El tamaño importa

22 abril, 2013

Entre las buenas noticias para la gestión de proyectos que revisábamos hace unos meses, destacábamos el crecimiento del número de proyectos exitosos en general, sobre todo aquellos que eran más pequeños y también los basados en metodologías ágiles. La mejora de la esponsorización directiva, de la cultura y formación en gestión de proyectos, las habilidades de comunicación y trabajo en equipo y la implantación de metodologías parecían las claves de estos resultados.

Los edificios más altos del mundo. Imagen de Greyengine5 bajo licencia GNU 1.2 y CC.

Ciertamente no todos los proyectos fueron creados iguales y por lo tanto requieren abordajes diferentes. Una parte esencial del trabajo del jefe de proyecto en el inicio es ordenar (Fitzgerald) el proyecto y establecer su enfoque dentro del paisaje de enfoques posibles (Wysocki, Parte I, Cap. 2), más predictivos y directivos o más adaptativos y ágiles, y con qué métodos, herramientas y técnicas en cada caso. «One size fits all» no sirve en gestión de proyecto. El propio PMBOK establece unos procesos previos de preparación y planificación de la integración del proyecto. En algunas compañías tienen unas parrillas para cualificar el tipo de proyecto antes de empezar nada.

Según decíamos en otra entrada reciente son la complejidad y la incertidumbre, en una correlación positiva, los dos factores que mejor definirán la clase de animal y por lo tanto la clase de manejo del proyecto o del programa.

Pero para mí uno de los factores principales para establecer la complejidad es el tamaño. Tamaño quiere decir la duración del proyecto, el volumen de recursos asignados y el número de interacciones dentro de la organización (o sea, con y entre los usuarios e interesados, en especial, el número de departamento o unidades de negocio). El tamaño es una variable sencilla, un proxy que permite establecer intuitivamente el tipo de proyecto, al menos para empezar y luego podemos entrar en matices.

Yo diría (y algunos autores, profesionales y colegas con los que lo he contrastado estos días) que un proyecto mediano (si es proyecto y no es otra cosa, que es lo que pasa frecuentemente), se sitúa alrededor de los  5 ó 6 meses de un equipo de unas  5 ó 6 personas, que interactúan con otras 5 ó 6 personas, etc. En esa frontera aproximada podemos definir la necesidad de una mayor o menor formalización de la gestión de proyectos y la intensidad de unas u otras áreas de conocimiento: mayor tamaño, complejidad y ambigüedad representa mayor énfasis en la gestión de riesgos o en la gestión de interesados (stakeholders). El enfoque que proponemos en las asignaturas, en los grados y en los másteres (en nuestros Estudios, la gestión de proyectos es una competencia obligatoria de casi todos los programas), empiezan en ese orden de magnitud.

Pero en todos los casos, quiero decir en todos los casos (también en los proyectos más pequeños y también en los más ágiles), harán falta algunos procesos de gestión y documentos elementales, que podemos hacer más o menos sencillos o detallados: una definición y aprobación del proyecto; un plan de trabajo que defina (y apruebe) al menos el alcance, tiempo y recursos; un informe de progreso (o sea, explicar de vez en cuándo cómo vamos); y un papel (por favor, aunque sea muy breve)  de qué hicimos bien y mal y qué hemos aprendido. Por ejemplo, trabajando con Robert Clarisó hemos preparado una versión minimalista de la gestión de proyectos también para los trabajos de final de Máster.

En las asignaturas de gestión de proyectos, tal como las hemos diseñado, distinguimos entre estos y otros temas  que consideramos básicos para un proyecto típico y otros que consideramos complementarios u opcionales, una especie de caja de herramientas entre las que el  jefe de proyecto elegirá, a partir de un análisis de la situación de partida, en qué nuevo lío se ha metido.

Nota: La figura de hoy es una infografía de los edificios más altos del mundo y procede de la Wikipedia. Agradezco los comentarios que han hecho de un borrador de esta entrada el Dr. Josep Maria Marco y el cada vez mayor grupo de profesores y consultores de gestión de proyectos de los Estudios.

(Visited 93 times, 1 visits today)
Autor / Autora
José Ramón Rodríguez
Profesor de Dirección de Sistemas de Información, Gestión de Proyectos y Business Intelligence de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC y consultor de empresas independiente.
Comentarios
Deja un comentario