Taxi studio visit: Antoni Abad

Entrevistamos a Antoni Abad en el marco de Ars Electronica Barcelona 2020.

En en el contexto de Ars Electronica 2020 visitamos el estudio de Antoni Abad, artista catalán quien empezó su carrera en el campo de la escultura para posteriormente saltar al vídeo arte, al net.art y otras formas artísticas vinculadas a los nuevos medios. 

Antoni Abad ha dedicado sus últimos 15-20 años de producción al trabajo con grupos sociales en riesgo de exclusión en diversos paises (personas refugiadas, migrantes, la comunidad gitana, grupos de guerrilla…). En 2003 entra por primera vez en contacto con las posibilidades del uso de los dispositivos móviles como altavoz para la de expresión propia, no filtrada, y los incluye de inmediato en su práctica artística. Con esto, el teléfono, más que como soporte de la obra, le sirve a Abad de medio con el cual los/las participantes le hablan al resto del conjunto social de aquello que, tras una decisión colectiva y consensuada, han pactado transmitir. Por ello, Abad no se define como artista tecnológico, puesto que utiliza la tecnología como herramienta exclusivamente cuando la necesita, como han hecho todos/as los/las artistas durante la historia de la humanidad.

El modelo de artista que encarna Antoni Abad rompe visión del artista como ser individual «encerrado en un estudio pensando en lo sublime». Es el desplazamiento a la calle, donde comparte deseos y voluntades con personas con las que otramente no hubiese conectado, el que le permite a Abad visibilizar redes de conocimientos subyugados a las cuales da voz, asumiendo un rol casi de mediación que nada tiene que ver con el del artista-genio romántico que a menudo todavía arrastramos. Así, el funcionamiento de su proceso de trabajo es el de creación de un espacio en el que cada grupo en riesgo de marginalización escoge un tema sobre el cual trabajar durante esa semana de colaboración con el artista y que, posteriormente, procederán a publicar en una aplicación para móviles diseñada por Abad durante los últimos años. Esta aplicación no se trata de una red social, puesto que sus integrantes no se comunican entre sí remotamente, sino que forman parte de un grupo de trabajo en contacto físico como mínimo durante una semana en la que trabajan juntos para sacar un mensaje colectivo adelante por medio de compartir notas de voz, imágenes, vídeo e incluso hacer uso de herramientas de geolocalización con las cuales generar mapas con los que cartografiar la comunidad.