Conchi Padilla: «Me gusta motivar a los estudiantes para que incluyan la investigación dentro de su práctica clínica»
09/05/2024A principios de 2024, Conchi Padilla, neuropsicóloga y doctora en Neurociencias con una especialización en Lenguaje, asumió la codirección del grado Online de Logopedia (interuniversitario: Uvic-UCC, UOC). Entre las prioridades de la nueva directora están potenciar la colaboración entre profesores, solidificar y prolongar la relación con los alumnos y difundir la investigación que se lleva a cabo en la universidad. Nos lo cuenta en esta entrevista, donde también detalla su recorrido profesional y profundiza en el contexto actual de la disciplina de la logopedia.
¿Qué te llevó a la UOC y, en particular, a liderar el grado de Logopedia?
Tuve el primer contacto con la UOC en 2019, como profesora colaboradora, a la vez que trabajaba como docente en otra universidad a distancia y, después, como clínica e investigadora en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Comencé impartiendo una materia en el máster universitario Online de Neuropsicología, en la que tuve la suerte de contar con un profesor responsable de asignatura con quien coincidí bastante tanto en la forma de dar docencia como en la de investigar. Poco a poco, me fui metiendo en la dinámica y la filosofía de la UOC y, sencillamente, me fascinó.
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Me di cuenta de que en la UOC había profesionales con mucho talento que tenían un largo bagaje en docencia, investigación e, incluso, en la práctica clínica o en el mundo empresarial. Esta diversidad en su experiencia profesional y en su formación hace que muchos de ellos estén abiertos al cambio y que, al final, la universidad sea un entorno flexible y rápido a la hora de adaptar su oferta y metodología pedagógica. Ese aspecto fue lo que más me gustó de esta universidad y lo que me motivó a querer continuar mi carrera profesional en ella.
¿Qué distingue al grado de Logopedia de la UOC de otros impartidos en otras universidades?
Lo que más diferencia a nuestro grado con respecto a otros es que el aprendizaje se produce a través de una plataforma online en la que el estudiante puede interaccionar con la comunidad docente y con otros estudiantes de sus mismas asignaturas. El proceso de enseñanza-aprendizaje, además, se planifica de tal manera que el estudiante se sienta motivado desde el primer momento, dado que con los materiales multimedia que se le facilitan debe resolver una serie de retos en los que deberá aplicar los conocimientos que va adquiriendo. Estos retos son muy parecidos a los que se va a encontrar en su vida profesional, por lo que en todo momento ya está actuando como si se tratara de un logopeda. Por otro lado, se diferencia del resto de universidades en que el profesor es un profesional clínico experto en el campo de conocimiento que está impartiendo y, en muchas ocasiones, realiza investigación en él. Por lo tanto, el alumno está recibiendo un feedback personalizado por parte de un especialista que conoce esa área profesional de primera mano. Y no solo eso, sino que las tutoras que acompañan al estudiante desde que se matricula hasta que termina el grado también conocen la profesión desde dentro, por lo que pueden ayudarle a configurar su itinerario de forma personalizada gracias a su experiencia y formación. Además, contamos con un equipo docente que no solo es experto en logopedia, sino también en otras disciplinas con las que el logopeda tendrá que colaborar dentro de un equipo multidisciplinar, como son la medicina, la neuropsicología, la lingüística, la fisioterapia o la nutrición. Por último, tenemos la flexibilidad de que el estudiante realice sus prácticas en un centro de su elección, pero también le ofrecemos la oportunidad de realizarlas en la Clínica Universitaria de Manresa, la cual tiene una dilatada experiencia tratando trastornos de la voz, de la comunicación, de la deglución o de la lectoescritura en población infantil y adulta.
El grado de Logopedia se produce a través de una plataforma online en la que el estudiante puede interaccionar con la comunidad docente y con otros estudiantes de sus mismas asignaturas.
Empezaste estudiando Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid y después hiciste un máster en Clínica de los Trastornos del Lenguaje en la Complutense. ¿Cómo llegó, este interés? Cuando uno estudia Psicología, igual no piensa en acabar dirigiendo un grado de Logopedia.
