Sobre el arte y las nuevas formas de vida

29 de junio de 2010

El descubrimiento de la vida sintética por parte de científicos estadounidenses ha sido un marco en la ciencia. Este experimento, que ha sido anunciado a fines del mes de mayo, ha creado una bacteria que utiliza una estructura de un organismo “natural”, pero posee un código de ADN totalmente producido en laboratorio. Este descubrimiento -como muchos otros de las biotecnologías- genera cuestionamientos éticos de inmediato. El uso inmediato de la bacteria sería, según dicen los responsables de la investigación, la posibilidad del uso en la mejora de la naturaleza, como la absorción del CO2, por ejemplo. Sin embargo, los propios investigadores admiten que este desarrollo puede llevar a riesgos nunca antes imaginados, desde su uso como arma biológica hasta el cambio de las bacterias en el ambiente a algo no deseado o no imaginado.

Donna Haraway, en una reciente charla en el MIT, menciona que está más interesada en lo que se puede generar a partir de descubrimientos como estos. Los errores, lo inesperado. Y como vamos a relacionarnos con estos elementos, estas criaturas.  Más allá de los riesgos posibles a la humanidad, Haraway comenta que en la historia de la humanidad la introducción de animales y especies de plantas en ambientes fuera de su hábitat natural ha sido tan frecuente que muchos grupos de protección ya no tienen claro qué proteger y por qué proteger ciertas formas de vida. ¿Qué es ser natural de un lugar? ¿Haber estado siempre ahí? Y cuando se pierde esta referencia, como ya ha ocurrido en muchos, casos, ¿qué hacer? Y cuando todo el entorno natural también ha sido modificado, ¿qué hay que proteger? Para la investigadora no se trata de reproducir las ideas de que estos avances científicos nos van a destruir a todos, sino de percibir el mundo de posibilidades que se presentan, no solamente para la ciencia sino también para la cultura de modo general, ya que también son fruto de ella.

En este punto se pone en cuestión el propio concepto de naturaleza, que es lo que interesa a muchos artistas. ¿Tienen los científicos más derecho a manipular y trabajar con la materia viva que los artistas? ¿De qué naturaleza estamos hablando, si es que la propia diferencia entre lo que es natural versus lo artificial queda cada vez más tenue? No se trata de mezclar los conceptos o asumir que estas diferencias no tienen ningún sentido, sino de percibir como estos dos conceptos fueron cambiando en el tiempo e incluso fueron sobreponiéndose en muchos casos. Es decir, no se trata de conceptos definitivos ni estables. En este punto también el arte que hace uso de las tecnologías y de la biología busca ampliar y cuestionar conceptos que culturalmente parecerían muy concretos pero que en realidad tienen mucho que ver con la percepción de mundo que tenemos en un momento y espacio dado.

*Estas y otras cuestiones serán tratadas en profundidad en el Seminario Plagas, Monstruos y Quimeras: arte y ciencias de la vida ofrecido por la UOC y La Laboral durante este mes de julio. Más info en:  http://www.uoc.edu/uvv/cultura/plagas_presentacion.html

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