Aportar creatividad desde la parte técnica del diseño

14/04/2025
Foto: Daniel Schludi (Unsplash).

Cuando pensamos en diseñadores y diseñadoras a menudo nos los imaginamos trabajando en un estudio luminoso, minimalista, con plantas y un montón de libros bonitos en una estantería, mirando fijamente un Mac a través de unas gafas de pasta. Nos vienen a la mente aspectos relacionados con su creatividad entendida desde una mirada clásica. Seguramente los imaginamos abordando la parte más conceptual de un proyecto, escogiendo tipografías, colores, formas… Pues bien, puede ser así o no solo así. Seguramente el imaginario que estoy describiendo, y que comparten incluso estudiantes de comunicación y diseño, como descubrimos en un estudio de 2023 (Massaguer, Creus y Sánchez-Navarro, 2023), tiene parte de realidad, pero hay otros aspectos que son muy relevantes para su trabajo, aunque, de entrada, no parezcan tan «sexis». 

En el diseño, la técnica y la creatividad se retroalimentan

La parte técnica, la que tiene que ver con la programación, el código o el dominio del SEO —en la vertiente digital del diseño— o los sistemas de impresión, las tintas y el papel —en la física— también forman parte del trabajo de quien diseña y, además, se retroalimenta con la parte creativa. El diseñador o diseñadora que conoce bien la parte técnica de su trabajo no solo se ahorrará problemas a la hora de llevar a cabo y materializar sus ideas sino que, además, se podrá «aprovechar» de ello para aportar al proyecto un valor añadido. O dicho de otro modo: las que inicialmente nos pueden parecer «barreras» técnicas en la producción gráfica (tanto analógica como digital), pueden estar de nuestro lado, si, como personas que diseñamos, lo aprovechamos. Veremos algunos ejemplos de ello a continuación.

Así pues, el objetivo de este artículo es demostrar que la parte técnica no es aburrida ni pesada y que, además, nos corresponde como profesionales del diseño tenerla en cuenta. Desde el conocimiento de la parte técnica se pueden conseguir mejores resultados, e incluso resultados más creativos, también cuando contamos con pocos recursos. En este artículo nos centraremos en la parte física, la analógica, del diseño, a pesar de que muchas de las reflexiones que hacemos se pueden extrapolar al ámbito digital de la profesión.

El proceso y los materiales son parte de la comunicación

Hay quien dice que los objetos tienen alma (Cambariere, 2022), y también, que el proceso que seguimos para diseñar y producir un elemento queda incorporado en su interior, que la persona usuaria puede percibir, e incluso sentir, la emoción y la energía. Aquí hay un filón interesante para seguir en el ámbito del diseño, desde donde, a partir de construir esta «alma» podemos impactar en la emoción de las personas y crear nuevas relaciones entre ellas y los objetos. Un canal directo para conseguirlo es trabajar de manera consciente tanto el proceso de producción como los materiales que escogemos para diseñar un objeto. 

No es lo mismo diseñar una cubierta de libro con un papel kraft que hacerlo con un papel blanco estucado extrabrillante. El tacto que sentiremos cuando pasemos los dedos por cada una de estas dos superficies, la impresión visual que recibiremos, incluso el olor y el sonido que hará el material al manipularlo, serán casi opuestos. Lo que comunica cada una de las dos opciones es completamente diferente y, por lo tanto, el mensaje y la experiencia que estamos aportando a la persona usuaria, también.

Dar valor a las adversidades técnicas

Una manera de trabajar que pone forma a todo esto que estamos hablando es, no solo la aceptación de la vertiente técnica del diseño sino, además, su potenciación para aportar un valor añadido a la parte conceptual del proyecto. La técnica, como la mayor parte de las cosas que conforman nuestra vida, tiene limitaciones y nos puede suponer una barrera u obstáculo en el proceso de diseño. Pues bien, hay quien da la vuelta a esta adversidad y hace de ella una oportunidad de comunicación.

Hay papeles que, por su composición, se degradan muy rápidamente cuando se exponen al sol. Un caso cotidiano es el papel de periódico (papel prensa) que, si alguna vez os lo habéis dejado en un balcón o terraza, os habréis dado cuenta de que, al cabo de unas horas, se ha ido poniendo amarillo. Pues bien, el estudio de diseño Sr. Estudi creó las postales «Tinta de verano» donde, utilizando un soporte similar al efecto del papel prensa que pierde el color cuando está en contacto continuado con la luz solar, nos remitió al efecto del sol sobre nuestra piel.

