10 claves para emprender como desarrollador/a de videojuegos

29 junio, 2021
Ilustración de Fran Barrionuevo Torrado.

Ser desarrollador/a de videojuegos es un sueño para muchos. De hecho, es una profesión en la que muchas personas –especialmente, gamers– piensan al oír la famosa frase “elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”, y es que encontrar una profesión que coincida con tu pasión no es fácil.

El primer paso para dedicar tu vida a los videojuegos es tener claro si quieres dedicarte a ello como afición o profesionalmente. Para los que eligen la segunda opción, estudiar un máster de diseño y programación de videojuegos será clave en su desarrollo profesional.

Más allá de lo apasionante de este trabajo, ser desarrollador/a de videojuegos implica incorporarse a una industria multimillonaria en continuo crecimiento. Las cifras no dejan lugar a dudas: en 2020, los videojuegos generaron 135,8 billones de dólares (un 20% más que en 2019) y, en 2021, se espera un crecimiento del 14% respecto al año anterior.

Pero, ¿qué es exactamente un/a desarrollador/a de videojuegos?

Es importante aclarar que cuando una persona decide dedicar su vida profesional a lo que inicialmente es su hobby, no siempre tiene claro qué es un/a desarrollador/a de videojuegos y cuáles son sus funciones. Tener una visión realista sobre ello te permitirá alcanzar tus metas y saber cómo funciona el trabajo al otro lado de los juegos.

El o la desarrollador/a de videojuegos es el profesional que lleva a cabo el diseño y la programación de estos juegos electrónicos. Esta faena puede desarrollarse en diferentes partes del proyecto, desde la definición de la idea inicial, el desarrollo de las características o el perfeccionamiento de la versión final.

Trabajar en la industria del videojuego es compartir tareas con muchos perfiles diferentes, que deberán colaborar entre ellos para conseguir un buen resultado final. Estos equipos multidisciplinares agrupan desde profesionales de la informática, sonido, diseño o incluso de la interpretación.

Decálogo para convertirse en ‘La Leyenda’ del desarrollo de videojuegos

Hacer de tu pasión tu forma de vida es posible, pero no significa que sea fácil. De hecho, ser desarrollador de videojuegos es un trabajo exigente en el que, como en un juego, necesitarás constancia para ir pasando de fase en fase, sobre todo si decides emprender.

En ese contexto, Rafael Pérez Vidal, profesor colaborador de la asignatura Efectos visuales y sonoros del máster de diseño y programación de videojuegos de la UOC, elaboró el decálogo La leyenda del Gamedev, un documento basado en La Leyenda de Zelda en que se recogen las diez claves para ser un buen desarrollador de videojuegos.

1. Es peligroso ir solo 

Si al terminar tu formación como desarrollador de videojuegos tienes en mente emprender tu propia aventura y crear tu propio juego, debes saber que tras esa fascinante idea hay mucho trabajo, que posiblemente no podrás hacer solo.

Usa un Game Design Document (GDD) como si fuera una espada para luchar contra los monstruos de las mazmorras, y ahí define todas las características de tu proyecto: jugadores, personajes, estética, historia, posibles cambios y dedicación. Al terminar, plantéate si puedes o no seguir solo en esta aventura.

2. No tendrás suficientes rupias, pero debes empezar. 

Desarrollar un videojuego cuesta dinero, es algo que pasa con cualquier proyecto empresarial, pero no  permitas que eso te frene. Si estás pensando en buscar financiación, primero necesitarás hacer una demo de tu videojuego, una tarea que además te ayudará a despejar ciertas dudas.

3. Consulta el mapa para ver los objetivos y el tiempo para llegar. Tú no tienes una ocarina. 

“Si quieres ir rápido ve solo; si quieres llegar lejos ve acompañado”. A estas alturas del proyecto quizás ya te has dado cuenta de que necesitas un equipo que te ayude con el desarrollo del videojuego. De ser así, asegúrate de tener un espacio donde compartáis toda la información sobre lo que vayáis trabajando y establece reuniones periódicas de seguimiento, donde podáis hablar de vuestros avances y dificultades.

