Joan Arnedo: «La especialización de nuestro máster es el perfil más demandado del mercado»

12 enero, 2024
Joan Arnedo, director del máster universitario de Diseño y Programación de Videojuegos Joan Arnedo, director del máster universitario de Diseño y Programación de Videojuegos de la UOC.

Joan Arnedo Moreno es director del máster universitario de Diseño y Programación de Videojuegos de la UOC. Formado en ingeniería informática, forma parte de la UOC desde el año 2000, pero no fue hasta 2004 cuando se incorporó como docente a tiempo completo. A partir de 2013 asume el cargo de director académico del programa de máster, que inicialmente era un posgrado. Centra desde entonces su atención en el fascinante mundo de los videojuegos. Su trayectoria profesional ha sido predominantemente académica, ejerciendo como profesor e investigador, destacando especialmente en el campo de la investigación con estudios relevantes del sector.

¿En qué consiste el máster universitario de Diseño y Programación de Videojuegos?

Una de las diferencias en comparación con otros másteres son los dos perfiles del plan académico que ofrecemos: el diseño y la programación. La mayoría de estudios intentan abordar todas las facetas del desarrollo de videojuegos, pero el nuestro quiere destacar en el ámbito específico de la programación. Cuando abres el Libro Blanco de los Videojuegos, en primer lugar —en cuanto a demanda laboral— están los programadores, los que llaman código. A pesar de esta característica, para nosotros es muy importante que todo el mundo pueda acceder a ella, sin importar su trasfondo. Muchos estudiantes que provienen de un background quizás no tan tecnológico, acaban integrándose plenamente en este mundo. Y de hecho, yo mismo soy un claro ejemplo de cómo puedes reinventarte a través de unos estudios, ya que inicié mi carrera profesional en el campo de la seguridad.

Mi decisión de enfocar el máster se basó en que era mejor saber mucho de algo concreto que muy poquito de muchas otras. Al final, la gente suele saber hacer muy poco muchas cosas, pero lo que se puede enseñar en un crédito es casi «engañar» al estudiante. En resumen, los perfiles que tienen mayor demanda dentro de la industria son aquellos que forma el máster: el resultado es un alto empleo.

¿Cuáles son los puntos fuertes del máster de Videojuegos de la UOC?

Es un máster universitario, a un precio público, que ofrece un alto grado de optatividad y personalización. Y, todo esto, desde casa. Todo el mundo puede acceder al máster, no es necesario tener un background tecnológico para entrar. Tenemos casos de periodistas que se incorporan incluso con algunos complementos de formación que se realizan de forma paralela al máster. Solo se trata de dedicarle más tiempo, motivación y sacrificio. Además, se pone mucho énfasis en la creación continua de un portafolio personal de trabajo, algo que acaba repercutiendo muy positivamente en la búsqueda posterior de trabajo. Los docentes, además, son profesionales de la industria con amplia experiencia, y existe la posibilidad de acceder a estudios de doctorado.

Hoy en día existen muchas herramientas de desarrollo para crear videojuegos. Algunas, además, tienen una curva de aprendizaje bastante sencilla. Pero, si lo comparamos en unos años atrás, existen herramientas que permiten realizar muchas tareas gráficamente, sin tener que programar. Nosotros decidimos utilizar Unity, que según el Libro Blanco es la más utilizada por las empresas en todo el mundo: casi el 73%. Además, es una de las más rápidas de aprender. Para quienes quieran ir más allá, pueden programar en C y C++, trabajando directamente con el código fuente, y nada más, que después se convertirá en un videojuego. Es decir, una herramienta mucho más tradicional.

¿Qué asignaturas tiene el máster universitario de Diseño y Programación de Videojuegos de la UOC?

Hay 18 créditos que son asignaturas obligatorias y 30 optativos. Cada asignatura tiene su propia entidad y aborda un aspecto muy concreto de la disciplina de la creación de videojuegos. Se dividen en cimientos de los videojuegos (las troncales de programación y diseño de juegos), componentes de los videojuegos (juegos multijugador e inteligencia artificial), creación de las experiencias de juego (diseño de niveles, experiencia de usuarios, media) y programación avanzada (efectos visuales y sonoros, programación gráfica, y motores gráficos). Para quien no sabe programar, existen 12 créditos adicionales, los complementos de formación.

¿Cuáles son las principales salidas profesionales del máster universitario de Diseño y Programación de Videojuegos?

En cuanto a las oportunidades, desde el punto de vista del perfil, tenemos todas aquellas relacionadas con la programación y el game design, entre los 28 perfiles que identifica el Libro Blanco. Dentro del game design, por ejemplo, encontramos el diseño de niveles, la experiencia de usuario o la interfaz, entre otros. La programación incluye todos los aspectos específicos ligados a las asignaturas optativas. Si bien Unity es el lenguaje vehicular en la mayoría de casos, para aquellos que optan por la parte de programación avanzada —que se recomienda para personas provenientes de ingenierías, sobre todo— encontramos aspectos con mayor nivel de complejidad, ya que han trabajado con softwares como OpenGL y DirectX, por ejemplo.

¿En qué punto se encuentra la industria de los videojuegos?

Ha pasado a ser un sector mainstream. Subes al autobús y puedes ver a una persona mayor jugando en el Candy Crush. Esto, aunque mucha gente no lo tenga presente, es alguien que juega y consume videojuegos. Prácticamente, de una u otra forma, todo el mundo participa. La industria, en estos momentos, es capaz de llegar a la gran mayoría de la población: se encuentra en un momento de plena ebullición. El Departamento de Cultura Digital de la Generalitat ha puesto mucho énfasis en que Cataluña sea el hub del sector en España, o en el mundo. Hay una gran demanda de profesionales porque se necesita a mucha gente que programe, y que lo haga bien.

Hay que tener claro que tanto a nivel de industria como de investigación tiene un gran potencial, donde además, todavía existe un componente artístico y vocacional muy grande que lo hace aún más atractivo. Ahora bien, esto también lo convierte en un sector con mucha competencia: es una industria muy diversa y en la que no hace falta llegar al mayor grado de la pirámide laboral para poder ganarse la vida y hacer un trabajo que te llene también en el ámbito personal.

Esto puede tener el peligro de acabar precarizando al sector…

En alguna ocasión hemos visto a gente que se aprovecha, en un grado u otro, de la pasión de los más jóvenes. De hecho, a veces, hay ciertas fronteras entre vida profesional y personal bastante dudosas. Hay mucho potencial, pero hay que evitar hacer una burbuja. Cuando alguien se matricula, debe ser realista, y hacer la siguiente reflexión: “es un campo que me gusta, al que quiero dedicarme y que tiene muchos caminos e itinerarios posibles en los que puedo llegar a ganarme la vida sin necesidad de estar en la empresa más importante del mundo”. Hay vida más allá de las superproducciones.

Hay que tener presente que el hecho de que sean videojuegos no los hace mucho más distintos comparados con otros productos tecnológicos. En algunos momentos se ha cometido el error de haberlos idealizado demasiado. En este sentido, es importante tener presente que saber hacer videojuegos es una competencia que puede aplicarse a otros campos más allá del entretenimiento, como la educación o la salud. Hay que tener siempre la mente abierta sobre cómo aplicar lo aprendido. Una vez hechas estas reflexiones más pragmáticas, es un campo que puede permitirte dedicarte a tu vocación de manera satisfactoria, también desde el punto de vista laboral.

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Periodista
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