«Tinta de verano» Sr. Estudi.

Lluís y Mireia, del mismo estudio de diseño, aprovecharon que el troquel láser quema el papel cuando lo agujerea (lo que se suele esconder porque es un efecto «molesto») para potenciar el olor a quemado de la chimenea durante el invierno. Crearon unas postales de navidad que trasladaban al «fum, fum, fum» de la clásica canción navideña catalana, lo que aportaba una capa extra de sensorialidad. 

«Fum, fum, fum» Sr. Estudi.

El papel térmico se utiliza habitualmente para la impresión de tickets de compra, que tienen una caducidad de uso corta. La impresión en este tipo de papel suele desvanecerse en poco tiempo. La diseñadora Sarah Barbuto aprovechó esta característica para idear un proyecto especulativo de una agenda que reflexiona sobre el paso del tiempo. Aprovechó la poca permanencia de la impresión como valor para potenciar su reflexión sobre el paso del tiempo.

«Unagenda» Sarah Barbuto.

Piratear la técnica para potenciar la creatividad

Una vez aceptada la técnica y sus aparentes limitaciones, todavía se puede rizar más el rizo y pasar de nivel en este juego que es el diseño, la producción gráfica y la creatividad. Se puede experimentar y cambiar las normas del juego, piratear el sistema establecido y dar un valor extra a los proyectos. 

En esta línea, hay quien cambia una pieza tan clave para la impresión como son las tintas, e incorpora, por ejemplo, una reducción de vino para imprimir una etiqueta de esta bebida alcohólica, como hizo Ladyssenyadora.

«Tinta de vino» Ladyssenyadora

Usa el mismo sistema, pero en este caso con unas tintas hechas a partir del poso del café, la diseñadora Núria Vila para un empaquetado compostable, imprimido en serigrafía, para Slowmov, tostadores de café de especialidad, situados en una cafetería-degustación en Barcelona.

«Slowmov» Núria Vila.

Otra manera de piratear el proceso de impresión es «atacando» la maquinaria y su sistema de funcionamiento. Esta acción es solo apta para valientes, puesto que supone implicar a industriales que tienen unos procesos muy cerrados, donde los sistemas son casi inamovibles, por lo que implican, sobre todo en el plano económico. 

Un caso claro de este pirateo es lo que hizo Mucho en los carteles para Nitsa 94/96: el giro electrónico, un documental sobre el emblemático club nocturno NITSA de Barcelona, que se caracterizaba, entre otros, por tener un escenario giratorio. Crearon un póster de edición limitada que se imprimió en serigrafía, para lo cual se construyó una plataforma que giraba y permitía imprimir los carteles con ángulos diferentes cada uno de ellos.

Nitsa 94-96: El giro electrónico. Mucho.

Por último, la artista Inma Femenía, de la mano de Impresum, paró máquinas (ófset) e intervino mientras imprimían. Añadió agua a los carretes de impresión, con lo cual provocó errores intencionados en la impresión, que creaban un efecto muy especial y único en cada pieza.

Experimentar, arriesgar y atreverse 

Hemos visto, pues, cómo la tecnología no es enemiga ni del diseño ni de la creatividad. Al contrario, son ámbitos que, bien compenetrados, potencian y multiplican sus posibilidades. Eso sí, hay que tener en cuenta que esta experimentación, riesgo y atrevimiento tienen que ir siempre acompañados de un trabajo conjunto y coordinado con los y las industriales que, no solo aportarán su conocimiento técnico para que todo salga bien sino que, sobre todo, contribuirán a expandir la creatividad que el concepto inicial busca.

 


Referencias:

Cambariere, L. (2022). El alma de los objetos: Una mirada antropológica del diseño. Experimenta.

Massaguer, L., Creus, A., Sánchez-Navarro, J. (2023). «¿Quién quiere ser creativo? Imaginarios y expectativas de estudiantes universitarios de diseño y comunicación sobre la profesión creativa». Revista Grafica. https://doi.org/10.5565/rev/grafica.284.

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Autor / Autora
Lluc Massaguer Busqueta
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