4. Tu victoria inicial llegará con la Mazmorra Vencida Primera, o MVP Minimum Viable Product. 

Tu primera victoria será la de tener la demo desarrollada, un hito que en argot empresarial se denomina Mínimo Producto Viable (o MVP, del inglés Minimum Viable Product). Ten claro los puntos que debe cumplir la demo: mostrar el aspecto visual, la jugabilidad completa del juego, control del personaje, menús e interfaz o sonido; en definitiva: una pequeña muestra que sea agradable de usar.

Una vez con la demo a punto, haz una primera muestra a un grupo de personas cercanas a ti, ya que sus reacciones y respuestas servirán para terminar de definir ciertos aspectos. Después ya estarás listo para mostrar la demo definitiva a posibles inversores.

Ilustración de Fran Barrionuevo Torrado.

5. Acumula corazones y pócimas antes de ir a una Boss fight. Explora el entorno.

Con la demo ya finalizada, es hora de buscar inversores. Es normal que pienses en hacer una primera búsqueda de empresas del sector pero ¡cuidado! no se te ocurra empezar a enviar el archivo de forma masiva. Lista las empresas (serán tus corazones), establece contactos (tus pócimas) y haz las cosas de forma ordenada.

6. Prepárate para el combate: necesitarás armas y equipo.

Cuando ya tengas asegurada la comunicación con un inversor, además de la demo necesitarás una presentación (pitch deck). Tiene que mostrar la estética del videojuego, su mecánica, evolución y la historia que hay detrás. También puedes acompañarlo con un estudio de tu público objetivo.

Si el editor muestra interés tras estos datos, puedes hablarle de la previsión para tener el videojuego terminado, los idiomas, la propuesta de precio de ventas, las versiones de las diferentes consolas o plataformas e incluso de lo que esperas que el editor aporte al proyecto.

7. Puedes continuar infinitamente, mientras tengas hadas en frascos.

Como desarrollador de videojuegos, no puedes permitir que tus ánimos decaigan cuando un inversor diga no a tu propuesta. Aprovecha el feedback de la gente con la que hablas para mejorar ciertos aspectos y sigue trabajando en tus contactos. Las posibilidades no terminan mientras haya gente a la que presentarle tu propuesta.

8. Hay un mundo oscuro y alternativo. Duro y difícil. Puedes ir aunque es de un nivel de dificultad elevado.

Tras muchas negativas a colaborar con tu proyecto, es posible que te plantees la alternativa dura y difícil de la autoedición, algo bastante parecido a un mundo oscuro, aunque con maravillosas ventanas.

Si decides ser tu propio editor, recuerda que es un trabajo de gran dedicación, y que realizarlo te restará horas de trabajo como desarrollador. No dejes que esto te eche atrás, pero tenlo en cuenta.

9. Teniendo rupias todo es más fácil. Aventúrate con el equipo completo.

Una vez encuentres un editor que apueste por ti y defina bien qué parte del trabajo va a realizar, tienes que pensar con él como en un socio, alguien en quien confiar. Al mismo tiempo, este paso implica salir de la sombra en la que estabas y constituir tu propia empresa para desarrollar el videojuego. ¡Avanza en esta aventura!

10. Tu viaje no termina al final. Un Héroe no descansa nunca.

Tu videojuego está a punto de salir al mercado y la felicidad es enorme. No obstante, no caigas en el error de pensar que tu trabajo termina aquí. Un proyecto es como una criatura, necesita ser alimentado para seguir vivo. Escucha al público, aprende de ellos, atiende a los fans. También es posible que debas lanzar modificaciones y parches. ¡Un desarrollador de videojuegos no descansa nunca!

Ilustración de Fran Barrionuevo Torrado.
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