El oráculo S&P

16 abril, 2013

Dedicat a l’Agustí Vehi. Empordanés il·lustrat i bon amic

Estamos, al parecer, ante un cambio de discurso por parte de las sectas financieras en el poder. Durante los primeros años de la actual crisis económica, los “expertos” nos avisaban acerca del inminente aumento de la criminalidad y la inseguridad que iba a provocar la crisis. Prácticamente se postulaba la sofisticada ecuación: de la cola del paro al crimen, que tuvo una aceptación ideológica de amplio espectro.

Al parecer, y ante la evidencia de que aquel incremento no se ha producido -y no voy a perder el tiempo discutiendo con nadie esa evidencia reflejada en los datos sobre criminalidad conocida, sobre la cual ya nos posicionamos1-; ahora comienzan a avisarnos sobre el peligro del “estallido social” en el sur de esta Europa empobrecida.

La fuente, más que curiosa, es la propia Standard & Poor’sTorsten Hinrich, responsable en Alemania de S&P y, al parecer chamán con cualidades predictivas, ha advertido de que “las elevadas tasas de paro que registran países como España, Italia o Francia pueden provocar un “estallido social” (sic).

Vamos mejorando. Del trabajador asalariado que deviene en criminal por necesidad, pasamos a la categoría de lumpemproletariado airado -y cabría añadir que inmoral, como lo definirían los paladines de la lucha contra las clases peligrosas decimonónicas-.

Desconozco la base del análisis de Herr Hinrich, pero me temo que, en su afirmación, pesa más el factor georeferencial (ah, las PIGS, que acrónimo tan refinado) puesto que las poblaciones meridionales suelen parecer peligrosas en los salones y comedores de los globalizados centros del poder político y financiero que suelen estar al norte de un sur (todos los puntos geográficos son a su vez norte y sur de otro punto), que el análisis social. Apostaría que incluso más que el análisis económico, puesto que la ciencia económica es una cosa y la avidez por el beneficio otra muy diferente.

Los centros de poder político y financiero suelen llamar a las cosas por otros nombres. ¿Es una casualidad o una voluntad que insistan en atribuir al devenir de las leyes inexorables de la economía, lo que en realidad es consecuencia de una ideología?

Que sea S&P quien avise de los peligros de un estallido social como consecuencia del paro, no deja de ser una humorada, por cierto de muy mal gusto.

En un magnifico artículo Loic Wacquant definía con acierto la relación entre el aumento de la desregulación en el economía globalizada y el incremento de políticas punitivas sobre la pobreza y la inmigración, por tal de poder “canalizar a través de la figura oscura del delincuente de la calle, la ansiedad difusa provocada por una serie de cambios sociales relacionados entre ellos”.

Se trata, pues de una estrategia bastante clara que sirve para endurecer el control social sobre la población en riesgo de exclusión o excluida, a la vez que se difumina el control político -democrático, claro- sobre el capital, ese elemento esencial de la economía que ha adquirido virtudes de volatilidad y/o ubicuidad propias de los conejos de la chistera de los grandes prestidigitadores: véase si no el caso actualísimo de Chipre, isla de la cual y a pesar de esa especie de lockout bancario, los capitales rusos -tachán- han migrado hacia otros paraísos antes de que la troica comunitaria y el gobierno (?) chipriota hayan podido cobrar un céntimo de los depósitos rusos postsovieticos.

La ceguera, si no la connivencia, del poder político local, parece ser irrecuperable a estas alturas.

Un liberal tan complejo e interesante como Ralph Dahrendorf, sugería al respecto de la globalización, que la ruptura de las estructuras sociales, culturales y políticas anteriores a la globalización que debían suponer un incremento del ideal de libertad y la universalización de los valores democráticos, podían degenerar en anomia social.

Sería interesante pensar y discutir sobre esa posibilidad. Las reglas del juego social actual, parecen estar definidas por la especulación, el afán desmedido por la ganancia y el “todo vale” para aumentar los beneficios. Los capitales globalizados de viejo y nuevo cuño durante el proceso de lavado, se emparentan con los capitales de procedencia criminal en la fase de aclarado y centrifugado. Ese money launderingprocess incluye el de desinfectado i la adquisición de cierta asepsia legal y en algunos casos honorabilidad.

Delincuencia económica y corrupción política van a menudo de la mano. No es tan preocupante el hecho de que suceda esa connivencia, como que se produzca como consecuencia de la degeneración del concepto de libertad -en el sentido que plantea Dahrendorf- hacia una actitud anómica en el sentido mas durkheimiano del término- de las clases dirigentes, que no encuentran extraño lucrarse personalmente aprovechando su preeminencia en la jerarquía social, mientrasque, con su respaldo y su posición pública, se destruyen los pilares del estado de bienestar, y, en consecuencia, se provoca sufrimiento en la ciudadanía.

Modelo de bienestar que, por cierto, sirvió durante más de medio siglo como amuleto talismán frente al peligro de la revolución social en Europa, algo sustancialmente diferente al tipo de estallido percibido por S&P.

Algún historiador alemán debiera asesorar a Herr Hinrich. Si no lo hubiera disponible, podemos proponerle algunas lecturas.

1 Joaní, Noemí; Valentín, Vicens: Algunes consideracions sobre la relació entre la conjuntura econòmica i la criminalitat. Comunicació al V Congrés Català de Sociologia. Barcelona . 17 i 18 d’abril de 2009. Universitat Autònoma de Barcelona

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Autor / Autora
Vicens Valentin
Profesor colaborador en la asignatura Ciudad, inseguridad y conflicto del Máster Universitario de Ciudad y Urbanismo. Licenciado en Historia General y Geografía, y máster en Política criminal y servicios sociales. Miembro del Grupo Motor de RISE (Red Internacional para la Innovación en Seguridad).
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