Cuando la Industria 4.0 ayuda a salvar vidas
17/11/2020La primera ola de la crisis del Coronavirus llegó oficialmente a España en febrero (seguramente antes) y, desde mediados de marzo y a partir de la declaración del Estado de Alarma por parte del Gobierno, nos mantuvo confinados en nuestras casas durante meses. Durante mucho tiempo, las ciudades con los focos más importantes como Madrid o Barcelona sufrieron un problema de organización y falta de material médico que estuvo cerca de llevar al colapso, o los llevó, a algunos hospitales.
En esta situación surgieron muchas campañas e iniciativas personales de gente que quería ayudar y aportar con lo que estaba a su alcance. Grandes empresas compraron material médico y lo donaron a hospitales y ofrecieron productos y servicios de manera altruista, colaborando donde cada una consideraba que podía aportar más.
También surgieron muchas iniciativas de particulares que fabricaron mascarillas y otros EPIs para sanitarios. Uno de los movimientos mas conocidos fue el de “Coronavirus Makers”, una iniciativa que surgió a raíz de las noticias que llegaban relacionadas con la falta de mascarillas y pantallas de protección para sanitarios y respiradores para pacientes. Un buen porcentaje de las impresoras 3D en España se puso a trabajar imprimiendo viseras para la fabricación de pantallas de protección y otras piezas. La iniciativa creció tanto que incluso llegó a protagonizar alguna rueda de prensa del Presidente del Gobierno, que agradeció el trabajo de tanta gente anónima que no dudó en poner sus máquinas a producir material.
Por mi parte, cumplía 2 condiciones que me posicionaban como un perfil interesante que podía aportar mucho en esta situación y ofrecer mucha ayuda. Por una parte, la impresión 3D forma parte de mis hobbies desde hace años, lo que me ha llevado a tener 2 impresoras 3D en mi domicilio, mucho material y los conocimientos necesarios para el diseño y fabricación de cualquier tipo de pieza. Por otra parte, dado que mi ámbito de responsabilidad en Cepsa incluye todo lo relacionado con las tecnologías emergentes en general y la impresión 3D en particular, tenía una amplia red de proveedores industriales y colaboradores que me facilitarían la tarea de escalar y productivizar cualquier pieza o producto, de manera que cumpliera los requisitos técnicos necesarios para su uso.
En este contexto, fui una de las primeras personas que puso sus impresoras 3D a trabajar 24 horas al día. Al principio fabricaba viseras para pantallas de protección, las montaba y las donaba a hospitales. En esa primera etapa envié unas 500 pantallas a La Paz, Gómez Ulla y Fundación Jiménez Díaz.
Primeros lotes de pantallas de protección para hospitales
A los pocos días me enteré de que en Italia, donde nos llevaban 2 semanas de ventaja en cuanto a la expansión del virus, habían desarrollado un sistema para adaptar máscaras de buceo tipo “snorkel” a respiradores no invadidos mediante adaptadores impresos en 3D, de manera que pudieran usarse como asistente a la respiración para pacientes en UCI. Me pareció una iniciativa muy interesante porque representaba una aplicación de tecnologías de Industria 4.0 a un caso de uso de primera necesidad en ese momento.
Poco después leí en prensa la noticia de que Mediamarkt España estaba donando todo su stock de máscaras de buceo y de impresoras 3D a diferentes grupos de voluntarios. Inmediatamente me puse en contacto con la persona que estaba gestionando las donaciones, le conté lo que estaba haciendo, las capacidades que tenía para diseñar y fabricar piezas y los medios técnicos y físicos con los que contaba y ofrecí mi domicilio como centro de operaciones. Hasta ese momento tenían gente y grupos de makers colaborando desde diferentes puntos de la geografía española pero en Madrid, el epicentro de la pandemia, no tenían presencia. De esa manera me convertí en la “delegación madrileña”.
Pantallas de protección donadas a diferentes hospitales
A los pocos días de arrancar la colaboración empezó a llegar a mi domicilio todo tipo de material desde diferentes sedes de Mediamarkt en toda España: máscaras de buceo, impresoras 3D y material para imprimir. Mi mujer y yo decidimos transformar la casa en un taller de trabajo en el que montamos una cadena de producción con 8 impresoras 3D funcionando en el salón a pleno rendimiento, una habitación a modo de almacén en la que llegamos a tener más de 300 máscaras de buceo preparadas para adaptar y donar y otra como taller para montar pantallas de protección y probar máscaras y adaptadores.
