El espectro radioeléctrico como recurso limitado

La sociedad está cada vez más habituada al uso de dispositivos de telecomunicación inalámbricos. Estos dispositivos tienen la capacidad de intercomunicarse entre ellos y han sido clave para la evolución de las tecnologías de la información y las comunicaciones durante las últimas décadas. Diferentes servicios de telecomunicación conviven de forma simultánea incluyendo internet, la telefonía móvil, televisión o radio y forman parte del día a día de nuestras vidas de forma natural. 

Estas comunicaciones utilizan las radiofrecuencias para la comunicación inalámbrica, abarcando desde comunicaciones de muy baja frecuencia para uso de radionavegación o servicios móviles marítimos hasta las frecuencias más elevadas que utilizan los terminales inalámbricos domésticos de telefonía fija. Todo este espectro de comunicaciones permite, mediante una adecuada gestión y sistemas avanzados de telecomunicación, que todas estas aplicaciones y usos hagan más fácil nuestro día a día.

El espectro radioeléctrico corresponde al espacio de frecuencias del espectro electromagnético específico para la comunicación inalámbrica. Se trata de un recurso natural y de carácter limitado que está gestionado por parte del estado, dado el interés público de los servicios que requieren el uso de este recurso.

Las diferentes bandas de frecuencias son los slots que están asignados a los diferentes usos y servicios de telecomunicaciones, de forma que tan sólo pueden utilizarlas aquellos que dispongan de las licencias que permiten su uso. Unas pocas bandas de frecuencias son libres pero la mayoría de ellas están sometidas a una estricta regulación. 

Cada una de las bandas frecuenciales tienen diferentes características de cobertura y sensibilidad al ruido e interferencias. Esto hace que cada banda frecuencial tenga unas características que la hacen óptima para el uso en diferentes aplicaciones. 

El vertiginoso crecimiento de los servicios de telecomunicación que utilizan el espectro, así como el creciente número de dispositivos conectados generan un reto para los ingenieros e ingenieras de telecomunicación, que constantemente tienen que desarrollar protocolos para nuevos servicios de telecomunicación como puede ser la telefonía móvil 5G, la televisión digital o el IoT. 

El derecho a emitir por las diferentes bandas frecuenciales se gestiona por el estado mediante subastas públicas donde los operadores de diferentes servicios compran el derecho de uso durante un número determinado de años. Recientemente hemos visto aparecer conflictos por las interferencias en el uso de las diferentes bandas de frecuencia como las posibles interferencias del 5G con la navegación aérea, las interferencias del 5G con la TDT, o la posible interferencia del 5G con las predicciones meteorológicas.

El uso de bandas frecuencias adyacentes en un espectro cada vez más saturado sumado a los retos de los propios sistemas de telecomunicación en la discriminación de las diferentes señales de las bandas frecuenciales pueden generar situaciones de interferencia entre diferentes servicios. Los ingenieros e ingenieras de telecomunicación trabajan permanentemente en la regulación del espectro así como en el diseño de sistemas de telecomunicaciones eficientes con el objetivo de que todos estos servicios puedan convivir sin molestarse. No obstante, hemos de tener presente que al tratarse de un sistema limitado, sería de interés para la sociedad hacer el mejor uso del mismo, utilizando este tipo de comunicación por ejemplo para aquellos servicios imprescindibles o con un alto valor añadido, sacando provecho de la eficiencia de otros sistemas de telecomunicación como la fibra óptica para todos aquellos servicios que puedan estar conectados por cable. Un abuso del uso del espectro puede repercutir en la calidad del servicio obtenido.