Webspace.gallery hace honor a su nombre al configurarse como un sencillo sitio web que sin preámbulos ni ostentaciones ofrece un espacio a los artistas que trabajan con medios digitales. La galería se define como «un espacio en línea de proyectos dedicado a la presentación de arte digital». Esta escueta presentación, que viene seguida de una invitación a artistas y comisarios que quieran enviar una propuesta expositiva, denota el planteamiento de un espacio que, pese a su aparente falta de pretensiones, destaca ya por un programa interesante y de calidad.
Simon Bowerbank, comisario y experto en subastas con sede en Nueva Zelanda, es el creador de esta galería que ha iniciado su actividad a principios de año y cuenta ya con tres exposiciones individuales. Según afirma Bowerbank, se trata de un proyecto aún en fase de desarrollo: «creé la galería a principios de año como un proyecto secundario, pero se está expandiendo poco a poco. El objetivo inicial era intentar encontrar un modelo viable para una galería completamente basada en la web.» El comisario ha incorporado a un editor que trabajará en la redacción de los textos que acompañan a las obras y se plantea remodelar el sitio web.
Con todo, es precisamente la sencillez de este espacio la que resulta atractiva y sugiere una franqueza en sus objetivos que se echa en falta en la sofisticación de otras plataformas similares. Nada más acceder al sitio, el espacio principal lo ocupa la obra en sí (un vídeo, una colección de imágenes), bajo el cual se coloca la ficha técnica y una breve descripción de la misma. En definitiva, no es preciso nada más: se trata de un sitio web, no tiene que evocar ningún espacio tridimensional ni añadir ornamento alguno a la obra. Las exposiciones presentadas hasta la fecha consisten en presentaciones de una única obra, por lo cual queda por ver de qué manera puede resolver esta interfaz una muestra colectiva.

La primera obra presentada en webspace.gallery ha sido
Remember Carthage (2013) de
Jon Rafman and Rosa Aiello, un vídeo de casi 14 minutos de duración en la que un personaje narra su búsqueda de un espacio mítico, tal vez imaginado. El corto ha sido realizado con fragmentos de vídeo capturado en los entornos de diferentes videojuegos y mundos virtuales tales como
Second Life,
Uncharted 3: Drake’s Deception y
Rome: Total War. El narrador evoca recuerdos confusos y cae en fórmulas repetitivas, que hacen referencia a la propia dinámica de los videojuegos, en los que se ejecutan determinadas acciones una y otra vez. Para el espectador que haya jugado a estos títulos, se produce también una curiosa sensación de
déjà vu, que enlaza con la narración del personaje protagonista.

También situada en un entorno virtual,
Sunset at Mt. Gox (2014) del/la artista-avatar
LaTurbo Avedon es una obra que invita a los usuarios a contribuir con una ofrenda (o un acto de vandalismo) al monumento que ha creado en memoria de
Mt. Gox, una empresa de cambio de divisas Bitcoin con sede en Tokio que desapareció en febrero, llevándose consigo una cantidad de bitcoins cuyo valor asciende a cerca de 500 millones de dólares. La galería ha creado una interfaz por medio de la cual los usuarios podían enviar imágenes u objetos 3D junto con unas instrucciones. Estas aportaciones se incorporaban al monumento virtual en forma de postales, pegatinas, inscripciones u objetos colocados sobre o alrededor del mismo. La obra-performance colectiva de Avedon otorga una presencia casi real a este monumento, tanto por medio de la cuidada recreación en 3D como por las intervenciones de los usuarios, y propone una reflexión acerca de la divisa digital, marcada por sus tremendas fluctuaciones y sus supuestas repercusiones en la economía mundial.

La muestra actual nos presenta un proyecto reciente de
Benjamin Grosser, Computers Watching Movies (2013-14), un vídeo de 15 minutos generado a partir de un programa de visión por ordenador creado por el propio artista. Un ordenador «observa» secuencias de los films
2001: Una odisea del Espacio;
American Beauty;
Inception;
Taxi Driver;
The Matrix; y
Annie Hall. El programa ejecuta diversos algoritmos de detección de rostros, intenta predecir el movimiento de un objeto en la pantalla o traza su recorrido, realizando curiosos dibujos de líneas y acumulaciones que se van formando a medida que oímos el audio correspondiente a la secuencia que observa el ordenador. El proyecto de Grosser juega a negar al espectador la visión de los fotogramas que observa el ordenador, con lo cual lo lleva a imaginar las imágenes por medio del audio y las formas que va creando la máquina, intentando así entender cómo «razona» o que «llama la atención» del ordenador.
En los tres proyectos presentados hasta la fecha destaca el uso de entornos virtuales y la atención hacia lo cinematográfico, que pueden ser aspectos principales de la programación de este espacio. En cualquier caso, webspace.gallery promete presentar obras de gran calidad que no necesitan, aparentemente, el espacio físico de una galería.
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