Algunas de las impresoras 3D del “taller doméstico”
Máscaras de buceo y más impresoras 3D
Al principio seguí imprimiendo viseras para pantallas de protección y las primeras versiones de adaptadores para máscaras a partir de modelos digitales que se estaban usando en Italia y se empezaban a utilizar en España para las máscaras de Decathlon, que también había donado todo su stock a otros grupos de makers. Pero en paralelo a la fabricación de estas piezas y dado que los modelos no terminaban de encajar en las máscaras con las que estaba trabajando yo procedentes de Mediamarkt, ya que el modelo era ligeramente diferente, empecé a diseñar nuevos modelos de adaptadores. Estos adaptadores debían acoplarse perfectamente a las máscaras de manera que cerraran herméticamente el circuito de aire, tenían que poder acoplarse a los tubos de los respiradores médicos y debían disponer de conductos separados para la entrada y salida de aire.
Además mi objetivo era cubrir 2 requisitos adicionales; que fueran más eficientes a la hora de imprimirse (menor cantidad de material y menor tiempo de impresión por unidad), y que se adaptaran mejor a las máscaras y a los respiradores que los diseños italianos.
Diseño digital y modificación de piezas para imprimir en 3D
Con varios diseños terminados e impresos y tras probar su perfecto acople en las máscaras, empecé a hablar con hospitales para ofrecer las máscaras y los adaptadores. El hospital de La Paz fue el primero en interesarse por las piezas. Ya estaban utilizando máscaras de Decathlon y gestionaban la distribución a diferentes hospitales, incluido el hospital de campaña de IFEMA.
Les doné un primer lote de máscaras con adaptadores para que las probaran y me dieran feedback. Les preocupaba que se separaran bien los flujos de entrada y salida del aire en la máscara y la robustez de las piezas. Además me transmitieron que los materiales con el que estaba imprimiendo, PLA o PET-G, no eran adecuados para uso médico y se estaban usando solo en casos de extrema necesidad, bajo la responsabilidad del médico que autorizaba su uso y siempre de manera desechable, sin opción a desinfectarlos y volver a usarlos.
Diferentes prototipos de adaptadores impresos en 3D
Los siguientes días me dediqué a mejorar los diseños de los adaptadores y empecé a fabricar un nuevo modelo que permitía el uso de las máscaras como EPI por parte de sanitarios, mediante el acople de un filtro antiviral.
Por otra parte, dado que los materiales en los que fabricaba las piezas no estaban recomendados para uso médico, me puse en contacto con varias empresas de fabricación aditiva industrial para pedirles ayuda en la fabricación de los adaptadores en materiales aptos para uso médico. Tanto HP como Optimus3D se ofrecieron a fabricar las piezas de manera desinteresada. HP me transmitió que estaban colaborando con el hospital Parc Taulí de Sabadell para validar y homologar adaptadores, y les solicité que me metieran en el programa para validar las piezas que estaba diseñando y fabricando. Tras varias semanas de envío de piezas y pruebas conjuntas, conseguí la homologación de mis adaptadores para su uso de manera segura en aplicaciones médicas de asistencia a la respiración.
Página web de Parc Taulí con la certificación de las piezas diseñadas
Por su parte, Optimus3D fabricó un lote de varios cientos de adaptadores a partir de dos de mis diseños con tecnología HP MultiJet Fusion en material PA12, un polímero apto para uso médico. Estos adaptadores los fui enviando a diferentes hospitales junto a las máscaras, ofreciendo una solución, ahora sí, 100% válida y segura para uso sanitario, ya que las piezas estaban validadas y certificadas y el material era compatible con uso médico por ser seguro, reutilizable y desinfectable.
Adaptadores fabricados por Optimus3D en PA12, material apto para uso médico
Por aquel entonces ya tenía la “factoría” a pleno rendimiento. Las 8 impresoras 3D fabricando todo el día y descansando por la noche. Seguía fabricando pantallas de protección, probando modificaciones y mejoras en el diseño de los adaptadores y fabricando otros prototipos de piezas. Hice un llamamiento en redes sociales para ofrecer mis piezas a hospitales y otras entidades y amplié el abanico de “clientes” a diferentes tipologías de centros sanitarios, a residencias de ancianos, centros de mayores, Policía Local y otras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Como para aquel entonces disponía de un gran stock de adaptadores en PA12 aptas para uso médico, centré el trabajo de las impresoras en pantallas de protección y en otras solicitudes que me seguían llegando.
Desde el hospital de Getafe me contactaron para lanzar un reto. Tenían problemas de suministro de válvulas tipo Peep, válvulas de no retorno que dejan pasar el flujo de aire en un solo sentido y que se usan en los respiradores de los pacientes para mantener la presión positiva en los pulmones. El mecanismo es muy sencillo: tienen una salida de aire con una membrana presionada por un muelle que tapona el conducto de salida, de tal manera que cuando el flujo de aire va hacia fuera la membrana se abre para dejar salir el aire, pero cuando el flujo va hacia dentro, el propio flujo, ayudado por el muelle, cierra el circuito y no deja pasar el aire.