Al acabar la licenciatura, me fui de Erasmus a estudiar la especialidad de Neuropsicología a Preston, Inglaterra. En esta universidad tuve la suerte de poder cursar bastantes asignaturas sobre lenguaje, al mismo tiempo que me estaba sumergiendo en la cultura y la lengua de otro país y teniendo contacto con otros alumnos que provenían de otros países y hablaban otras lenguas. Me surgió una gran curiosidad sobre cómo se utilizaba el lenguaje en los distintos idiomas, y es por eso que después, al volver a España, decidí hacer un máster en trastornos del lenguaje. En ese momento, había muy pocos profesionales con la doble especialidad de neuropsicología y lenguaje, por lo que rápidamente pude empezar a trabajar en una clínica que atendía a niños con trastornos del desarrollo, que con frecuencia presentan un trastorno de la comunicación o del aprendizaje comórbido. Poco a poco, me fui metiendo más y más en este ámbito y comencé a investigar sobre nuevas formas de intervención en este tipo de población
Entonces, tu pasión por el lenguaje es tanto referente a las personas que tienen dificultades como a las que no.
Sí, creo que es necesario que tengamos un buen conocimiento de cómo se adquiere y se procesa el lenguaje en la población normotípica para poder evaluar e intervenir en aquellas personas que muestran dificultades. Asimismo, creo que es importante tener una buena formación en logopedia, pero también en otras disciplinas, como la medicina, la fisioterapia, la neuropsicología o la lingüística. Es por esto que en el grado apostamos por tener entre nuestros docentes a grandes profesionales de la logopedia con una larga experiencia en la clínica, la docencia y la investigación, pero también a profesionales de otras disciplinas. En salud, lo ideal sería realizar el diagnóstico y la intervención dentro de un equipo multidisciplinar. Sin embargo, no siempre es posible, así que debemos tener los fundamentos de otros campos profesionales para ser más objetivos o saber derivar a otros especialistas cuando es necesario. Me gusta transmitir esta idea como docente, porque a veces cada disciplina se queda en su ámbito de estudio y no va más allá.
Precisamente, la logopedia es una disciplina bastante desconocida.
Los logopedas son profesionales que tienen un papel muy importante en la sociedad. Muy a menudo, solo se les conoce cuando hay un problema concreto y, a veces, en fases muy avanzadas. Si estas dificultades se trataran antes, se evitaría que los problemas se agravaran aún más.
La accesibilidad tampoco es universal. ¿Faltan logopedas en la sanidad, la educación, la atención social pública?
Depende del ámbito al que nos refiramos. En educación suele haber maestros especializados en audición y lenguaje, pero su formación no es tan amplia como la de los logopedas, a los cuales encontramos solo en equipos específicos como los centros de desarrollo infantil y atención precoz (CDIAP), los centros de recursos educativos para alumnos con discapacidad auditiva y alumnos con trastornos graves del lenguaje o la comunicación (CREDA) o centros de educación especial. Es por eso que este tipo de población, en muchas ocasiones, necesita acudir a clínicas privadas para tener acceso a un logopeda. En sanidad, la logopedia cada vez tiene más presencia dentro de equipos especializados. Los colegios oficiales luchan para que se dé más reconocimiento a la formación y al trabajo de los logopedas, y para que tengan más presencia en los servicios públicos.
Los logopedas son profesionales que tienen un papel muy importante en la sociedad.
Además, sus intervenciones no son puntuales, sino que requieren tiempo y, por lo tanto, establecer un vínculo, algo que, por cierto, las máquinas aún no pueden hacer, ¿no es así?
Estos profesionales no serán fácilmente reemplazables por máquinas. Como paciente, debes trabajar con un profesional con el que crees un vínculo, te sientas a gusto y te inspire confianza y ganas de superar tus dificultades; si no, es difícil que la intervención tenga éxito.
En tu caso, entiendo que siempre te ha gustado combinar la práctica clínica con la investigación.
Creo que es fundamental. Cuando comencé a trabajar con trastornos del lenguaje, apliqué todo lo que me enseñaron en el máster, pero rápidamente me di cuenta de que había cosas que no funcionaban bien, por lo que tuve que arriesgar y explorar otras posibilidades para mejorar mi intervención.
¿Nos puedes poner un ejemplo?
Trabajaba con niños con Trastorno por Déficit de Atención, con o sin hiperactividad, que tenían dificultades en la lectoescritura. Les aplicaba, una y otra vez, la misma técnica de intervención que había aprendido realizando mi máster; sin embargo, no observaba mejoras. Esto me llevó a iniciar un doctorado en intervención en trastornos del lenguaje, precisamente para encontrar otras formas de intervención que me ayudaran a solucionar el problema. Después, me fui al campo de la Neurociencia, para explorar otras posibles intervenciones que fueran más allá del lenguaje y tuvieran en cuenta otros procesos, como la atención y las funciones ejecutivas. Asimismo, apliqué otras técnicas que les habían funcionado a otros clínicos o investigadores que se habían encontrado con mi misma problemática y llevé a cabo una pequeña investigación para comprobar si había un efecto real o si solo se trataba de una impresión subjetiva. Esta práctica basada en la evidencia es la que, realmente, nos hace progresar como profesionales y ayudar a personas que, a veces, están desesperadas.
