Informáticas en el cine: Figuras Ocultas

26 enero, 2017

De vez en cuando nos encontramos a informáticos en el cine o en la tele. A veces nos gusta la representación de la profesión en la pantalla (véase Juegos de Guerra o la televisiva Halt and Catch Fire, en ocasiones nos disgustan (ver The Imitation Game, y vamos a intentar olvidar como buenamente podamos las barbaridades mucho peores que vemos con una cierta frecuencia).

En ocasiones, eso sí, la representación de la película es tan buena que IBM aprovecha para hacer un poco de marketing con el tema…

(Hay un par de clips más muy recomendables aquí y aquí, aún más en el sitio que han dedicado a la película y a sus esfuerzos por la diversidad en el campo de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.)

Como habríais adivinado aún sin leer el título de la entrada, estamos hablando de Hidden Figures (traducida por aquí como Figuras Ocultas, que pierde el juego de palabras del original (figures significa cifras, además de figuras) pero hemos visto traducciones mucho peores), estrenada por aquí el pasado fin de semana, y que me permito recomendar encarecidamente que vayáis a ver.

La película se centra en los personajes de Katherine Johnson, Mary Jackson y Dorothy Vaughan, tres mujeres negras nacidas entre 1910 y 1921 en Estados Unidos que, implausiblemente, llegaron a desempeñar cargos de responsabilidad en la NASA. Implausiblemente por ser mujeres y negras, por haber nacido cuando nacieron y porque, por si la historia no fuera lo suficientemente complicado hasta aquí, nuestra historia tiene lugar a principios de la década de los sesenta en Virginia, Estados Unidos, un estado por entonces todavía explícitamente segregado racialmente.

Desde el punto de vista de este blog el papel de la matemática y física Katherine Johnson quizás sea el menos interesante… porque al fin y al cabo su historia se centra en la física y las matemáticas (una historia apasionante, eso sí), mientras que Dorothy Vaughan y Mary Jackson llegaron a ser, respectivamente, la líder de la sección de programacion de la División de Análisis y Computación de la West Area Computing Unit del Langley Research Center de la NASA y su primera ingeniera negra, después de haber comenzado como «computadoras de color». Y es que en los cincuenta, en ausencia de computadoras electrónicas (sí: la NASA comenzó sin ordenadores), los cálculos los realizaban personas a mano: computador (y computadora) era por aquel entonces una profesión, no una máquina.

No querría pisaros la película, pero sí señalar los roles secundarios que desempeñan en ella Fortran y, sobre todo, el IBM 7090 y su «obesidad» (tendréis que ver la película). El 7090 venía a costar algo menos de tres millones de la época (algo más de veinte millones, actualizando la inflación), que te daban acceso a unos descomunales 32 kilobytes (no megabytes, no) de memoria de toros y el equivalente de una frecuencia de reloj de 0.0005GHz (solamente hay que multiplicar por algo más de dos mil para llegar a la frecuencia de reloj de los cores lentos de un procesador de móvil actual de gama media)… Lo que no tenía era pantalla (faltaba más de una década para que la pantalla fuera un periférico común para un ordenador) y usaba como entrada no solo las tarjetas perforadas que aparecen en la película sino unidades de cinta magnética capaces de almacenar hasta tres megabytes.

Ah, sí. Me faltaba comentar que, la película, en sí, es también muy recomendable, afortunadamente, con un estilo visual rico, un diseño de producción trabajadísimo y un humor que permite hablar del tema de la segregación con más relajación de la que es habitual, sin evitar por ello que sea uno de los focos de atención. Para los alérgicos a la propaganda de banderita que suele plagar estas películas, decir que algo hay (estamos en el marco de la carrera espacial que enfrentó a Estados Unidos y Unión Soviética durante décadas como parte de la guerra fría) pero muchísimo menos de lo que uno hubiese esperado. Y recordar, finalmente, que la película se basa en el libro homónimo de Margot Lee Shetterly, a quien podéis ver en los vídeos que abren esta entrada.
Ale. A pasar por taquilla.


PS Muy recomendable pasar por la página que la NASA ha montado sobre la película, comenzando por las «FAQ». La versión tl;dr es que los personajes masculinos son en general idealizaciones de grupos de gente y que el evento final de la película, si bien tiene una fuerte base real, no fue tan dramático.

 

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Autor / Autora
Cesar Pablo Corcoles Briongos
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