Me pasaron los planos de un modelo industrial para ver cómo funcionaban ese tipo de válvulas y me transmitieron la necesidad que tenían de diseñar un sistema que pudiera fabricarse de manera sencilla y barata ya que, debido a la situación de emergencia que había en los hospitales, no quedaba stock de este tipo de válvulas. Me puse a trabajar en un diseño completo de la válvula que pudiera ser impreso en 3D y que fuera completamente funcional. Tras varios días de trabajo y con muchas pruebas y cambios en el diseño, conseguí fabricar una unidad completamente funcional. Incluso el muelle era impreso en 3D, al igual que el resto de piezas de la válvula, a excepción de la membrana que sella el circuito, que debía ser de silicona. Fabriqué un lote de 20 válvulas y las envié al hospital. Un par de días después me confirmaron que funcionaban perfectamente y que las estaban usando con pacientes bajo supervisión de personal médico.
Válvulas Peep impresas en 3D y completamente funcionales
Otra iniciativa en la que he participado es en el diseño, fabricación y testeo de piezas para respiradores mecánicos, colaborando con el Laboratorio Subterráneo de Física Nuclear de Canfranc. Esta entidad está dentro de un consorcio de laboratorios y universidades de España, Italia, Francia, Canadá y Estados Unidos y liderado por Art McDonald, Premio Nobel de Física 2015, que ha desarrollado un ventilador para pacientes con Covid-19 en UCI.
Me pidieron asesoramiento en el diseño, adaptación y fabricación de varias piezas mecánicas. Una vez finalizado el diseño de todo el dispositivo e incluyendo varias de las piezas que diseñé y fabriqué, el equipo español procedió a homologar el ventilador según las normas de la Agencia Española del Medicamento.
Diseño e impresión en 3D de piezas para el respirador del Laboratorio de Física Nuclear de Canfranc
También colaboré con la iniciativa Respiradores4all, una de las más potentes en España en el diseño y fabricación de respiradores mecánicos. Esta iniciativa fue liderada por Ferrovial, BBVA, Airbus y Amazon entre otras grandes corporaciones. Sus prototipos de respiradores fueron también homologados por la Agencia Española del Medicamento aunque no llegaron a usarse porque el proceso de homologación terminó cuando ya estaban llegando respiradores de fabricantes homologados. Para aprovechar el trabajo realizado, cambiaron el enfoque y decidieron liberar los diseños y las instrucciones de fabricación y uso para que en países subdesarrollados se pudieran fabricar su propios respiradores en caso de ser necesario y no contar con los medios adecuados para adquirir equipos médicos industriales. Con este nuevo enfoque, se pusieron en contacto conmigo porque mis adaptadores y las máscaras de buceo encajaban perfectamente con sus prototipos y me pidieron documentar mis soluciones tanto para el uso de máscaras de buceo como EPIs para sanitarios como con respiradores para pacientes Covid-19. También me pidieron documentación sobre las válvulas Peep que había diseñado. Todo ello fue acompañado de los modelos digitales para que las piezas se puedan imprimir de manera sencilla en cualquier parte del mundo.
Extracto de las instrucciones generadas para el proyecto Respiradores4all
En paralelo a estas nuevas colaboraciones seguí distribuyendo diferentes lotes de máscaras + adaptadores PA12 y de pantallas de protección a hospitales de diferentes puntos de España.
Para la logística pedí ayuda a Correos, que se ofreció a hacer todos los envíos de manera gratuita y desinteresada. Gracias a ello pude realizar decenas de envíos a diferentes puntos de la península. También me ayudó Policía Local de Madrid y unidades de Protección Civil para hacer la distribución del material de manera directa a hospitales de la región.
Cuando bajó la presión de enfermos en UCI, las máscaras se dejaron de utilizar como asistente a la respiración de pacientes, pero siguieron usándose como EPI para intervenciones en UCI y en quirófano. Meses después, todavía nos llega feedback muy positivo de cirujanos e intensivistas, que se sienten muy seguros y cómodos en las intervenciones usando las máscaras y las siguen usando actualmente.
Durante bastante tiempo seguí fabricando y donando pantallas de protección, salvaorejas para mascarillas y adaptadores para máscaras de buceo. Las últimas donaciones de máscaras de buceo fueron para el Colegio de Odontólogos, desde donde se distribuyeron a clínicas de toda España para su uso como EPI en tratamientos dentales.
El recuento total de material fabricado y donado es de aproximadamente 300 máscaras con adaptadores, 2000 pantallas de protección, 20 válvulas Peep, 30 piezas para respiradores y 3000 salvaorejas.
