CIO: Quo Vadis

16 noviembre, 2011

El concepto de CIO (Chief Information Officer, o sea el responsable de los sistemas y la información de la empresa) aparece a principios de los 80. Al menos la primera y única cita en una revista científica es de 1980. Hoy se cuentan por centenares, de las cuales algunas decenas se refieren a su inminente desaparición o, al menos, transformación.

A diferencia del director de Sistemas o director de Informática de los 70, el CIO según la teoría, no sólo debería dar soporte a las operaciones y manejar la infraestructura, sino además alinear la informática y el negocio, y aportar «valor», es decir, contribuir a los objetivos estratégicos de la empresa de crecimiento e innovación. Desde el punto de vista tecnológico y organizativo, el CIO responde a la época de la informática distribuida y descentralizada y, más tarde, ubicua e instantánea. Es el director de una orquesta en la que la tocan decenas de especialistas de los que se sabe poco y miles de usuarios internos y externos que saben lo que saben (Karl Schubert (2006), CIO Survival Guide: The Roles and Responsibilities of the Chief Information Officer (Wiley)).

Sin embargo, desde principios de los 90 y de forma recurrente y alternativa aparecen anuncios sobre la muerte de este rol (y acaso de la aportación de la informática en su conjunto al valor para el negocio) y de su resurrección. Los dos puntos de inflexión más recientes son el pinchazo de la burbuja de las «punto com» a principios de los 2000 y la crisis financiera y económica de los últimos años. Más CIOs han desaparecido de los comités de dirección y por tanto, al menos, han perdido la «C» de chief o jefe, pasando a posiciones subordinadas en las direcciones financieras (sobre todo en el caso de empresas industriales), de operaciones (en empresas de servicios intensivas en tecnología) o de «recursos» (en el sector bancario o la administración).

Colin Beveridge, un provocador profesional cuyo blog os recomiendo ya ha inventado algunos acrónimos divertidos, como «CIO: Career is Over» o «CIO: Cheap Infrastructure Officer», y otros más serios y prometedores: «CIO: Chief Integration Officer» o «CIO: Chief Innovation Officer».

Siguiendo con los juegos de palabras y algo más, John Leslie King publicó este año en el Journal of Information Technology (2011; 26: 129-139), un artículo interesante, bajo el título «CIO: concept is over». King es un materialista dialéctico, que cita profusamente a Carlos Marx y algunos de sus epígonos (no confesos) más recientes, desde el economista Schumpeter hasta el profesor y teórico de la innovación Clay Christensen. En su opinión, más sociológica, es el concepto de «jefe» el que está en cuestión, no sólo en la informática, sino en la gestión de empresas en su conjunto. El modelo de management profesional de la era industrial no es aplicable a la era del conocimiento distribuido. En cuanto al campo de la disciplina (los sistemas y tecnologías de la información) afrontan también una transición, de una magnitud aún mayor. Las TIC están cambiando las empresas, los sectores industriales y también la historia.

Los CIOs y directores de informática pueden reaccionar «hacia atrás» (o sea en el terreno más seguro de la administración de sistemas y la gestión de proyectos) o «hacia adelante» (o sea en el terreno más inseguro y arriesgado de liderar la innovación y el cambio). O, de otra manera, pueden ayudar a gestionar las líneas de coste o pueden contribuir en la de los ingresos.
King y los materialistas históricos (confesos) confiamos aún en la aparición de una síntesis creativa y superior.

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Autor / Autora
José Ramón Rodríguez
Profesor de Dirección de Sistemas de Información, Gestión de Proyectos y Business Intelligence de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC y consultor de empresas independiente.
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