Clickers

14 abril, 2016

Normalmente, entre las palabras clave para describir un videojuego se incluye su género, la palabra que mejor describe su categoría según su tipo de interacciones de juego. Entre los género «de toda la vida» encontramos los juegos arcade, de plataformas, de rol, puzzles, etc. En algunos casos, un juego mezcla diversos géneros o incluso puede ser algo bastante raro como para ser su propio género. Si bien hay juegos de géneros bien raros en el mundo (¿simulador de cabras?), uno que me llama bastante la atención es el de los videojuegos incrementales, familiarmente llamados «clickers».

Su planteamiento es muy simple. El jugador se dedica a pulsar con el ratón en la zona de juego, cosa que sirve para acumular ciertos recursos (por ejemplo, monedas). A su vez, al cumplir cierta condición vinculada al número de pulsaciones, avanza de pantalla. Los recursos obtenidos se pueden invertir tanto en ser más eficiente en el proceso de obtención del propio recurso como en reducir el número de pulsaciones necesarias para pasar de pantalla. Sin embargo, cada nueva pantalla requiere más pulsaciones que la anterior. A partir de este planteamiento, a ver hasta dónde eres capaz de llegar a base de dedicarle tiempo pulsando el ratón.

No hace falta habilidad ni puntería, solo se ha de pulsar el ratón una vez tras otra y ya está…

Push the button
Ale, ¡a divertirse!

Por ejemplo, uno bastante popular llamado Clicker Heroes (¡que cada uno pulse el enlace bajo su propia responsabilidad!) se basa en derrotar enemigos. Cada vez que pulsas sobre un enemigo le causas daño, hasta que lo matas. Entonces, ganas monedas. Para pasar de pantalla hay que matar a diez enemigos. Sin embargo, a medida que se avanza de pantalla los enemigos tienen más puntos de vida, que a su vez requiere más pulsaciones para eliminarlos. Con la monedas puedes comprar diversas ventajas. Las más básicas son personajes que te permiten hacer más daño, obtener más monedas por pulsación, activar poderes especiales cada cierto tiempo o incluso hacer daño sin pulsar el ratón. Esta última opción ya es el colmo, pues permite usar una estrategia llamada de «juego pasivo», en la que ya ni pulsas el ratón. Te quedas mirando la pantalla, o dejas el juego en background, y que vaya jugando solo… en plan Progress Quest. ¡E incluso sigue jugando y recopilando monedas una vez lo apagas! De todos modos, el sistema más eficiente para pasar de pantalla de manera rápida siempre suele ser mediante «juego activo», pulsando el ratón continuamente.

¿Cual es el objetivo de estos juegos? Normalmente son juegos infinitos, en los que mientras tú vayas pulsando, vas avanzando. El propósito es llegar a la máxima pantalla que tu paciencia te permita y poder fardar ante otros jugadores de la comunidad (los «bragging rights«). En este caso, no hay estrictamente «jobification«, pues las tareas repetitivas no son una barrera artificial de acceso a la parte divertida. La tarea repetitiva es el juego en sí.

Sin embargo, a pesar de un planteamiento que puede dejar bastante perplejo a primera vista, a la que uno se sumerge en los detalles hay bastante más profundidad de la que aparenta. Para llegar a niveles bien altos se requiere estrategia, sólo a base de paciencia pulsando el ratón no se llega a ninguna parte, puesto que se ha de cuidar muy bien el uso de recursos para mantener a raya la curva de crecimiento en el número de pulsaciones para pasar de pantalla. Dado que dicho  crecimiento tiende a ser exponencial, si no se equilibra bien, tarde o temprano llegas a un nivel que, simplemente, nunca pasarás. Bueno, o quizá si te pasas un año seguido pulsando el ratón, que en realidad NO es el objetivo. Llegados a este atolladero, hay que volver a empezar e intentarlo de otro modo. Hay gente que se dedica a buscar las estrategias óptimas, dónde la eficiencia se mide en el tiempo necesario y necesidad de jugar activamente para llegar a cierto nivel. En ese sentido, este tipo de juegos en realidad se podrían considerar un subconjunto del género de los puzzles. Y para que las piezas encajen, el diseño del juego, con sus bases matemáticas, también ha de estar pero que muy bien cuidado.

Y la verdad es que no existen ni uno, ni dos, ni tres de juegos de este género. Hay unos cuantos. Por algún motivo, enganchan bastante si uno tienen un carácter un tanto compulsivo. Sólo hay que pulsar y pulsar… y ver como los numeritos van subiendo.

No juzguéis, si no queréis ser juzgados...
No juzguéis, si no queréis ser juzgados…

Joan Arnedo es profesor de los estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación en la UOC. Director académico del Postgrado de Diseño y Programación de Videojuegos e investigador en el campo de la ludificación y los juegos serios en el eLearn Center. Su experiencia se remonta a cuando los ordenadores MSX poblaban la Tierra…

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Autor / Autora
Joan Arnedo Moreno
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