Lote donado al Hospital La Paz de máscaras y adaptadores aptos para uso médico
Y el resumen de los hitos conseguidos en esta aventura es el siguiente:
• Diseño y modelado digital completo de 3 tipos de adaptadores para máscaras de buceo
• Puesta en marcha de un taller con 8 impresoras 3D, testing de piezas y cadena de montaje de EPIs y accesorios
• Distribución de piezas a 12 hospitales en toda España y a otras entidades
• Alianzas con Mediamarkt, Correos, HP y Optimus 3D entre otras entidades
• Certificación de los adaptadores diseñados para uso médico por parte de un Centro de Investigación perteneciente a un Centro Sanitario
• Impresión de varios lotes de cientos de unidades de adaptadores en material PA12 apto para uso médico
• Diseño y fabricación de válvulas Peep completamente funcionales y validadas para su uso en respiradores mecánicos
• Diseño y fabricación de piezas para respiradores mecánicos que han sido homologados por la Agencia Española del Medicamento
• Generación de documentación para el uso de material médico y de piezas impresas en 3D en países subdesarrollados
He aprendido mucho con esta experiencia. Me ha sorprendido comprobar como la mayor parte de las empresas a las que he pedido ayuda no han dudado en ponerse a mi disposición, incluso grandes corporaciones como Mediamarkt, Correos o HP o entidades públicas como Policía Local o Protección Civil. Ha sido un trabajo que ha durado casi 3 meses y que he tenido que compaginar con mi trabajo. Ha sido duro y ha supuesto un esfuerzo económico importante, pero la satisfacción de pensar que he contribuido en la lucha contra el coronavirus y que, tal vez, he ayudado a salvar alguna vida, es enorme.
Como responsable de Industria 4.0 en una gran empresa como Cepsa, también me llevo una lección aprendida. La industria en España, y en buena parte del mundo, no está preparada para reaccionar de manera rápida y eficiente ante retos repentinos o cambios en las necesidades del cliente. No vimos llegar la crisis ni la amenaza que representaba y nuestras fábricas no supieron adaptarse ágilmente a las nuevas necesidades. Necesitábamos respiradores, mascarillas, geles hidroalcohólicos y máscaras de protección y no fuimos capaces de auto abastecernos. Hubo intentos por parte de fabricantes de vehículos o de equipamiento médico para cambiar su cadena de producción y fabricar respiradores. Los talleres textiles empezaron a fabricar mascarillas. Algunas empresas petroquímicas cambiaron la configuración de sus plantas para fabricar geles hidroalcohólicos. Pero no se hizo con la suficiente agilidad y se acabó dependiendo del mayor productor mundial, China.
Tenemos ante nosotros un reto muy interesante. Podemos trabajar en construir una industria inteligente que permita adaptar los procesos de producción hacia las necesidades que imponga el mercado en cada momento. Ahora nos encontramos en la segunda ola de la pandemia. Y mañana puede haber, o no, otra pandemia diferente. Pero lo que está claro es que el mercado es cada vez más exigente y cada vez nos encontramos ante más situaciones de cambios de tendencia o aparición de nuevas oportunidades. Los que estén mejor preparados serán los que mayor beneficio saquen. En eso consiste la Industria 4.0 y la idea de la fabricación inteligente. Tenemos que adaptarnos y dejar de desaprovechar las oportunidades y los retos que vendrán.
LINKS RELACIONADOS:
• Validación médica de los adaptadores por parte de Parc Taulí Sabadell: http:// www.tauli.cat/es/institut/plataformes-i-serveis/laboratori-3d/covid-3d/cataleg/ #3DPT033
• Respirador del Laboratorio Subterráneo de Canfranc: https://www.radiohuesca.com/ sociedad/el-laboratorio-subterraneo-de-canfranc-trabaja-en-un-respirador-de respuesta-suave-para-ucis-24042020-138578.html
• Respiradores4all: https://www.respiradores4all.com/
Creo que poco más se puede hacer que «quitarse el sombrero» y presentar mi profundo respeto, admiración y agradecimiento por lo que has hecho Daniel Garrote.
Yo forme parte de un minigrupo de coronamakers en Madrid zona Usera-villaverde, gente q no nos conocíamos de distintas edades pero q acudimos a ayudar en lo q podíamos, no se me olvidará cuando entregamos las primeras pantallas a las matronas del 12 de Octubre, usaban solamente plásticos con una diadema como única protección, pero al ver las pantallas q les dábamos y q la Ayuso tiraba por no estar homologadas se le escapó un » jolín q bien» .
Un grupo de 7 personas entregamos 1160 pantallas entre 12 Octubre, Princesa, Clinico, ambulatorios, residencias .