Has realizado estancias en Preston, Cambridge y los EUA. Supongo que recomendarías a los estudiantes tener una experiencia así.
Creo que a todo el mundo le viene bien estar una temporada fuera, fusionándose con otras culturas, otras lenguas y conocer a profesionales de otros países, para, de este modo, replantearse sus propias ideas.
Me gusta motivar a los estudiantes para que incluyan la investigación dentro de su práctica clínica y estamos abiertos a que trabajen con nosotros colaborando en nuestras líneas de investigación.
¿Hay algo que te haya inspirado especialmente de estos países?
De las universidades donde estuve, he de decir que me impresionaron sus métodos pedagógicos, basados fundamentalmente en la práctica. Las cosas están cambiando muy rápido en España, pero en el pasado hemos pecado un poco de ser excesivamente teóricos. En el caso de Inglaterra, desde primero de carrera se enseña a los estudiantes cómo entrar en las bases de datos, encontrar artículos de calidad, sacar conclusiones y, en función de eso, redactar un texto para solucionar un problema como si ya fuera un profesional. Eso aporta muchas habilidades de aprendizaje autónomo y madurez al estudiante.
Estás en el grupo de investigación NeuroAdasLab del eHealth Center de la UOC, donde se combinan la informática con la neurología, la psicología y la clínica.
Este grupo tiene dos investigadores principales muy interesantes. Por un lado, está Elena Muñoz, directora del máster universitario Online de Neuropsicología, especializada en técnicas de estimulación cerebral no invasiva, con un largo bagaje en la docencia y la investigación. Por otro lado, está Ferran Prados, especializado en el procesamiento de imágenes médicas y en su aplicación al ámbito de la salud para, de esta forma, asistir a los profesionales médicos en el diagnóstico clínico. Por ejemplo, ha desarrollado una serie de biomarcadores utilizando imágenes por resonancia magnética que ayudan al diagnóstico y seguimiento de la esclerosis múltiple. Junto a ellos, estamos todo un equipo multidisciplinar formado por ingenieros y neuropsicólogos. En mi caso, he tenido la oportunidad de poder continuar con mi línea de investigación, la cual se centra en el desarrollo de tests computarizados para detectar el deterioro cognitivo en diversos trastornos, y la validación de los mismos, utilizando técnicas de neuroimagen. Asimismo, me planteo la creación de otra línea más centrada en los trastornos del neurodesarrollo y en cómo estos pueden afectar a la adquisición del lenguaje o al aprendizaje de la lectoescritura.
Entre la dirección del grado y la investigación, ¿te queda tiempo para la clínica?
Es difícil. Intento enlazar proyectos y establecer colaboraciones con centros sanitarios donde haya profesionales interesados en investigar en el mismo campo. Intento aprovechar toda la experiencia que puedan obtener durante su trabajo en la clínica. Por otro lado, me gusta motivar a los estudiantes para que incluyan la investigación dentro de su práctica clínica y estamos abiertos a que trabajen con nosotros colaborando en nuestras líneas de investigación.
Mi objetivo es fomentar el trabajo conjunto y el intercambio de ideas entre los diversos profesionales que forman parte del equipo docente del grado de Logopedia.
¿Qué huella te gustaría dejar como directora del grado de Logopedia?
He sido afortunada y he heredado un grado que por sí solo marcha bastante bien gracias al trabajo tanto del anterior director de la UOC como de la actual directora por parte de la Universidad de Manresa. No obstante, siempre se puede seguir mejorando y actualizando nuestra oferta educativa. En lo que respecta a la huella que deseo dejar, disfruto mucho haciendo investigación y trabajando dentro de un equipo multidisciplinar, por tanto, mi objetivo es fomentar el trabajo conjunto y el intercambio de ideas entre los diversos profesionales que forman parte del equipo docente del grado de Logopedia. Contamos con docentes de gran potencial que también se dedican a la investigación, por lo que busco estrechar la conexión entre todos nosotros y promover la colaboración. Además, me gustaría brindarles el apoyo necesario para difundir su trabajo, tanto entre los estudiantes como ante el público en general. Por último, sería estupendo crear un vínculo con nuestros estudiantes y que éstos mantuvieran una conexión sólida con la UOC después de completar su grado, bien cursando otras asignaturas para mantenerse actualizados, realizando un máster o un posgrado, o colaborando con nosotros como profesores o investigadores especialistas en lenguaje.