos computacionales para gestionar los pagos. Por eso, todas las criptomonedas tienen un sistema de incentivos para estimular la participación de nodos gestores (es decir, los mineros en bitcoin) y para penalizar a los que hagan una mala gestión.

En bitcoin, que utiliza el algoritmo Proof of Work (PoW), el estímulo para la participación es recompensar a los mineros con un pago en bitcoin cuando contribuyen con un nuevo bloque a la blockchain. La penalización es un gasto energético muy grande al ejecutar este algoritmo para crear un bloque. Así, en el caso de actuar mal, por ejemplo, creando un bloque con transacciones inválidas, el minero no recibiría la recompensa, pero sí que incurriría en el gasto energético.

Por este motivo, los mineros en bitcoin actúan bien, incluso siendo anónimos. Otro algoritmo parecido es Proof of Stake (PoS), utilizado en Ethereum. En este caso, los nodos gestores (conocidos como validadores en vez de mineros) ponen un depósito en criptomoneda antes de participar en la creación de bloques. Si hacen bien su trabajo reciben una recompensa en criptomoneda y si no la hacen bien pierden el depósito. 

Implicaciones de la aprobación de ETFs para el modelo de soberanía en algunas criptomonedas

¿Y qué tiene que ver todo esto con los ETF? Para simplificar pongámonos en el caso de una plataforma que funcione con PoS como en Ethereum, de la cual actualmente ya hay diversas propuestas de ETFs. Si tenemos un gran gestor de fondos que recauda dinero de muchos usuarios y compra la criptomoneda como respaldo del ETF, llegando a convertirse en el mayor tenedor de la criptomoneda, entonces este gestor quizás también pueda utilizar estas monedas para crear depósitos y convertirse en el mayor validador de la red blockchain. Esto a su vez le otorgaría el mayor número de recompensas por la validación, haciéndolo cada vez más poderoso.

Sin entrar en potenciales problemas de seguridad, este hecho trae problemas claros de soberanía y descentralización. En Bitcoin este control es algo más difícil, ya que el hecho de tener muchos bitcoins no te permite contribuir generando más bloques que otros participantes, ya que para poder hacer eso, es necesario invertir en hardware de minería más potente y no en acumular más moneda. Sin embargo, dejar muchos bitcoins en una sola mano puede acabar teniendo consecuencias parecidas. Imaginemos el caso de que se impulse un cambio en Bitcoin para transicionar de PoW a PoS, tal y como sucedió en Ethereum hace un tiempo. En caso de que se produjera una disputa y hubiese un fork de Bitcoin, se crearían dos nuevas criptomonedas, llamemoslas BitcoinPoW y BitcoinPoS.

En algún momento la comunidad se pondría de acuerdo para que una de las dos fuera la continuación del proyecto anterior, quedándose con el nombre simple de Bitcoin (tal y como pasó con los forks de Bitcoin Cash, BitcoinSV, etc.). Los gestores de los ETFs serían un jugador muy poderoso en esta decisión. Además, como dispondrían de una cantidad enorme de las dos criptomonedas resultantes del fork, podrían vender masivamente una de ellas (haciendo bajar su precio), en favor de adquirir la que respaldan (haciendo subir su precio). 

Bueno, en este artículo, simplemente hago una reflexión. Probablemente, todo esto nunca vaya a suceder y existan problemas más tangibles relacionados con los ETFs vinculados a las criptomonedas. Además, seguro que nadie se imagina a los grandes gestores de fondos actuando en su beneficio, y yendo en contra de plataformas que buscan la inclusividad y la descentralización de los servicios financieros.  

 


Este artículo es fruto de la Cátedra Internacional ARTEMISA de Ciberseguridad. Una iniciativa financiada por INCIBE a través de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiados por la Unión Europea (Next Generation), el proyecto del Gobierno de España que traza la hoja de ruta para la modernización de la economía española, la recuperación del crecimiento económico y la creación de empleo, para la reconstrucción económica sólida, inclusiva y resiliente tras la crisis de la COVID-19, y para responder a los retos de la próxima década.

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Autor / Autora
Victor Garcia-Font
Profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación e investigador del grupo KISON del IN3 de la UOC.
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